Pienso, Luego Existo
Enviado por Diban • 3 de Octubre de 2012 • 1.546 Palabras (7 Páginas) • 1.067 Visitas
Pienso, luego existo
A lo largo de la historia de la humanidad se ha presenciado toda clase de conductas a lo largo de la vida de cada individuo en el mundo. La humanidad es verdaderamente diversa y extensa, tan extensa que se cuentan aproximadamente unas seis mil setecientas millones de personas en la actualidad. Entre tanta gente encontramos, por ser de la misma especie, en todos los individuos del planeta, la búsqueda del beneficio propio. Ahí es donde apuntan todos los actos que rigen nuestra conducta. Hacia aquello que nos haga sentir bien, tengamos o no claro si esto nos va a beneficiar verdaderamente, pasamos siempre por una conducta que podría estar respaldada por miles de motivos, pero nuestra conducta a la larga tendrá de trasfondo nuestra satisfacción, sea a corto o largo plazo, sea de la forma en que lo veamos, inclusive sabiendo que podría acarrear consecuencias negativas a largo plazo, lo que es claro es que toda conducta consta de dos elementos: una razón y una consecuencia. Es todo.
Me voy a enfocar en la razón principalmente, y dado que somos los únicos seres vivos en los que la razón siempre se hace presente total o parcialmente en cada uno de nuestros actos antes y después de llevarlos a cabo, queda una pregunta sobre el tapete, y sobre la cual ensayaré, al igual que filósofos, sociólogos, literatos, científicos, psicólogos y muchas más clases de estudiosos han ensayado; varias ideas, y he aquí la duda: ¿Qué tienen en común el concepto de satisfacción de todos los seres humanos? Es decir ¿Qué tienen en común la finalidad de las diversas formas de de actuar de las personas? Y es que ¿Somos todos verdaderamente tan diferentes como para buscar siempre algo que nos haga sentir completamente distintos? Además ¿cómo se deben definir nuestros objetivos más o menos convenientemente? O acaso podremos encontrar algo que en todos, absolutamente todos, nos de ese común denominador por así decirlo. La pregunta queda abierta.
Ciertamente, como ya dije, las conductas son diversas, surgen por algo y se dirigen hacia algo, por más absurdas, heroicas, bondadosas, egoístas, útiles o inútiles que fuesen, hay siempre un por qué. Las personas encuentran o definen sus objetivos y su actuar de acuerdo a la forma en la que se sienten respecto a las consecuencias del actuar. Por ejemplo, el hecho que alguien esté leyendo este escrito ya representa un por qué, quien lo lee también puede que sepa perfectamente por qué lo lee o al menos cree saber para qué lo hace, y gracias a esta reflexión ahora mismo lee esto, y sabe que es para algo que definitivamente no le va a hacer sentir mal o le va a perjudicar a corto o largo plazo. Así es que por más limitadas que estén nuestras posibilidades, no importa cuán poco sepamos, la voluntad de hacer, no lo mejor necesariamente; sino lo más satisfactorio de acuerdo a nuestra perspectiva es la tendencia del ser humano.
Se han adoptado distintas clases de conductas particulares que destacan en cada aspecto, ya sea político, social, artístico, económico, moral, y más. Principalmente por el gran número de adeptos a todas estas ideologías. Entonces si bien yo el ensayista puedo ser reflexivo, me puede gustar una cosa u otra, puedo ser socialista o capitalista, mi moral puede ser débil y cuestionable como puede ser sólida y aceptable y así miles de formas que determinarán quién soy yo, esto depende de una serie de factores de origen natural al principio (es decir tienen origen en la naturaleza misma como matar animales para alimentarnos de ellos o tener una pareja o dormir a cierta hora en la noche). Como pueden ser de origen social (como el hecho que alguien haya nacido en un estrato social bajo y por ello sea socialista) o en hechos de nuestra vida (que le tema a los perros porque uno me mordió alguna vez). Lo verdaderamente interesante será estudiar las conductas que no tienen origen en nuestro instinto natural, aquello que es conducido por la razón. He ahí donde nace la duda, pues lo otro se limita a simples respuestas a instintos que ya todos conocemos.
Cuando alguna vez alguien hizo algo que hasta al individuo mismo que lo hizo le resulta tonto o incomprensible, seguramente su concepto del por qué y el para qué no pudo ir más allá. Es por eso mismo que pienso que es muy importante ir lo más lejos posible en estas dos reflexiones. Lo menos estúpido tiende a ser lo más satisfactorio. Nadie dijo que esto siempre
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