Gerencia De Salud
Enviado por skynetfor • 27 de Marzo de 2013 • 949 Palabras (4 Páginas) • 613 Visitas
El 18 de julio los efectivos policiales, efectuaron el allanamiento en el consultorio del psiquiatra. El mobiliario era normal para un consultorio, gabinetes, mesas y sillas. Pegada a ese pequeño consultorio esta otra área, donde el psiquiatra aplica tratamientos médicos. Un sarcillo planteado de diseño triangular fue ubicado en el piso . Luego vino la prueba de luminol. En las dos maletas de los carros de Chirinos se detectaron, además de un fuerte olor nauseabundo, restos de frutas, en apariencia de mango, que había sido restregadas en toda la superficie.
En el área médica del consultorio de Chirinos la ruta de la luz azul les pareció una evidencia contundente a los efectivos policiales. En criminalística si se comprobaba que lo que se veía allí iluminado en efecto era sangre, había un alto porcentaje de que en ese lugar se hubiese cometido un asesinato. La luz iba desde la camilla hasta la salida principal del consultorio, con interrupción en algunas áreas. con precisión, los funcionarios colectaron una muestra a nivel de la pared, donde se encuentra el diván que según Chirinos utiliza para las terapias, unos 3 centímetros por encima del borde superior del espaldar de dicho mueble. También tomaron una muestra de la esquina anterior del asiento del diván. Cortaron en el piso del área de terapias un segmento de alfombra de 32 por 22,5 centímetros, donde parecía haber un pozo de sangre. Un rastro de sangre como de un zapato arrastrando, muy definido los llevo hasta la salida del consultorio.
El operático de allanamientos continúo en la resistencia de Chirinos. Cercanos al psiquiatra confiesan que tuvo tiempo de sacar algunas cosas, tal vez nunca se sabrá cuáles. Podría ser documentos íntimos que no tengan que ver con Roxana Vargas. Los funcionarios lo que procuraban era nuevos elementos que probaran la relación entre el psiquiatra y la estudiante. Los investigadores notaron que la caja de seguridad estaba vacía y procedieron a decomisar algunas cosas de interés, como un revolver Smith Wesson.38, bastante viejo y hasta oxidado, muchas municiones para armas de distintos calibres y un cargador. El detective Perozo no se distrajo en esos vejestorios, con el olfato agudizado se dirigió a la parte baja de una escalera que comunicaban la habitación del psiquiatra con el segundo piso del pent-house, y sin titubear, como si alguien le hablara localizo un archivo colocado como al descuido, debajo de un mueble, en el piso. Al abrirlo se sintió frente a un tesoro, encontró mil doscientas fotografías, de distintas épocas, realizadas en lugares similares a su consultorio y su casa. Las fotografías mostraban cuerpos de mujeres desnudas o casi, posando unas y otras completamente dormidas. Algunas de estas impresionaron a los funcionarios porque parecían las imágenes de mujeres muertas con la camisa y el brasier mal subido, así como quitados a medias los pantalones, faldas y pantaletas. Tres de esas fotos eran
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