La Cultura Escolar

Maestro, alguna vez te has preguntado ¿cómo son las relaciones profesionales con mis compañeros de trabajo?, ¿por qué trabajamos de tal o cual manera?, ¿cómo es la relación que se da con los padres de familia?, ¿qué problemas aquejan a nuestro centro de trabajo?, ¿cuál es la dinámica que se sigue en el trabajo?, ¿por qué obtengo tales resultados y no otros?,¿habrá otras maneras de hacer las cosas?, ¿sucederá lo mismo en otras escuelas?

Estas son algunas cuestiones que constantemente deberíamos reflexionar en nuestra labor docente, pues son elementos inmersos en la cultura escolar que se construye a medida que los maestros, padres de familia, alumnos y directivos, en un contexto determinado y condiciones organizativas particulares, interpretan los acontecimientos, negocian su significado, resuelven problemas y conflictos, se enfrentan a retos y, a veces, a fracasos, etc.

María Teresa González define la cultura escolar como: un conjunto implícito de supuestos, creencias, valores y normas no escritas que subyacen a lo que se piensa y se hace en la organización, así como su materialización en artefactos, prácticas y relaciones entre sus miembros.

Pero ¿qué hacer para transformar esa cultura?, ¿qué puedo hacer yo en mi papel de docente para mejorar las formas de trabajo en mi escuela? Primeramente reflexionar y analizar lo que sucede dentro de nuestra escuela, cómo vemos la cultura los profesores es un elemento indispensable; un gran proverbio afirma que no se puede cambiar lo que no se conoce.

Este proceso de explorar y conocer la cultura debe llevarse a cabo con todos los que formamos parte de ella, es decir trabajar colaborativamente, establecer acuerdos, resolver problemas, discutir situaciones, si es que realmente tenemos la intención de cambiar.

También ha de estar orientada a la acción; ha de constituir la base para considerar otras alternativas, para reconocer la existencia de otros modos de pensar y actuar en las situaciones escolares; en definitiva, ha de constituir la base para la reorientación y el cambio.

Así que mi papel será integrarme y formar parte de ese equipo, trabajar colectivamente para distinguir las fortalezas y debilidades que aquejan a la escuela, proponer medidas de intervención para mejorar los conflictos que se susciten; sólo de esta manera se podrán posibilitar cambios y mejoras en la educación que ofertamos.

Algo que debemos tener muy en cuenta para lograr un cambio significativo en los centros de trabajo es que la transformación de la cultura transcurre con lentitud, nada se modifica de la noche a la mañana. Constituye un camino sin fin, que nos ha de llevar a hacer de nuestras escuelas instituciones progresivamente más propicias para una educación rica y valiosa para todos los alumnos, contextos que favorezcan el aprendizaje de los estudiantes y de los

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