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Perdón, necesitaba el trabajo;v.


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2016  •  Ensayo  •  1.710 Palabras (7 Páginas)  •  275 Visitas

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El emo de los gatos y el idiota doloroso

Hoy en la clase de Ética y Valores el profesor me pregunto "Ichimatsu, ¿Qué valor crees tú que te describe?", obviamente no supe que responder, nunca me había planteado tal pregunta, no era como si me importase mucho, pero hay uno en especial que más que identificarme ha llegado a molestarme, la confianza. ¿Por qué es necesario confiar en alguien o en sí mismo?, las cosas son simples, tengas confianza o no, si fracasas se acabó, pero si lo logras sigues, así es la vida, entonces, ¿Qué tan necesaria es la confianza?

Personalmente nunca he tenido confianza en mí mismo, en lo que hago, digo y en los demás, pero la gente que me rodea es la viva imagen de la confianza, sinceramente me molesta, siempre confiados sobre sí mismos, en lo que dicen o hacen, confiando en los demás y viceversa, como si fuera la cosa más fácil del mundo. ¿Los envidio quizás?, eso sería demasiado cliché, honestamente me molesta que quieran poner su confianza en mí, ¿Por qué debo llevar esa carga yo?, ¿Y si los decepciono?, yo mismo no tengo confianza en mí mismo, ¿Por qué los demás si?, tenía miedo de decepcionar a los demás por mi propia falta de confianza, así que siempre terminaba alejándome, eventualmente todos se fueron alejando de mí, ese era mi día a día. O al menos así lo era hasta que lo conocí.

Del emanaba la confianza misma, brillos y estrellas de colores, más bien azul para ser exactos, literalmente. No es broma, no sabía si el tipo tenía mucha confianza en sí mismo o era simplemente idiota, ¿Será que se necesita ser idiota para tener confianza?, entonces prefiero no tenerla, todo el me resultaba doloroso, siempre queriendo lucirse, con sus gafas negras, diciendo palabras en inglés, aunque ni pronunciarlas bien sabia. Nunca pensé que el color azul fuera tan adictivo, ha, me siento un idiota. "¿Cómo un emo de los gatos sin confianza como yo se le ocurrió que sería buena idea enamorarse de un idiota doloroso con tanta confianza como el?" me preguntaba yo mismo, éramos polos opuestos, eso era más que obvio. Esa confianza que tanto me irritaba, me había enamorado de su viva imagen, ah, qué ironía.

Un día en los vestidores, cuando nos estábamos cambiando para la clase deportes. Al quitarse la camisa del instituto pude notar que traía puesta una camisa de tirantes azul con brillos, lentejuelas y como broche de oro, su cara en medio. No pude contener la risa y comencé a reírme, yo quien nunca sonreía siquiera, se estaba riendo por culpa del idiota de Karamatsu. Él se percató de ello y desde ese día comenzó a observarme, ¿Cree que no me doy cuenta?, ¿Cuan idiota es? El me gustaba y por ende su atención, pero llegaba a ser vergonzoso.

Él tipo comenzó a pasársela pegado a mí, diciendo cosas como "buraza" y otras cosas. Su exceso de cercanía me ponía nervioso, así que siempre terminaba golpeándolo e insultándolo, hasta termine poniéndole un apodo, "Kusomatsu", cada que pensaba en mí actuar me sentía como un verdadero Tsundere. ¿Cómo dos polos opuestos terminaron siendo amigos?, ¿Así funciona la amistad? A pesar de ser un tipo que podría ser amigo de cualquiera, salir con cualquiera, Karamatsu prefería estar conmigo, de verdad es idiota. Pero eso me hacía feliz.

Con el tiempo nuestra extraña amistad fue creciendo y yo me enamoraba cada vez más y más de Karamatsu, pero últimamente algo andaba mal, a veces estaba triste y dudoso, pero su confianza lo golpeaba y volvía a ser el mismo de siempre, comenzó a faltar a clases, también note algunos moretones en él. Yo lo golpeaba sí, pero jamás con la fuerza suficiente como para dejarle uno y si lo hacía no le duraba, en cambio esos sí, me estaba preocupando. Pero por más que le preguntaba, el insistía en que no era nada y otras excusas.

El estar cerca de él me había cambiado de cierta forma, él se ganó mi confianza, y poco a poco comenzaba a tener confianza en mí mismo, en lo que hacía y decía, jamás pensé que alguien pudiera hacerme cambar de opinión y pensamiento como lo hizo el, ahora veía las cosas diferente. Lo admito, me hice un Karamatsu Boy, quién lo diría.

A pesar de que ambos somos hombres y para la mayoría de la sociedad está mal visto, no me importaba siempre y cuando Karamatsu me aceptara, y tenía confianza en que lo haría, él no me abandonaría. Así que decidí confesarle mis sentimientos, estaba confiado y decidido.

Ah, que equivocado estaba.

Ese día Karamatsu no asistió a clases, ni al día siguiente, ni al siguiente a ese, simplemente dejo de asistir, intente contactarlo, pero no tenía su número, Karamatsu no tenía celular, ni número de casa, es más, ni siquiera sabía dónde vivía el, ahora que lo pensaba Karamatsu sabía mucho de mí, en cambio yo no sabía nada él, sus gustos, amistades, familia, temores, él nunca me contó sobre él, ¿Qué estuvimos haciendo todo este tiempo?, el simplemente desapareció sin decirme nada, ni despedirse, nadie sabía nada de él.

¿Lo ves?, ¿Qué sentido tiene la confianza si todos terminan abandonándote, decepcionando te?, mi vida siempre ha sido así, entonces, ¿Por qué estoy llorando?

Hey, mi confianza se ha ido por la borda.

Volví a cerrarme en mi mundo, desconfiar en los demás y en mí mismo. Dos años pasaron, alguien toco a la puerta de mi casa, era un tipo que jamás en mi vida había visto, pese a eso era extrañamente familiar. Abrí la puerta y le observe un momento, tenía una carta en la mano.

-¿Eres Ichimatsu?- pregunto, tenía una mirada triste.

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