La Emocionde Vivir

VIGILA TU ESTADO EMOCIONAL

Ya sabemos que somos emociones, y también sabemos que las emociones son energías, por tanto somos energía. Son comunes las frases en las que nos referimos a nuestro estado: "tengo poca energía, estoy cansado, agotado..." o "últimamente estoy con la energía a tope". Todos somos capaces de hacer un diagnóstico del estado de nuestra energía, si ésta es alta o es baja.

Podemos notar cómo las situaciones que vivimos a lo largo de un día pueden transformar nuestra energía. Imagina que has tenido una noche de descanso profundo, que te has levantado alegre y con ganas de vivir. Has llegado al trabajo y a tus compañeros les han responsabilizado de una tarea que esperabas tú, te has sentido ninguneado por ellos, tu jefe ha perdido la confianza en ti. Entonces empieza un pequeño calvario, te sientes atacado en tu autoestima. Comentas con cualquiera tu desánimo y desmotivación, acusas la injusticia. Llegas a casa con la cabeza llena de preocupaciones, tu futuro es incierto. ¿Qué sentido tiene la vida? Ya los días siguientes serán negativos, todo te saldrá mal porque tu energía está por los suelos. Sin embargo esa misma mañana todo era agradable y placentero.

Cada uno de nosotros está formado por energía, pero no vibramos en la misma frecuencia energética siempre:

Nuestra energía puede vibrar en frecuencias altas: son frecuencias elevadas donde impera la emoción amor. Te sientes bien, estás sano, el tiempo te cunde, no te cansas, tu entorno no te puede alterar porque sabes fluir con la vida y por eso entiendes que cada cosa que te pasa forma parte de un aprendizaje. Te alejas de los victimistas, de los envidiosos, de los rencorosos porque no tienes nada que ver con ellos y te acercas a personas positivas y optimistas que aman vivir. Encuentras oportunidades donde otros ven calamidades. No personalizas lo que otros dicen. Nada te afecta en exceso.

Nuestra energía puede vibrar en frecuencias bajas: son energías densas que vibran en el plano más bajo y más material. Impera la emoción miedo. Las situaciones negativas que vives las procesas con pensamientos pesimistas que crearán emociones nocivas y por la fuerza de la atracción, atraerás más situaciones adversas y perjudiciales. Entrarás en el bucle de quejitis, victimitis que te hundirá más hacia abajo hacia energías más densas que atrapan e instalan en un túnel desde el que no puedes ver ni luz, ni opciones de salida.

Las frecuencias de la envidia, del rencor, de los celos, de la impotencia, del sentimiento de culpa, de la dependencia son muy bajas y tóxicas. No permiten ser libre ni despegarse del plano más denso material. Debes vigilar esos sentimientos destructivos pero también es muy importante que compruebes de quien te rodeas y qué personas de tu entorno son capaces de conseguir que tu frecuencia energética baje.

Si tú estás fenomenal y tras un contacto con tu madre, por ejemplo, has empezado a sentirte culpable, es porque a esa persona no le gustaba verte feliz y ha necesitado que te sintieras mal para no sentirse desgraciada al compararse contigo. Empiezas a darle tu energía para no sentirte tan culpable, te vas poniendo por debajo creyendo que así la otra persona se sentirá mejor y te dejará en paz. Pero eso nunca pasa. Este es un error muy común, el de rebajarte para que el otro no se sienta ofendido por ti (a veces lo hacemos con personas que nos envidian para que dejen de envidiarnos). Es entonces, cuando te desvalorizas, que la persona tóxica que vibra en frecuencias muy bajas y básicas, toma el control y se queda con tu poder. Al entregarle tú tu poder te quedas sin energía y tu frecuencia vibratoria empieza a descender a la vez que te vas sintiendo más cansado y con esa sensación de que "la vida me pesa".

Has de darte cuenta y tomar consciencia de qué personas tienen ese poder sobre ti, de qué situaciones son las que te restan tu energía, ante quien te sientes inferior. Porque es ante esas personas y ante esas situaciones que tu vibración cae. La única forma de contrarrestar es elevando tu vibración, sintiendo que nadie tiene poder sobre ti, alejándote de todos esos seres que no te hacen sentir bien a la vez que acercas que los que sí admiras.

Pasar de una frecuencia baja a una alta requiere aceptar la situación y decidir cambiarla de inmediato evitando perpetuarse en la queja o en el victimismo. Es una decisión consciente, voluntaria y libre. Implica cortar con toda manipulación, abuso o mentira y dejar que cada uno elija el tipo de vida que quiere llevar sin implicarte en la de los demás ni personalizar las inseguridades y acusaciones de otros en ti.

Si eliges vivir en frecuencias altas, comprobarás que el mal se aleja porque las frecuentas altas son ligeras mientras que las bajas son densas y ambas no se pueden mezclar, como el aceite y el vinagre, pueden convivir en el mismo entorno pero la una no modifica a la otra. Por eso al vibrar en energía positiva lo malo no te afecta porque directamente no te puede alcanzar. De ti depende, por tanto seguir padeciendo por lo que otros puedan hacer o decir de ti, o vivir tu vida libre e independiente sin apegos ni enganches.

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Etiquetas: energía, optimismo, positivista, quejas., salud, victimismo

¿ES BUENO O MALO TENER ORGULLO?

¿QUÉ ES EL ORGULLO AUTÉNTICO?

En términos de emociones, el orgullo posiblemente sea la emoción peor tratada hasta el punto de llegar a rechazar la propia palabra y de no utilizarla en nuestras conversaciones por el "qué dirán" y por el "qué pensarán de mi si digo que soy una persona orgullosa".

Como es habitual el desconocimiento emocional ha arremetido directamente contra lo mejor de nosotros mismos. Contra el ser humano que somos cada uno y que es lo que acaba diferenciándonos de los animales superiores.

En algún momento a alguien le debió molestar la expresión del orgullo propio y auténtico de otra persona, y desde entonces esta fabulosa palabra llena de un gran significado creador cayó en desgracia y empezó a asociarse a términos tan negativos como: soberbia, prepotencia, sentimiento de superioridad, altivez...

No digo que esos sentimientos no tengan que ver con el orgullo, pero es con un orgullo falso, excesivo, al que se recurre por una percepción interior de inferioridad que se trata de compensar poniéndose por encima de otro con el propósito insano de hacerle sentir débil o inferior, y de paso lucirse

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