Leer Y Escribir En Un Mundo Cambiante

HUBO una época, hace varios siglos en que leer y escribir eran actividades profesionales.

Quienes escribían no eran lectores autorizados y los lectores autorizados no eran escribas.

En esa época no había fracaso escolar. Ejemplo: ser músico es una profesión; y quienes quieren dedicarse a la música se someten a un riguroso entrenamiento.

Los problemas de la alfabetización comenzaron cuando se decidió que escribir no era una profesión sino una obligación y que LEER no era una marca de sabiduría sino una marca de ciudadanía.

Muchas cosas pasaron entre una época y otra. Múltiples transformaciones sufrieron los primeros textos de arcilla o papiro hasta convertirse en libros reproducibles… “los lectores se multiplicaron y los escritos se diversificaron”

Creamos una escuela pública obligatoria, para dar acceso a los innegables bienes del saber contenido en las bibliotecas… desde sus orígenes, la enseñanza de estos saberes se planteo como la adquisición de una técnica: técnica de trazado de letras y técnica de la correcta oralización del texto.

Surge entonces la noción de “fracaso escolar” que es concebida como fracaso del aprendizaje responsabilidad del alumno.

Una década después hacia la década de los 70´s la responsabilidad de la incapacidad para aprender hacia el entorno familiar. (En lugar de algo intrínseco al alumno habría un “”déficit” cultural). De hecho cierta patología social (suma de pobreza + alfabetismo).

El world bank lo sabe y lo dice – que el 80% de la población mundial vive en zonas de pobreza.

El tiempo de escolaridad obligatoria se alarga cada vez más… y la escuela de los países periféricos, que aun no aprendió alfabetizar para el periódico y las bibliotecas debe enfrentar ahora el desafío de ver entrar internet en las aulas, no por decisión pedagógica sino porque el Banco Norteamericano de Desarrollo y Starmedia Network firmaron una alianza para introducir internet a toda las escuelas latinoamericanas.

Es evidente que no puede haber “lucha contra el analfabetismo” sino acciones destinadas a elevar el nivel de alfabetización de la población.

El libro es un objeto en busca de un lector, y no puede realizarse como objeto cultural hasta que no encuentra lector. El libro se completa cuando encuentra un lector interprete (se convierte en patrimonio cultural cuando encuentra una comunidad de lectores-interprete).

Si el niño ha estado en contactos con lectores antes de entrar a la escuela, aprenderá más fácilmente a leer y a escribir que aquellos niños que no han tenido contacto con lectores.

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