Eric Hobsbawm

Eric Hobsbawm. Historia del siglo XX

El S. XIX largo (1789, rev. Francesa- 1914, 1° guerra mundial), se caracterizó por una civilización capitalista desde el punto de vista económico, liberal en su estructura jurídica y constitucional, burguesa por su clase hegemónica. Se producen adelantos en la ciencia, el conocimiento y educación, así como un progreso material y moral. Había una posición central de Europa (Eurocentrismo) cuna de las revoluciones científicas, que ejercía influencia sobre una gran parte del mundo. Dicha población había crecido, gracias a los avances científicos en el campo de la medicina, y sus principales estados constituían el sistema de la política mundial.

El S. XX corto va desde el estallido de la primera guerra mundial hasta el hundimiento de la URSS. En los finales de los ’80 y principios de los ’90 terminó una época de la historia del mundo para comenzar otra. El S. XX aparece estructurado como un tríptico. A una época de catástrofes (de 1914 hasta el fin de la segunda guerra mundial), siguió un período de 25 o 30 años de crecimiento económico y transformación social, considerado como la edad de oro. La última parte del siglo fue una era de descomposición, incertidumbre, crisis y catástrofes. El siglo XX corto conoció una fugaz edad de oro.

A la primera y segunda guerra mundial le siguieron dos oleadas de rebelión y revolución generalizadas, que situaron en el poder a la sociedad burguesa y capitalista. Los grandes imperios coloniales se derrumbaron y quedaron reducidos a cenizas. Pero nos fueron los únicos males, se desencadeno una crisis económica mundial que sacudió las más sólidas economías capitalistas y podría poner fin a la economía mundial global, creación del capitalismo liberal del siglo XIX. Mientras la economía se tambaleaba, las instituciones de la democracia liberal desaparecieron como consecuencia del fascismo. La alianza temporal del capitalismo liberal y el comunismo contra el fascismo fue un momento decisivo en la historia del S XX. Fue un proceso paradójico, pues durante la mayor parte del siglo el capitalismo y el comunismo caracterizaron un antagonismo irreconciliable. La victoria de la Unión Soviética sobre Hitler fue el gran logro. De no haberse producido esa victoria, el mundo occidental no consistiría en distintas modalidades de régimen parlamentario liberal, sino en diversas variantes de régimen autoritario y fascista. Un vez que el capitalismo liberal había conseguido sobrevivir, parecía tener que hacer frente al avance global de la revolución, a la Unión Soviética, que había emergido de la segunda guerra mundial como una superpotencia.

El capitalismo inició la Edad de Oro, de 1946-1973: se produjo una transformación económica, social y cultural. Fue el periodo de mayor transcendencia histórica de la centuria. El capitalismo, “EE.UU.” y el socialismo, “URSS”, hasta el inicio de los años 60 parecían dos fuerzas igualadas. Las crisis que siguieron de la Edad de oro, afectaron las diferentes partes del mundo, con independencia de sus configuraciones políticas, sociales y económicas. La edad de oro había creado una economía mundial universal, cuyo funcionamiento trascendía las fronteras estatales y las fronteras de las ideologías estatales.

Entre la década de ’80 y ’90 el mundo capitalista comenzó de nuevo a tambalearse, abrumado por los mismos problemas del período de entreguerras que la edad de oro había superado: el desempleo masivo, graves depresiones cíclicas y el enfrentamiento de los sin hogar y las clases acomodadas. Los países socialistas se hundieron al fin del S XX corto. La década del ’90 se distingue por una mirada hacia la oscuridad. Se hizo patente que la crisis mundial no era solo general en la esfera económica, sino también en el ámbito de la política. Las tensiones generadas por los problemas económicos quebrantaron los sistemas políticos de la democracia liberal, parlamentarios o presidencialistas en el tercer mundo. Los estados nacionales territoriales,

...