FOUCALT Y LAS MENINAS

Análisis de la música.

Saúl Santiago Molina

Resumen:

Las meninas

de “Las palabras y las cosas.”

Michel Foucault

Respecto a la lectura, Foucault busca amplificar la idea de la obra de Velázquez a un punto en el que, aquello que es visible e invisible a la vez pueda debelarse por fin ante el concepto mismo de “la mirada.” Para poder comprender este suceso en el que la pintura crea un juego de intercambio de papeles constante entre el espectador y el modelo, habrá que ser consientes del papel que desempeñaremos en primera instancia al estar frente a esa mirada del pintor.

El autor comienza por dejar en claro que hay toda una serie de miradas que nos atrapan al momento de ser un espectador más ante la obra de la cual nos habla. Sin embargo, antes de poder expresar el misterio que encubre esta misma, nos hará experimentar cada uno de los estadios que encubre la pintura.

Al comenzar a experimentar mediante sus palabras la obra misma del pintor, uno puede visualizar que Velázquez está capturando con su mirada al modelo que, ha pintado o está por pintar, a  pesar de que esto no se puede saber con certeza, él tiene ante sí la idea misma de lo que no podemos ver, sin embargo, buscamos conocer. Y la única forma en la que esa visible/invisibilidad se vuelve real es a través de nuestra interpretación. Fuera de ello, el espectador no puede asegurar lo que está sobre la tela, sólo es visible o está presente el deseo por saber; por conocer, al mismo tiempo en el que, el pintor requiere de la mirada del espectador para evocar la realidad de su juego. Sin la mirada del espectador su imagen está incompleta. Y aquello para lo que pinta no existe, sólo está presente el reflejo de lo que se ha propuesto a pintar. Aún así, el pintor está frente a un espectáculo que es dos veces invisible, ya que no está representado en el cuadro y está situado en un punto ciego.

El autor reincide en la imagen que se nos presenta del detrás del cuadro, que restituye la invisibilidad en profundidad de lo que el artista contempla, este espacio en el que estamos, que somos.

Foucault busca expresar que Velázquez ha creado una escena, de la cual, al estar presentes no podemos escapar: una vez ahí somos parte de su obra. Crea un eje, entre la zona donde estamos parados desde el cual lo podemos ver, y que ese mismo eje se vuelve parte de nuestro entorno. Pues aún observando de manera pragmática que lo que vemos es sólo pintura sobre una tela, nuestra conciencia no logra evadir el hecho de que constituimos y somos parte de ese momento.

Durante la lectura, pude encontrarme, por un instante, atrapado en una sensación que provocó la idea del hecho de no poder conocer aquello que está frente a nuestros ojos y al mismo tiempo estar delimitado por otro, y que ese otro tenga el poder de ocultar nuestra propia imagen. Sin embargo, considero que el autor pudiera estar expresando que la obra del artista es una invitación a sentirse parte de ese momento que, antes de poder consentirlo ya nos ha sido dado. No obstante, es importante mencionar que eso no es lo único que podemos experimentar al estar frente al cuadro; él busca de manera repetitiva darle un sentido propio a la gran tela vuelta, que se empecina en cumplir una segunda función, obstinadamente invisible, que impide por completo el que, la relación entre cada una de las miradas pueda lograrse o establecerse definitivamente.

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