Hegel - ideas políticas
Enviado por QUINZO • 27 de Noviembre de 2013 • Tutorial • 1.863 Palabras (8 Páginas) • 322 Visitas
HEGEL - IDEAS POLÍTICAS
DE LA CRUZ NARVAEZ JONATHAN
TOSCANO MEDINA RONALD
UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES
INTRODUCCION
Algunas personas nos sentimos exaltadas, emocionadas, debido a la cercanía de las fiestas próximas; y no necesariamente por un sentimiento patriota. La exaltación es tal que uno se deja envolver por la osadía, de manera que, por ejemplo, no le importa hablar u opinar sobre temas de los que no se está bien informado. Así, mi osadía (además, el hecho de no tener algo nuevo que publicar) nos empuja a dejar aquí un ensayo que realizamos para nuestra clase sobre la Filosofía antigua y la forma moderna en la que nos desarrollamos. Como ya se habrá dado usted cuenta, el ensayo es sobre Hegel; permítasenos unas acotaciones previas. No tratamos sobre toda la obra de Hegel sino sobre algunos conceptos que persisten en el desarrollo de su pensamiento; esto no quiere decir que nuestra explicación sobre los presentes conceptos sean necesariamente correctas; nos atenemos a lo aprendido en clase. Por otro lado, quienes ya hayan leído a Hegel -además de ser totalmente libres para reprocharnos la presente insolencia.
Nos remitimos a los términos que utilizaba el propio Hegel. Por último, dejamos en claro que no somos adepto del sistema hegeliano, aunque reconocemos algunos aportes valiosos que dejó para la Filosofía; no entraremos en detalles. Dicho lo anterior, reproducimos fielmente este ensayo que, al menos, nos valió una calificación favorable, aunque no perfecta.
HEGEL
SU TEORÍA POLÍTICA:
La constante negatividad que nos lleva de un momento a otro hasta alcanzar el Absoluto, implica la superación de un momento de la conciencia por medio del momento que subsigue, es decir, del momento que niega o muestra las contradicciones del momento anterior. El momento especulativo del en-sí-para-sí es, además de tal superación, una recuperación de lo positivo del momento de la conciencia natural y del momento del para-sí; esta recuperación no habría podido lograrse sin la transición, por medio de la negatividad, desde el momento del ser-ahí hacia el momento del para-sí que contradice lo sustentado por el primer momento.
Para Hegel la negatividad tiene una importancia positiva, pues la negatividad es la manera en que se pasa de un en-sí hacia un para-sí y, luego, hacia un en-sí-para-sí. Sin negatividad no habría Absoluto, pues se necesita de aquélla para superar y recuperar (lo que Hegel define con el término Aufhebung) los momentos anteriores al Absoluto. En ese sentido, acertada es la frase de Giovanni Reale, refiriéndose al pensamiento de Hegel: “Lo infinito [lo Absoluto] es lo positivo que se realiza mediante la negación de aquella negación que es propia de todo lo finito, es la eliminación y superación siempre activa de lo finito”. La negatividad es el motor que impulsa el movimiento dialéctico del ser-ahí hasta la conciencia absoluta.
Empero, la actividad política ha sido reducida a unos cuantos, que asumen como propio un poder que es de todos, en muchas ocasiones debido a que no en todos los hombres esta la capacidad para hacer política, además agregando la concepción negativa que hoy en día se tiene de la política, de ahí que a muchos ni nos interese inmiscuirnos en tan turbulento, pero enriquecedor río.
Para avanzar en los niveles de la conciencia, tenemos que permitir la contradicción de la conciencia natural, es decir, permitir el surgimiento de una antítesis, la cual, al ser superada (pero no obviada), permitirá llegar al saber absoluto.
Luego, la teoría política es tan relativa, como los pensamientos filosóficos, y considero que aún más, debido a que esta incumbe también otra clase de situaciones como: desarrollo social, historia, conflicto soberano-súbdito y otros.
Por tal motivo nos atrevemos a hablar de que este tema desde Friedrich Hegel, gran filósofo y politólogo alemán que nos da una visión de lo que es el quehacer teórico en la actividad política.
En Hegel se funden dos milenios de reflexión filosófica. Hegel ha sido influenciado fuertemente por el pensamiento de Montesquieu, dicha influencia va mucho más allá de la concepción geográfica del desarrollo histórico, pues también esta inmiscuida la misma tipología de las formas de gobierno.
Hegel en su sometimiento a esa voluntad general es el acto propio de un individuo libre y racional. Hegel aparece así como un filósofo conservador, pero no hay que deducir por ello que su obra apoye el totalitarismo ya que también afirmaba que la limitación de la libertad por parte del Estado es inaceptable en el orden moral.
Para Hegel las formas de gobierno históricamente relevantes son las mismas de Montesquieu, o sea, el despotismo (oriental), la república (antigua) y la monarquía (moderna).
Las formas históricas de constitución por las cuales pasan todos los estados y la propia historia del mundo son tres: una primera forma de reino patriarcal, que corresponde a la categoría del despotismo, una forma de estado libre aunque se trate de una libertad particularista, que es la república en sus dos encarnaciones históricas, la aristocracia y la democracia, y finalmente una forma de reino ya no patriarcal y despótico, esto es, un reino en el cual el rey gobierna en una sociedad que ahora está articulada en esferas relativamente autónomas que es la monarquía.
Hegel comprende que si la forma de gobierno es la estructura política de una sociedad bien determinada, toda sociedad tiene su propia constitución y no puede tener otra. Por tanto, considera que es absurdo preguntarse quién debe hacer la constitución porque sería lo mismo preguntarse quién debe hacer el espíritu del pueblo.
Hegel se remonta literalmente hasta la tradición antigua y distingue las seis formas de gobierno, tres buenas y tres malas, en la terminología polibiana, bajo el siguiente orden: democracia, oclocracia, aristocracia, oligarquía, monarquía y despotismo.
Con respecto a la monarquía Hegel agrega: el carácter de la monarquía, se aprecia mejor
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