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Kant: Educacion Y Pedagogia


Enviado por   •  3 de Abril de 2013  •  2.918 Palabras (12 Páginas)  •  1.295 Visitas

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KANT -EDUACIÓN Y PEDAGOGÍA-

RESUMEN

Introducción:

El pensamiento de Kant en el campo de la educación se comprende desde la Ética, pero es importante no perder de vista que la razón pura y la razón práctica no son sino usos de la misma facultad humana, razón por la cual, Kant salió al paso frente a quienes siempre han separado teoría y práctica .

Sentido de la Educación:

Según Kant, las dos artes más difíciles para la humanidad son la de gobernar a los hombres y la de educarlos, pues en los dos casos, la naturaleza no nos ha dotado de instinto alguno. Particularmente, en lo que se refiere a la educación, Kant considera que estamos frente al problema más grande que pueda plantearse el ser humano, afirmación con la cual no podemos menos que estar de acuerdo si se tiene en cuenta que se trata de decidir lo que el mismo ser humano quiere ser.

El hombre es la única criatura que requiere educación. Los animales no la requieren; ellos se defienden por instinto; el hombre no sólo requiere de cuidado, sino de disciplina e instrucción. Ahí tenemos el esquema general del proceso educativo .

El hombre llega a ser hombre exclusivamente por la educación; es lo que la educación hace de él. En la educación se encuentra el gran secreto de la perfección de la naturaleza humana; por ella el hombre puede alcanzar su destino pero, ningún individuo puede alcanzarlo solo. No son los individuos sino la especie humana, la que puede lograr este fin.

Dado que el hombre tiene que mejorase a sí mismo, es decir, cultivarse a sí mismo, se ve cuán difícil es la tarea. Ésta se da paso a paso en la medida en que una generación transmite a otra su experiencia. Esto significa que la educación es un fenómeno socio-cultural e histórico de carácter intergeneracional.

A través de la Educación se desarrolla una serie de disposiciones pero ese proceso no se dá por sí mismo, razón por la cual, Kant considera que la educación es un arte. Para Kant el origen del arte de educar, puede ser mecánico, es decir, sin plan alguno o razonado. Dado que mecánicamente se cometen muchos errores, el proceso educativo debe ser racional. Esto significa que lo mecánico debe transformarse en ciencia. Así surge la Pedagogía, uno de cuyos principios es que no se debe educar con base en el estado actual de la especie, sino teniendo en cuenta un posible mejor estado del futuro. No se trata de que triunfen nuestros hijos en el mundo actual, ni de que los príncipes consideren a los súbditos como instrumentos de sus propósitos; el fin de la educación es construir un mundo mejor, es decir, el perfeccionamiento de la humanidad. Kant piensa en el bien de la especie. Va más allá de las mismas instituciones educativas y de quienes las dirigen, pues, lo que cuenta es el desarrollo de la humanidad. “Las bases de un plan de educación deben ser trazadas con un carácter cosmopolita. Sin embargo, ¿es el fin general una idea perjudicial para nuestro bien particular? ¡En absoluto! .

De igual manera es enfático al afirmar que solamente con el esfuerzo de personas que tienen interés por el bien del mundo y que son capaces de concebir un estado mejor como posible futuro, es posible una aproximación de la naturaleza humana a sus propios fines. Lo que Kant busca es salvar la virtualidad de la especie. Teniendo en cuenta la finitud del individuo, solo en la especie, por medio de la vida en sociedad y mediante el trabajo, puede darse la transición de la vida natural a la vida civil. Así el hombre se ve obligado a obrar consultando a la razón antes que recurriendo a sus instintos. Esa transición es la principal responsabilidad de la educación.

De lo anterior se sigue que debemos desarrollar en los alumnos un sentido cosmopolita, de modo que puedan sentir la alegría ante la idea de un mundo mejor, aun cuando éste no sea para provecho directo de sí mimos o de su propio país.

n consecuencia “El esbozo de una teoría de la educación es un noble ideal, y en nada nos perjudica que no estemos en capacidad de realizarlo todavía, pues no se debe tomar por quimérica una idea y despreciarla como un hermoso sueño porque se presentan obstáculos en su realización” .

La educación es un arte cuya aplicación debe ser perfeccionada por muchas generaciones y en múltiples dimensiones. En este sentido la educación abre el horizonte para que la humanidad pueda realizarse plenamente. Seguramente es algo que todavía no hemos logrado, pero hacia lo cual tenemos la obligación de dirigirnos.

Dimensiones de la educación:

Establecida la finalidad esencial de la educación Kant entra a considerar las dimensiones a través de las cuales podemos desarrollar una serie de disposiciones, es decir, lo que consideramos como excelencias. Tales dimensiones son: el cuidado, la disciplina, la instrucción y la cultura, la sabiduría (prudencia) y la moralidad .

De acuerdo con esta enumeración la educación debe:

1) Cuidar. Se entiende por cuidado las precauciones de los padres con el fin de que los hijos no hagan uso perjudicial de sus fuerzas. Se trata de favorecer la crianza y facilitar el desarrollo de los niños. Es ante todo una acción previsora en relación con posibles errores.

2) Disciplinar. La disciplina impide que el hombre se desvíe de su destino, que es la humanidad, por sus impulsos naturales. Ella somete a los hombres a las leyes de la humanidad y los inicia en el acatamiento de las mismas. Se trata de impedir que la parte animal se imponga sobre la humanidad, tanto en el individuo como en la sociedad. La disciplina, es básicamente domesticación del salvajismo y, precisamente por eso, debe iniciarse en una edad temprana.

3)Cultivar a los hombres. Aquí nos encontramos con la instrucción y la enseñanza. Se trata de desarrollar la habilidad o la posesión de la aptitud para orientarse a todos los fines posibles. Se refiere a las habilidades que hacen falta para ejercitar bien nuestras diversas facultades. Algunas son útiles en todas las circunstancias, por ejemplo leer y escribir, otras sólo sirven para fines determinados como la música. Las habilidades son en cierto modo infinitas, a causa de la multiplicidad de fines que podemos proponernos.

3) Hacer prudentes a los hombres. Que aprendan a vivir en sociedad, que desarrollen ciertos hábitos propios de una vida civilizada. Aquí nos encontramos, por ejemplo con el trato, la cortesía, la simpatía, y sobre todo con los modos de comportamiento que generen estima y que permitan influir sobre la sociedad. La prudencia apunta a la habilidad de obtener rendimiento de los propios talentos. En este caso “lo más importante es la cimentación del carácter. Este consiste en tener propósitos firmes de realizar algo, y luego también en la ejecución de lo deseado”

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