La Psicología Humanista
Enviado por FerminaD • 16 de Agosto de 2013 • Tesis • 1.699 Palabras (7 Páginas) • 732 Visitas
La Psicología Humanista
como Nuevo Paradigma Psicológico
Miguel Martínez Miguélez [1]
Desde hace cinco décadas, la Psicología Humanista ha ido penetrando en forma muy significativa en los medios académicos, tanto de pregrado como de postgrado, a nivel teórico como a nivel práctico. Primero lo hizo más bien como protesta y alternativa de las dos corrientes clásicas en psicología: el psicoanálisis y el conductismo; después, presentando una visión integral, coherente y lógica, de la rica y compleja dotación del ser humano. Esta visión integral se ha ido consolidando con una firme fundamentación epistemológica de su enfoque y con el desarrollo y estructuración de metodologías y técnicas apropiadas y sensibles a lo más específicamente humano, como es la libertad, la conciencia, la creatividad, los valores y los sentimientos.
Este marcado enfoque epistemológico y metodológico llega hasta el punto de constituir un nuevo paradigma psicológico. Esto es debido a la convicción de que las diferencias entre las diversas orientaciones de la psicología actual arrancan de fuertes divergencias de naturaleza epistemológica y que sólo partiendo de esa base se puede llegar a una mayor unificación de la disciplina psicológica.
1. El Movimiento Humanista
El movimiento humanista no es exclusivo de la psicología; se ha manifestado en todos los aspectos del pensamiento humano y en todos los aspectos de la interacción humana: en sociología, en antropología, en ciencia política, en filosofía y hasta en teología. Los más grandes problemas de nuestro tiempo son ahora los problemas humanos.
En la evolución histórica de la psicología como ciencia se ha puesto énfasis en tres enfoques o filosofías de la ciencia psicológica: el empirismo clásico, el empirismo lógico y la metaciencia.
El empirismo clásico concibió la psicología como una ciencia puramente descriptiva de las observaciones de los fenómenos psicológicos y de la conciencia y, quizá, como una formulación tímida de "leyes" empíricas sobre las relaciones entre estos fenómenos. Este enfoque prevaleció hasta la Primera Guerra Mundial y, en amplios sectores del conductismo americano y algunos psicólogos de la Gestalt, también después.
El empirismo lógico predominó entre 1930 y 1960. Con él se da cabida al "pensamiento lógico", en el más amplio sentido de la palabra. El conocimiento científico, según este enfoque, no consistirá sólo en la descripción de los hechos y leyes, sino también en la formulación de hipótesis explicativas, para lo cual hará uso de construcciones lógicas o modelos. Es la "era de las teorías".
A partir de la Segunda Guerra Mundial, fue apareciendo y, especialmente en las tres décadas siguientes, se desarrolló un tercer nivel de "abstracción" que va más allá de los dos anteriores, el descriptivo y el hipotético, es el nivel de la metaciencia. Aunque todavía no tiene un nombre universalmente aceptado, ésta es una nueva filosofía o teoría de la ciencia. Su tesis básica sostiene que las teorías científicas son parte de todo el contexto cultural, el cual, por consiguiente, las influencia en sus formulaciones. Por lo tanto, toda teoría científica tiene su parte filosófica o metateoría.
Cae también dentro de un "amplio marco" de referencia, el del enfoque humanista de la psicología, es decir, aquel que considera al ser humano en sí como un ser potencialmente libre y creativo, cuyo comportamiento puede depender más de su marco conceptual interno que de la coacción de impulsos internos (Psicoanálisis) o de la presión de fuerzas exteriores (Conductismo).
El concepto del ser humano que tiene la Psicología Humanista es sumamente rico y complejo. Esta orientación no desea excluir de su estudio nada de todo lo que, según su enfoque, identifica y distingue mejor al hombre, como es la libertad, la creatividad, los valores, el amor, actuar con un propósito y dirigirse hacia una meta, la auto-realización, el sentido de la vida, del sufrimiento y de la misma muerte. De aquí que una metodología general, adecuada y eficaz para su estudio, esté en gran parte por hacerse. Sin embargo, éste es el gran desafío que se presenta a los psicólogos humanistas: respetar plenamente ese objeto de estudio tan sutilmente estructurado y entretejido, y encontrar, al mismo tiempo, el procedimiento más adecuado para comprenderlo.
Por esto, la epistemología constituirá el marco de referencia crítico en que se ubica la metodología. Ambas partes se dedicarán a estudiar las bases de un posible paradigma para la psicología, que sea a la vez "científico", es decir, fruto de un estudio rigurosamente crítico y sistemático, y "humanista", o sea, fiel a la naturaleza integral y personal de los seres humanos.
El objetivo fundamental de esta segunda parte, la metodológica, es dar una base firme y sólida a las siguientes tesis centrales: el método depende del objeto de la ciencia, y si el objeto de estudio "humano", "animal" e "inorgánico" es irreductible uno a otro, necesita métodos diferentes; la vida humana tiene una riqueza de contenido que no captan las técnicas matemáticas u operacionalistas y necesita métodos más humanos y personalistas; la clave para la comprensión de la persona es el estudio del significado de las acciones y de la intención que las anima, más que el mero estudio de la conducta externa; los caminos que parecen más adecuados para una cabal comprensión del hombre son los métodos que se centran en el "diálogo": el
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