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PENSAMIENTO RACIONAL Y ETICA


Enviado por   •  27 de Julio de 2022  •  Ensayo  •  1.438 Palabras (6 Páginas)  •  401 Visitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO PUNO

FACULTAD DECIENCIAS SOCIALES ESCUELA PROFECIONAL DE SOCILOGIA

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CURSO:

PENSAMIENTO RACIONAL Y ETICA

DOCENTE:

LIC. AMYLA MAYAL PELAYZA CHAUCAYANQUI

TRABAJO ACADEMICO:

ENSAYO “Ética en la política”

ESTUDIANTE:

KEVIN ALESSANDRO MAMANI BERRIOS

SEMESTRE:

I

PUNO – PERÚ 2022

INTRODUCCION:

ETICA EN LA POLITICA

A lo largo de los años la falta de ética en la política fue muy notoria, debido a que muchas veces las decisiones que nuestros líderes políticos toman carecen de esta y al llegar los resultados no suelen ser de beneficio para los ciudadanos. La ética adquiere gran envergadura en la toma de decisiones de nuestros líderes políticos, ya que les permite a los líderes discernir entre las acciones correctas e incorrectas. Con criterios éticos, serán capaces de tomar decisiones justas, honestas y orientadas al mejoramiento del país y de quienes son parte de este.

La relación entre ética y política en la democracia moderna no deja de ser tensa y peligrosa, ya que esta última introduce un fuerte relativismo moral que, si bien permite la coexistencia en un plano de igualdad de las distintas concepciones propias de toda sociedad compleja, no puede ser sostenido en el campo de la política. Es aquí cuando el poder, al penetrar la dimensión ética, introduce en ella la más grande distorsión, ya que el discurso de la ética se convierte en una mera forma de justificación del poder. Esto es lo que hace que la constante tensión entre ética y política nunca tenga un modo único o, incluso, satisfactorio de resolución. Sólo la implementación de una lógica argumentativa que parta del reconocimiento de la precariedad y ambivalencia que se entabla en la relación entre ética y política puede servir de resguardo ante aquellas distorsiones que, en nombre de la primera, planteen el riesgo de cercenar desde el poder del estado los espacios de libertad.

Bajo esta premisa, la investigación que presento a continuación, nos permitirá llegar a dar solución a la cuestión “¿Es posible la política sin ética?”

DESARROLLO:

Interrogarse sobre la interacción entre ética y política es una meditación que debería hacerse todo individuo que se dedica a la gestión de la política. La interacción entre la Ética y la Política fue constantemente un asunto ineludible por una razón evidente: las dos, por lo menos en su sentido filosófico y a partir de su propia identidad, tienden al mismo fin: buscar el bien. Razón poseía Aristóteles al redactar en su Ética a Nicómaco que “no se enseña ética para saber qué es la virtud, sino para ser virtuosos” (Aristóteles, 349 a.C).

Ética y política son los ojos de una misma cara; la política no puede operar acertadamente sin la ética. En la cultura tradicional romana, de esos que ejercían la política con ética, se mencionaba que tenían “decorum” (lo apropiado o lo adecuado); tener “decorum” era garantía de ser un político honesto, discreto y que actuaría correctamente y justa. En su creación Vidas paralelas aseguraba Plutarco que “el hombre es la más despiadado de cada una de las fieras, una vez que a las pasiones se une el poder sin virtud” (Plutarco, 96 y 117 d.C.). Y Cicerón, en su riesgoso y valiente ataque en sus “verrinas” contra la corrupción del tirano Verres de Sicilia: “Cuando los políticos no se rigen por la ética, son como hienas a la caza del poder” (Cicerón, 70).

Si la inestabilidad, la crispación, la ofensa y el combate permanecen convirtiendose en normalidad en nuestra clase política, la obligación de los políticos serios y causantes, éticamente honestos, se basa en crear seguridad y paz en la sociedad; si de esta forma no ocurre, es ya que nuestros propios políticos no son serios, ni honestos ni causantes. Una vez que individuos sin ética ocupan cargos públicos son ellos quienes corrompen el poder que ejercen al hacer un uso indebido de él. Con certera clarividencia lo explica el maestro Urquiza Morales: “La política puede ser la más noble de las tareas; pero es susceptible de ser el más vil de los oficios” (Morales, 2009). Con la autoridad de siglos, es bueno rememorar los vocablos del sabio Confucio sobre la forma de actuar de un óptimo gobernante, elemental lección para nuestros propios políticos: “El gobernante se haya obligado, sobre todo, a perfeccionar su inteligencia y su carácter para conseguir la virtud; si obtiene la virtud recibirá el afecto del pueblo; si goza del afecto del pueblo, su poder se extenderá por toda la región; si ha adquirido el poder sobre la región, le resultará fácil alcanzar la prosperidad del Estado”.

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