La Filosofía En La Educacion
Enviado por Mcgus • 21 de Mayo de 2013 • 2.293 Palabras (10 Páginas) • 271 Visitas
¿Qué es la educación? ¿Cuáles son sus fines? ¿Educar es adoctrinar? ¿La
libertad es esencial en el proceso educativo? ¿Se parte de un concepto de
hombre al educar?
Yo no iré más lejos de este esbozo de reflexión. EDUCAR, en resumidas
cuentas, es imponerse: El padre al hijo, el profesor al
discípulo, el alcalde al vecino, el ministro al ciudadano, el catedrático al
alumno, el médico al enfermo... La alternativa sería eludir tales amenazas.
No existe esa alternativa. Hemos nacido para ser educados,
educandos y educadores. Y así vamos tirando... (Fermoso
Paciano, 1987)
Como seres humanos, a partir del nacimiento hemos formado parte de algo, de
un todo estructurado que nos ha venido marcando algunas pautas de conducta
que, de momento, no cuestionamos, únicamente seguimos.
¿Qué pasaría con el hombre que no sigue estas pautas de conducta?
Podríamos decir, para empezar, que la educación ha sido el medio por
excelencia para contribuir al desarrollo del individuo en cada una de sus
potencialidades (o al menos, parece ser que es lo que se espera), aclarando
que la educación no se limita al marco institucional en donde hay una
relación formal maestro-alumno, sabemos que este proceso trasciende, va más
allá de las aulas.
Inevitablemente, el individuo desde que nace y empieza a interactuar con los
demás comienza un proceso de socialización, se integra o pertenece ya a un
grupo social que, en primer instancia, es la familia.
Este proceso de socialización no es suficiente, el hombre va a ir
construyendo su propia esencia, es decir, ahora ha entrado en un proceso de
formación humana que podemos llamar PERSONALIZACIÓN.
Aunado a lo anterior, encontramos el papel que tiene que desempeñar el medio
educativo para hacer que el individuo descubra y, posteriormente, viva sobre
la base de su naturaleza espiritual.
La espiritualidad es exclusiva del hombre, es aquella cualidad que lo hace
único, místico, inmortal, porque se fundamenta en un algo que no cambia, que
es inmutable, válido para cualquier persona, independientemente del ámbito
en el que se desarrolla. Esta idea responde a la posibilidad de establecer
acciones universales que se dirigen a la formación humana en su esencia, es
decir, el brindar al individuo la oportunidad y los medios para recorrer el
camino de la perfección a través de la inteligencia y la voluntad,
características básicas en un concepto de hombre.
Para Aristóteles el fin de la educación no pudo ser otro que la consecución
de la felicidad mediante la perfección virtuosa (Fermoso, 1987)
Me gustaría retomar esta postura, que pertenece a la teoría perennialista,
como base, más que el pensamiento rusoniano que parte de la bondad del
individuo considerando que la sociedad es la que corrompe o degenera.
Si la educación es vista a través de la filosofía, no podemos entenderla
como un acontecer espontáneo, natural, sino que es un fenómeno cultural
porque encuentra expresión en la espiritualidad del hombre. Es una acción
dirigida conscientemente hacia una meta que es alcanzar la perfección
humana. El espíritu en el desarrollo de la cultura se da cuando el hombre ha
creado los medios para dominar la naturaleza ya que esto le permite
satisfacer las necesidades que son propias de su condición natural para,
posteriormente, volver su preocupación sobre sí mismo.
Todo sistema de educación está basado en una filosofía de la vida, es decir,
todas aquellas características dominantes de una civilización en todos sus
aspectos, son parte de la herencia social para las próximas generaciones,
por tanto, no puede hacerse una separación tajante entre filosofía y
educación aunque existen algunas corrientes que así lo señalan como una
necesidad. Entre estas posturas que niegan esta relación encontramos la
interpretación científica, psicológica y pragmática (Fermoso, 1987), a las
que se responde que todo sistema educativo que quiera comprender e
interpretar la verdadera naturaleza del hombre ha de apoyarse en la
filosofía y no sólo en la ciencia ya que hay una realidad que no puede ser
apreciada con los métodos de las ciencias naturales; de igual forma, la
psicología no constituye la fuente de conocimiento global respecto al hombre
ya que éste no es sólo conducta y, la filosofía, otorga a la educación la
noción de una conducta recta que no puede brindar la psicología.
El ser está integrado de esencia y existencia. La esencia es aquello por lo
que se distingue un ser de otro. La existencia es lo que da realidad a la
esencia en el orden de los seres realizados. El hombre es, por tanto, el
soporte de la educación ya que podemos concebir al hombre sin educación pero
no la educación sin el hombre. Ésta por ser forma accidental no tiene
materia propia sino que tiene que darse en un sujeto ya constituido (De la
Mora, 1976)
La esencia de la educación le viene de la esencia del hombre. La educación
es un ser del ser del hombre. Y al tener como meta la formación del hombre
no puede ser concebida sin un concepto del mismo que indique a dónde se van
a dirigir las diversas acciones.
Nuestro modelo insiste en la intramundanidad y trascendencia, en la
intemporalidad y la esperanza, en la dinámica auto realizadora, en la
concepción realista de la vida y en la integración de los saberes
científico-filosóficos (Fermoso Paciano, 1987)
Planteado de esta manera el concepto de hombre, no se puede separar
definitivamente la educación de la filosofía, es el reconocimiento de la
riqueza espiritual del ser humano que no deja de desvincularse de una
realidad, de su propia realidad que se halla constituida por un cuerpo, no
es sólo espíritu. Se ha desarrollado también dentro de un contexto histórico
con una herencia social. A su vez, no podemos partir de un hombre estático
sino en constante cambio, evolutivo.
Por otro lado, su misma naturaleza humana lo hace ser defectivo, que tiende
a aniquilarse porque tiene la sensación de insuficiencia. Sin embargo, no
...