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MASAJES PARA BEBES


Enviado por   •  19 de Mayo de 2012  •  1.594 Palabras (7 Páginas)  •  766 Visitas

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Masajes para bebés a partir de los 3 meses

Preparación: Para un masaje exitoso para Bebés y niños es importante que estes tranquila. Los niños son muy sensibles y es muy fácil que le transmitas tu propia intranquilidad. Elegí un horario para el masaje en el que el Bebé esté tranquilo. Media hora después de amamantarlo seguramente no tendrá hambre, y con un poco de suerte, tampoco estará demasiado cansado.

Si lo masajeas diariamente, trata de hacerlo siempre a la misma hora. Así el masaje formará parte del ritmo diario y tu niño pronto lo reconocerá. Aseguráte de que el ambiente esté agradablemente tibio. En lo posible, baña al niño justo antes de darle el masaje, así estará totalmente relajado. Cubre las partes del cuerpo que no masajees con una manta cálida. De lo contrario el calor extra que el niño recibe con el masaje se perderá. El ambiente adecuado Existen diferentes lugares en los que podes masajear a tu Bebé y vos misma deberás comprobar que te resulta más agradable y práctico.

Por ejemplo podes colocar a tu bebé sobre el cambiador o sobre tu propia cama. A un Bebé también se lo puede masajear bastante bien sobre tus piernas desnudas. Ese será el sitio más cálido y tendrá el máximo contacto piel a piel. Para eso sentate en el suelo, con las piernas estiradas hacia delante (con la espalda contra una pared o un banco), y colocá al Bebé de espaldas sobre tus piernas, con los piecitos contra tu abdomen. Así tu hijo te podrá ver todo el tiempo, e ir tomando confianza con el masaje.

¡Por las dudas, poné un pañal debajo de tus piernas sobre el suelo! Repetí cada técnica del masaje despcrito, varias veces.

Masaje de la parte frontal del cuerpo

1. Comenzá con un masaje en la cara. No utilices aceite (eventualmente un poquito de Crema Facial de Caléndula). Colocá ambos pulgares sobre el medio de la frente y masajeá suavemente hacia los costados. Poné luego los pulgares a ambos lados de la nariz y friccioná sobre las mejillas en dirección a las sienes y de nuevo desde allí desde las sienes sobre las mejillas hacia el mentón. Colocá tus pulgares finalmente sobre el labio superior y friccioná hacia fuera y luego hacia abajo en un pequeño círculo alrededor de la boca. Esto es bueno para los músculos de succión del Bebé.

2. Masajeá sobre la parte frontal del cuerpo con un suave masaje colocando un poco de Aceite. Comenzá con los hombros y deslizá por los brazos. Andá luego desde los hombros hacia el pecho, el abdomen, las piernas y los pies. Dejá que tus manos realicen el mayor contacto posible y hacé que tus manos se amolden a la forma del cuerpo. Sobre el pecho tus manos estarán colocadas bastante abiertas pero, alrededor de los hombros, los brazos y las piernas deberían estar rodeando el cuerpo.

3. Colocá ambas manos sobre el medio del pecho. Friccioná hacia arriba, hacia los hombros y a lo largo de los costados del cuerpo, nuevamente hacia abajo y hacia el hacia el medio. Es decir que cada mano lleve a cabo un movimiento circular

4. Describí círculos sobre el abdomen, lentamente, en el sentido de las agujas del reloj.

5. Colocá cada mano sobre una cadera y hacé que vayan simultáneamente hacia arriba, hacia el hombro izquierdo. Regresá por el mismo camino y repetí este movimiento, pero ahora hacia el hombro derecho

6. Colocá una manito del Bebé en una de tus manos. Poné la otra mano alrededor de la articulación de la muñeca y andá pellizcando muy suavemente hacia el hombro. Colocá luego tus manos alrededor del bracito, cerca del hombro y con un suave movimiento de batanado volvé hacia la muñeca.

7. Sostené una manito con ambas manos y frotá con tus pulgares desde la mitad de la palma de la mano hacia afuera. Friccioná luego con tus dedos desde el talón de la mano hacia las puntas de los dedos de modo que los deditos se separen. Tomá ahora el otro brazo y repetí los puntos 6 y 7.

8.Sostené un piecito en una de sus manos. Colocá la otra mano alrededor de la piernita por debajo del tobillo y pellizcá suavemente desde la articulación del tobillo hasta el muslo. (No ejerzas ninguna presión sobre la articulación de la rodilla). Colocá luego ambas manos alrededor de la piernita por debajo del tobillo y hace suaves movimientos de batanado mientras te vas moviendo despacito hacia el muslo.

9. Tomá un piecito, friccioná con su pulgar de la mitad de la planta del pie hacia fuera. Después sostené con una mano la pierna y con la otra friccioná con la mano abierta sobre la planta del pie desde el talón hacia los dedos

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