Pensamiento Complejo Y Transdisciplinario
Enviado por Abigail_colina • 17 de Junio de 2015 • 4.477 Palabras (18 Páginas) • 324 Visitas
PENSAMIENTO COMPLEJO Y TRANSDISCIPLINARIEDAD
Antecedentes
Por Luis Carrizo lcarrizo@claeh.edu.uy
Las sociedades contemporáneas enfrentan problemas de creciente complejidad, definidos por un sinnúmero de relaciones y variables que no siempre pueden ser interpretadas integralmente. El campo académico, por su parte, atraviesa por un momento caracterizado por fuertes debates que reclaman nuevas y mejores estrategias de producción de conocimiento.
Desde el título de este trabajo, se propone el vínculo entre pensamiento complejo y transdisciplinariedad. El “binomio complejidad-transdisciplinariedad”, como lo han llamado Caetano, Curado y Jacquinet, refiere:
por un lado, a las realidades investigadas, complejo de fenómenos irreductible a una sola dimensión y cuyos significados dependen fuertemente del contexto; y por otro,
al esfuerzo intelectual para comprenderlas, a través de la elaboración de modelos que tomen en cuenta el contexto así como las interretroacciones entre sus elementos constituyentes.1
Las ciencias sociales, por su parte, han evolucionado en sus desarrollos desde una perspectiva de la simplicidad hacia una perspectiva de la complejidad. Desde su fundación como áreas autónomas de producción de conocimiento, donde se destacan hitos críticos, hasta el momento actual, caracterizado por una nueva revolución en términos epistémicos –según distintos autores: pasaje del pensamiento simple al complejo, configuración como ciencias post-normales, investigación social de segundo orden. Entre ellos, uno de los autores que más ha trabajado y divulgado una nueva visión, a través de sus concepciones sobre Pensamiento Complejo, es Edgar Morin, quien fruto de una reflexión rigurosa y arriesgada, transitando por caminos de libertad creadora y rigurosidad teórico-metodológica con alta implicación personal, ha elaborado todo un sistema de ideas provocador y estimulante.2
Fruto de los continuos desarrollos en la teoría social, nuevos modelos de comprensión y abordaje han surgido en el pensamiento científico. Los últimos treinta años han sido pródigos en debates y propuestas sobre las condiciones del conocimiento. Una palabra ha sido clave en este sentido: integración. De la mano con un reconocimiento creciente acerca de la insuficiencia de los clásicos corpus disciplinarios para dar cuenta de la complejidad del mundo real, se han producido movimientos integrativos en dos sentidos:
1 Cfr. João Carlos Caetano, Enrique Curado, Marc Jacquinet: On Transdisciplinarity in Organizations, Innovation and Law, en “Transdisciplinarity: Joint Problem-Solving among Science, Technology and Society”, Workbook I:528. Haffmans Sachbuch Verlag, Zurich, 2000.
2 Para acceder a una panorámica de la vida y obra de este pensador, ver en Luis Carrizo: “Edgar Morin: integración de disciplinas, más allá de las fronteras/límites de departamentos,
objetos, teorías y métodos disciplinarios;
integración de actores en el proceso del conocimiento, más allá de las fronteras/límites del ámbito académico.
En el primer caso, la necesidad de diálogos y asociaciones interdisciplinarias constituyó un desafío que se tradujo en importantes avances en la década de los años ’70 y posteriores. En el segundo caso, la necesidad de diálogos y asociaciones con los propios involucrados en los problemas estudiados dio paso a nuevas modalidades participativas de producción de conocimientos. Tanto en el plano científico como en el social y el político, estas crisis y reconfiguraciones han generado una nueva conciencia acerca de la importancia de la integración y articulación de actores en los problemas sociales. La participación es otra de las palabras claves en este contexto.
La transdisciplinariedad, de esta manera, ha sufrido una evolución conceptual y práctica crecientemente integrativa. La evolución del discurso transdisciplinario ha tenido influencia no sólo en la forma como se piensa la producción de conocimiento, sino también en la forma como se conciben las estrategias para la elaboración de las agendas –científica y política– y los modos de su implementación y evaluación. En este sentido, la perspectiva transdisciplinaria tiene mucho que decir acerca de la relación entre producción de conocimiento, participación y políticas.
Estas nuevas concepciones integrativas y participativas –que surgen como respuesta al desafío de la creciente complejidad de los problemas actuales– demandan cambios profundos en distintos ámbitos. Sin embargo, es de decisiva importancia considerar las transformaciones que el propio investigador de la cuestión social debe procesar en su forma de concebir el trabajo y de concebirse a sí mismo. La transdisciplinariedad no es una abstracción idealista, sino que hace carne en el sujeto que la construye como reflexión y la actualiza como práctica. Una concepción reificadora y simplificadora del acontecer científico ha dominado buena parte de su historia. Sin embargo, es importante intentar objetivar la complejidad del sujeto que investiga, a la vez que distinguirlo sin exiliarlo de aquello que investiga. Se trata, en fin, de indagar las condiciones en las que el investigador piensa su propio quehacer, sabiendo que se encuentra ubicado en una compleja y exigente situación, tanto por sus fines como por sus responsabilidades.3
Es clara, entonces, la necesidad de asociar fuertemente la producción de conocimientos con los problemas del mundo real, desde una perspectiva de conocimiento aplicado, siendo éste un desafío mayor de la investigación para el desarrollo. En este sentido, hay autores que enfatizan la pertinencia de la investigación transdisciplinaria para enfrentar problemas concretos de la sociedad y trabajar en soluciones, desde una perspectiva participativa, como forma de investigación-acción (entre otros, Häberli, Klein, Gibbons). En la Conferencia Internacional sobre Transdisciplinariedad (en Zurich,
2000), la transdisciplinariedad es definida como una nueva forma de aprendizaje y resolución de problemas involucrando la cooperación entre diferentes partes de la sociedad y la academia para enfrentar los complejos desafíos de nuestras sociedades. Este tipo de investigación surge desde los problemas tangibles del mundo real y sus soluciones son concebidas de manera colaborativa entre distintos actores. Siendo una aproximación orientada a la práctica, la transdisciplinariedad no está confinada a un
3 Para ver en extensión estos temas, cfr. Luis Carrizo et alt. Transdisciplinariedad y Complejidad en el Análisis Social. UNESCO, 2003.círculo cerrado de expertos científicos, publicaciones especializadas o departamentos académicos universitarios: idealmente, todo aquel que tenga algo para decir sobre un
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