La gran Belleza y Consumo

Nombre: Valentina González[pic 1]

Profesor: Enoc Muñoz

Ayudante: Vania Caniulao

Filosofía

Trabajo social

Ensayo Filosofía;

Cuerpos dóciles,  Belleza y Consumo

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Para poder entender la relación entre cuerpo dócil, belleza y consumo,  se debe entender  de manera general la historia de nuestro mundo para poder hacer la relación. Se puede tomar en cuenta, algunos acontecimientos desde fines del siglo XX; como el ocio, la entretención, los viajes  y el deporte se  comienzan a tratar como industrias. Y esto desde que  a mediados de siglo se ve como EEUU asume su papel hegemónico luego de la segunda guerra mundial. La gente comenzó a tener plata, y a gastarla; el ocio ahora es una preocupación, las empresas multinacionales y la libre circulación de capitales, llevando a una sociedad de consumo; la gente comienza a consumir en cuanto a viajes, transporte, y otros servicios. Capitalismo y sistema globalizado que además de hacer que los países dependan unos de otros, comienzan a circular las costumbres y la cultura americana del consumo.   La prensa, la televisión y la radio fueron los medios para lograr esto y así generar una cultura del consumo globalizada; sociedades informadas a través de los medios de comunicación pero también sociedades entretenidas.

Así es como nacen los medios de comunicación,  quienes pueden formar la conciencia de la sociedad, a través de lo que informan y además poniendo en contacto las culturas, por lo cual es un tema de preocupación, ya que genera opinión en las personas y además, a veces, generan hasta una forma de llevar la vida.

 Actualmente vemos el consumo exacerbado en nuestra sociedad Chilena, como  primogénitos de la cultura Norteamericana. Caminando por los “malls” (centros comerciales) un día domingo se descubre  a miles de familias haciendo su paseo dominical en estos centros arquitectónicos modernos, moldeados de tal forma que todo se ve armónico, una especie de panoptismo rodeando a la gente, no con las mismas características de un panóptico estilo cárcel de Foucault, pero una especie de recinto donde  se garantiza automáticamente el poder del consumo sobre la gente, donde las personas están cegadas a través de los productos que se les ofrecen; una especie de disciplina donde las ordenes de consumir están disfrazadas silenciosa y sutilmente por los aromas, los pasillos con luces, estructurado de manera tal que se tiene que pasar por cada parte para poder ver cada tienda.

Ahora bien, en  sus propias casas, alejados del consumo, pero no tanto. Se ve  televisión y se encuentra  como el consumo se ve reflejado en los cuerpos bellos de mujeres y hombres en la publicidad. Cuerpos como representación de lo que el mercado quiere transmitir, transformándose en un objeto que difunde un mensaje  a través de la publicidad en los medios de comunicación masivos para la población y que los deseos de la gente o sus necesidades se vean influenciadas por este cuerpo-objeto útil a la sociedad del consumo. En el fondo, cuerpos moldeados para transmitir lo que la industria desea.

Los medios de comunicación proclaman que al usar ciertos productos se puede ser feliz, joven, llegar a ser de tal forma, donde ser de distinta forma es desvalorizado. El valor estético del cuerpo va ligado a un discurso corporal: cuerpos deben ser ultra delgados, altos, bellos, de tez blanca (actualmente integran cuerpos morenos, para que el pueblo crea que no hay racismo y si integración) y  saludables, las mujeres femeninas y los hombres masculinos, para poder ser aceptado dentro de la sociedad, relacionándose con el éxito de la persona tanto social como sexual. Todo esto es mostrado a través de estereotipos inventados. Por otro lado, los cuerpos gordos, bajos, con piel morena, discapacitados, transexuales, etc. quedan estigmatizados; son cuerpos marginados, opuestos a la belleza, donde al ser diferentes a lo que la industria muestra, y por ende, a lo que la gente ve como lo “normal”, quedan fuera de la sociedad o son mirados en menos.

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