Fever pitch, de Nick Hornby

Fever pitch, de Nick Hornby

Una palabra viene de la otra, pero no significa lo mismo: no es igual ser fan de un equipo de fútbol, que fanático. Nick Hornby es lo segundo. Aunque se le conoce --directa o indirectamente-- por la adaptación que el cine ha hecho de varias de sus novelas, el primer libro que escribió es un ensayo sobre fútbol; o mejor aún, una autobiografía con el fútbol de por medio: al escribirlo su interés no era explicar sus mecanismos, hacer metáforas sobre la vida, ni alabar a tal o cual jugador, sino hablar del Arsenal Football Club, algo que en su cabeza es exactamente lo mismo que hablar de su persona.

Hoy en día los intelectuales presumen de ir al estadio, la gente usa camisas de su equipo favorito para pasear en el centro comercial, y los partidos del Real Madrid y del Manchester pueden verse en Nueva York, Singapur, Sidney y Buenos Aires; dice Hornby que cuando escribía su libro decir en ciertos círculos que a uno le gustaba el fútbol era como decir en nuestra época que uno sigue con interés la lucha libre.

En este contexto, lo que hizo parecía una penosa entrada directa al panteón de los freaks. Cada capítulo de su libro está dedicado a un partido del Arsenal --o del Cambridge FC, equipo al que siguió durante su época de estudiante universitario--. Hornby explica qué sucedió durante el partido, cómo lo vivió él, y qué sucedía en su vida por entonces, relacionando una cosa con otra: las derrotas y las victorias del Arsenal eran resultado en parte de cosas que él hacía, y lo que ocurría en su vida estaba influido por el desempeño del Arsenal en el terreno de juego.

¿Por qué se convirtió en un libro de culto?

Por descabellado que parezca, el aficionado común reconoce el tic. ¿Cuántas veces hemos atribuido la --para otros-- inexplicable derrota de nuestro equipo ante un rival menor, a que nosotros le echamos la sal porque cambiamos algo en nuestro ritual previo al partido?

Pero Fever pitch no se limita a narrar anécdotas relacionadas con el fútbol, y es más que el recuento de la obsesión de un hombre por un equipo. Habla de los temas universales que suelen hacer un buen libro: las relaciones de pareja, el sexo, la familia, la pasión, la búsqueda de identidad, la violencia, el éxito, el fracaso y la esperanza que renace cada temporada, o cada vez que cambiamos de trabajo, superamos una enfermedad, o una persona nueva llega a nuestra vida.

El futbol a sol y sombra

Como uruguayo que es y más del sur del continente americano a Eduardo Galeano desde niño le gusto el futbol pero no le fue bien uno más frustrado con respecto al futbol, pero la vida es de oportunidades como escritor. Galeano Obtuvo premios como casa de las Américas en dos ocasiones en 1975/1978, fue el primer escritor premiado por la Fundación Lannan con el premio a la libertad cultural.

El futbol

Según el escritor el futbol que se practica hoy en día se ha convertido en una gran industria, ya no se juega por diversión, o sin motivo por alegrar a los espectadores con grandes jugadas o por recrear a un público o a un hincha, el futbol que se juega es practico rápido pura potencia y destreza es un futbol para mostrar al Jugador para que los grandes clubes y sus dueños los vean y sean contratados por grandes cantidades de dinero donde los más beneficiados son los poderosos empresarios, por eso el futbol es unos de los negocios más rentables a nivel mundial.

El futbol hipnotiza a los pueblos

El fervor del pueblo por el futbol hace especular a los grandes intelectuales conservadores con seguridad que la devoción que tienen por el balón es su aliciente que los motiva a vivir en una cultura ignorante que los hunde y no los deja pensar y que esto lo que pueblo se merece.

En cambio los intelectuales de izquierda desautorizan al futbol porque inutiliza al pueblo no los deja reflexionar sobre otros temas que sean más importantes para su propio bienestar,

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