Hombre unidimencional Herbert Marcuse
Enviado por Carlos Paredes Jara • 12 de Noviembre de 2015 • Informe • 6.816 Palabras (28 Páginas) • 251 Visitas
HOMBRE UNIDIRECCIONAL
Herbert Marcuse
Biografía.
Herbert Marcuse nació en Berlín, en 1898, en el seno de una familia judía de buena posición económica. De muy joven se sintió atraído por la política. Se adhirió a las posiciones de izquierda. Pero el fracaso de la revolución espartaquista y la ejecución de Rosa Luxemburg (1919) lo alejaron de Berlín y de la política
Estudió filosofía en las universidades de Berlín y Friburgo. En esta última conoció a Husserl y a Heidegger. Este último dirigió su tesis, con la que se doctoró en 1922. Permaneció en Friburgo hasta 1933, año en el que ingresó en el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Frankfurt (más conocido como Escuela de Frankfurt).Ese mismo año los nazis llegaron al poder y clausuraron el Instituto. Marcuse, junto a otros miembros de la Escuela, se trasladó a Estados Unidos. Allí se estableció llegando incluso a adoptar la nacionalidad americana, en 1940, y a trabajar para el gobierno federal. Ejerció la docencia en distintas universidades: Columbia, Harvard, Boston y San Diego. Su pensamiento fue una de las fuentes de inspiración de la revuelta estudiantil de 1968, conocida como “mayo francés”. Murió en Alemania en 1979.
En el libro:
En la primera parte manifiesta una crítica a la sociedad industrializada existente, específicamente ante la inmovilidad de los individuos a oponerse a la inercia que produce el capitalismo yanqui, como un universo donde no caben alternativas de vida.
Luego consta de nueve capítulos y una parte conclusiva, de las que intentaremos sacar las ideas principales, a continuación, y, a partir de ellas, analizarlas y plantear nuestras ideas personales. Enumeramos las ideas según el capítulo a las que correspondan en el libro.
El ser humano está condicionado al
Está obra está relacionada con la sociedad moderna, critica la guerra fría ye l capitalismo.
La sociedad industrial avanzada crea falsas necesidades.
La influencia de la sociedad sobre el individuo es mayor que nunca.
Unidimensional porque no tiene crítica social y oposición a lo establecido.
La sociedad actual satisface las necesidades de los individuos por medio de la forma en que está organizada omite nuestra independencia de pensamiento, la autonomía y el derecho de oposición.
Marcuse dice que el hombre unidimensional se caracteriza por su delirio persecutivo, carece de una dimensión capaz de exigir y gozar cualquier progreso de su espíritu.
Para él la autonomía y la espontaneidad no tienen sentido en su mundo prefabricado de prejuicios y de opiniones preconcebidas.
Los que hacen política promueven el pensamiento unidimensional, ellos quieren que me pensemos lo que desean.
El modelo de pensamiento y conducta unidimensional se ve dentro de un sistema ideal, crea actitudes y hábitos, los productos adoctrinan y manipulan, se promueve una falsa conciencia.
El hombre dentro del capitalismo tiene reprimido sus instintos, está dominado por la culpa, la moral del trabajo.
El postulado que plantea Marcuse es que en la sociedad moderna, el hombre ha perdido su individualidad y su privacidad ha sido invadida por la tecnología que usa a diario, misma que va más allá de la necesidad. Además, lo que también plantea Marcuse es que el hombre se encuentra limitado por la sociedad, donde éste se ve condicionado por la misma, y sólo puede reclamar lo que se le permite reclamar. La sociedad actual aplica o impone al hombre, una serie de necesidades falsas, que sólo buscan la comodidad y no la superación personal; promoviendo de ésta manera la dependencia del hombre en la sociedad. La sociedad de ahora convierte al hombre en un objeto que se le puede sacar provecho. La sociedad vigente es la capitalista, es la sociedad unidimensional.
La sociedad actual somete al ser humano a su dominio y lo más catastrófico es que no es a la fuerza sino por la burocracia y la administración de las industrias que están dentro de ella.
El hombre actual es esclavo de la tecnología. El tiempo libre no existe, sino en cuanto a la productividad tecnológica de los individuos.
Ya no existe la sublimación del ser humano, sino que se emprende una desublimación progresiva institucionalizada, donde todo individuo pasa a formar parte de una gran masa que es movida por la sociedad unidimensional. Lo banal, lo masificado, lo que es incapaz de producir cambio, es lo que toma la ventaja. El sexo, el arte, la filosofía se reducen a símbolos y caricaturas en un mundo que se ha convertido en papel, y lo sublime, ya no lo es; y lo íntimo, ya deja de serlo; y se maneja un exceso de información que no forma a los individuos; y la conciencia, se reduce a comodidades.
El bienestar es la idea máxima que procura alcanzar el ser humano de la sociedad unidimensional, y sin ella no existe la felicidad del individuo. La felicidad misma se ve condicionada por maneras de hablar y expresar conceptos ya formulados por la administración de la sociedad, poseen una carga semántica ya definida y no permiten pensar, ni analizar, ni profundizar libremente en ellos. Ya el lenguaje no posee una carga ontológica ni universal, sino que todo ya está dicho y escrito. Así, entonces, no hay un pensamiento libre, sino totalmente condicionado por las aparentes libertades que ofrece la sociedad y que se limitan al bien-être estereotipado que debe procurar todo individuo en ella.
El ser humano se encuentra en un mundo unidimensional, a diferencia de los grandes pensadores previos, que se ubicaban en una bidimensionalidad de vida, quienes, con sus ideas, eran capaces de mostrar las posibilidades de cambio, y producir estos cambios. Aceptar la inmutabilidad de lo ya existente, implica una inercia, que no permite que el ser humano llegue a ser más de lo que quiere ser. La sociedad unidimensional ha sido capaz de aniquilar ese espíritu de revolución, ese deseo de superación social, y ha reducido el sentir humano a placeres "necesarios" dentro de la misma sociedad que crea las necesidades.
Valores, principios y sujeto humano, todo esto ha venido a ser neutralizado por el sistema creado. Los valores han sido desplazados, ya que no son cuantificables para la ciencia; la filosofía ha venido a formar parte de este sistema, restándole importancia al verdadero ser de las cosas; el ser humano deja de ser sujeto, y se convierte en objeto de la propia ciencia. Surge una tiranía propiciada por la sociedad misma, y no por una persona específica.
La filosofía analítica, en especial, la del lenguaje, se ha hecho cómplice de esta unidimensionalidad. Ya las frases humanas han pasado a ser estereotipos de frases que aparentemente permiten al individuo comunicarse dentro de la sociedad. No surgen ideas expresables capaces de inducir cambios de mentalidad, sino que sólo lo banal, lo académico, es lo que es capaz de producir conversatorios y análisis. Las ideas se limitan por la ausencia de necesidades reales en el ser humano y, como sólo interesa estar bien, así mismo se expresan los individuos. Nada expresado es capaz de producir altercados ni cambios en los demás, y lo que sí lo producía ha sido banalizado por la publicidad y el comercio, y se utilizan sólo como medios para comunicar algo a su vez banal.
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