La Política De Aristóteles
Enviado por javisalc • 31 de Mayo de 2014 • 1.696 Palabras (7 Páginas) • 278 Visitas
ACERCA DEL CIUDADANO, LA CIUDAD Y EL RÉGIMEN EN EL LIBRO DE LA POLÍTICA DE ARISTÓTELES.
ABSTRACT.
Entre las diferentes investigaciones que Aristóteles desarrolla en el libro La Política encontramos temas como el ciudadano, la ciudad y el régimen o Politeia. En el presente escrito abordaremos estos elementos, haciendo un recorrido por sus definiciones con la intención de mostrar cómo el fin de estos es el mismo. De la misma manera, observaremos dichos elementos en el régimen mejor analizado por Aristóteles en el libro VII de La Política.
Tanto la ciudad como el ciudadano tienen un mismo fin, el cual es la vida buena y autárquica. Es el régimen, Politeia, o modo de vida, lo que debe facilitar que los ciudadanos puedan alcanzar el fin. En el régimen mejor el fin de los ciudadanos es la vida feliz la cual consiste en el ejercicio de la virtud, de lo anterior se sigue que la ordenación del régimen debe estar orientado de manera que posibilite a los ciudadanos la felicidad.
Entre las diferentes investigaciones que Aristóteles desarrolla en el libro La Política encontramos temas como el ciudadano, la ciudad y el régimen o Politeia. En el presente escrito abordaremos estos elementos, haciendo un recorrido por sus definiciones con la intención de mostrar cómo el fin de estos es el mismo. De la misma manera, observaremos dichos elementos en el régimen mejor analizado por Aristóteles en el libro VII de La Política.
En el libro III de la Política, Aristóteles investiga qué es el ciudadano, fijando en primer lugar cuál es el ciudadano que se está investigando. El ciudadano que se busca en el libro III es el ciudadano aplos (a(plw=j), es decir, el ciudadano “sin más” o sin especificaciones, el cual difiere del ciudadano “en la práctica” en cuya definición hay una especificidad. Una vez delimitado el objeto de estudio, el cual es el ciudadano aplos, se pasa a buscar quién debe ser llamado así, éste es el dikastes (dikasth/j) y el eklesiastes (e)kklesiasth/j), es decir, el que puede ser juez y el que tiene la potestad deliberativa, al mismo tiempo. Más adelante en el texto se precisa más la definición, y se denomina al ciudadano como aoristos arkhe (ao)ri/stoj a)rxh/), que significa magistratura indefinida.
Sin embargo, la participación en las funciones judiciales y en el gobierno, que es el rasgo fundamental que define al ciudadano, varía según el régimen establecido en una ciudad determinada, puesto que los regímenes difieren específicamente entre si, alterando a su vez la definición de ciudadano en cada régimen. Por tal motivo, es pertinente puntualizar que la definición de ciudadano dada, se aplica principalmente a una democracia. De entrada podemos observar que es la politeia la que determina el ciudadano, de la misma manera que es la politeia lo que constituye la ciudad. Lo anterior se puede constatar un poco más adelante en el mismo libro III cuando Aristóteles se pregunta ¿cuándo y cómo hay que decir que la ciudad es la misma o que no es la misma sino otra diferente?, en otras palabras la pregunta es, ¿qué es lo que hace que una ciudad sea una ciudad?
Esta cuestión se puede examinar por medio del territorio y los habitantes. Se puede dar el caso que el territorio y los habitantes estén separados geográficamente, entonces no es el territorio lo que hace que la ciudad sea una, y aunque los habitantes estuvieran en el mismo territorio, la ciudad no se hace por su extensión, pues como dice el mismo Aristóteles, todo el Peleponeso podría ser rodeado por una muralla sin que por esto sea una sola ciudad. Otra cualidad que podría hacer que la ciudad sea una es la continuidad racial, pero esta no parece ser la respuesta. Para resolver la cuestión, Aristóteles se basa en la definición de ciudad y ciudadano. Pues si la ciudad es una cierta comunidad, y es una comunidad de ciudadanos en un régimen, cuando el régimen se altera específicamente y se hace diferente, parecerá forzoso pensar que la ciudad tampoco es la misma, así como decimos de un coro que es diferente, unas veces cómico y otras veces trágico, aunque ha menudo lo componen las mismas personas.
Hasta este momento tenemos que la definición de ciudadano depende de la politeia a la vez que ésta es la que hace que la una ciudad sea la misma y no otra; hay una correspondencia entre ciudadano, ciudad y régimen o politeia. A lo anterior le podemos añadir otro elemento relacionado en el libro de La Política, estamos hablando del modo de vida. No en vano Aristóteles en el libro VII al investigar sobre el régimen mejor se pregunta primero por la vida más preferible, pues si esto está oscuro, también está oscuro, forzosamente, el régimen mejor, ya que es normal que a los mejor gobernados dadas las circunstancias les vaya lo mejor posible, si no sucede algo ilógico . Así como Aristóteles se pregunta por el modo de vida en el estudio del mejor régimen, es valido hacernos la misma pregunta en relación con los demás regímenes, pues como se ha dicho
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