Reporte de clase. “AVENTURA UNA FILOSOFÍA NÓMADA”
Enviado por Cecilia Sofia Alvarez Leon • 25 de Noviembre de 2015 • Apuntes • 2.660 Palabras (11 Páginas) • 335 Visitas
Reporte de clase.
En clase estuvimos revisando el libro “AVENTURA UNA FILOSOFÍA NÓMADA” de Rafael Argullol como parte de nuestro proceso por saber que es el conocimiento, por lo que nos dimos a la tarea de analizar capitulo por capitulo. En este cuarto y quinto reporte analizaremos del capítulo XVI al XXXIII. He decidido dividirlo en dos partes la primera que abarca del capítulo XVI, al capítulo XXIV y la segunda parte que es del capítulo XXV, al XXXIII.
Primera parte.
XVI. EL PASO.
En el capitulo anterior a este vimos la diferencia entre el reino del deseo y el reino de la posesión, también el establecimiento de las intrincadas relaciones entre ambos, que nos explican la importancia de los tiros del paso, que son de las grandes pruebas iniciales sin las que una comunidad está en un peligro o riesgo de estar en un infantilismo violento y en una apatía senil.
Los ritos iniciales son parte fundamental del desarrollo de la humanidad o una comunidad porque proyectan el problema de la supervivencia, lo importante del rito es que introduce la profunda conciencia de la muerte a modo de una defensa para el hombre tenga acceso a esa conciencia. Los ritos de paso es necesario que propongan situaciones de limite humano, donde estén autenticas situaciones de supervivencia, “…sólo empujando al hombre a las fronteras de lo humano y, una vez superadas por él, haciéndole ver que es capaz de sobrevivir será posible educarlo frente a la muerte.” [1] Un poco antes de esta frase mencionan a un niño como ejemplo, un niño no desconoce a la muerte pero sin embargo es algo que él no ha analizado y no ha reflexionado de la muerte, yo lo entiendo que solo haciéndole estar al borde de la muerte un hombre podrá analizar y reflexionar de la misma. Un rito de paso significa la educación que se da de la muerte contra la muerte. Todo aquel hombre educado contra la muerte es capaz por sí mismo de diferenciar entre deseo y posesión.
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XVII. LA LÍNEA DE FUEGO.
Las zonas oscuras son susceptibles de convertirse en zonas ampliamente luminosas, estas zonas oscuras tales como los ritos de paso o las experiencias de catábasis --el descenso al infierno y la posterior salida del mismo--. En este capítulo nos hablan de la mística y las diferentes maneras en que la describen desde diferentes puntos de vista, una experiencia mística es una experiencia que une o sirve para unir con la divinidad, las experiencias resultan inefables, todas las religiones han tenido o tienen una inclinación mística. Un ejemplo de cómo describen la mística es del filosofo Plotino, él la describe como un conocimiento intuitivo de Dios mediante la unión. Por otro lado esta Ibn’Arabi quien es un teólogo principal del sufismo, el describe la mística como un estado diferente de cuerpo y espíritu, uniendo el ámbito sensitivo e intelectual a través de una tercera vía que es la imaginación creadora. Se nota que a pesar de la desconfianza que existe en las religiones en respecto a lo místico, es algo notorio que este mismo ha representado la savia –vida-- de las religiones.
XVIII. MÁS ALLÁ DE LA PIEL.
En el capitulo anterior veíamos que cuando sentimos la naturaleza o experimentamos su belleza, atravesamos la línea de fuego que nos separa de la matriz o materia como si fuéramos solamente conciencia o alma. Lo que es atravesar nuestra piel individual para reconocer la piel del mundo. Estamos viviendo el producto de la dureza moderna de un hombre desnaturalizado y una naturaleza desnaturalizada. El hombre frente al desconocimiento y el pánico de la naturaleza, lo llevo a elaborar las figuras mediadoras como son los dioses existentes en los mitos.
La ciencia es capaz de meternos en un mundo de violencia infinita, pero también es capaz de adentrarnos en un mundo tranquilizador de leyes exactas y de armonías universales. La cultura es construida como uh mecanismo de defensa frente a la naturaleza no humana, se podría decir que la cultura se construye contra la naturaleza. La cultura necesita de la naturaleza, la primera se crea como si se tratara de un espíritu que se quiere independizar de la materia.
XIX. EL CUERPO TRANSFIGURADO.
En este capítulo nos hablan de Eros, la vinculación de lo erótico a la experiencia sagrada con un carácter de luz y al mismo tiempo con su carácter oscuro, está muy presente en muchas de las culturas místicas e incluso en interpretaciones modernas de las culturas. Todo lo que consideramos naturaleza, se halla densamente contenido en nuestras representaciones de lo erótico. Freud hace de lo erótico como la cara del dios, la otra cara de lo divino, de una manera más general, Eros es capaz de introducirnos en el ciclo de nacimientos, crecimientos, muertes y resurrecciones, en un ciclo de unidad y disgregación presente en todos los ámbitos desde el cósmico hasta el cotidiano. En Occidente lo que denominamos enamoramiento resulta ser una de las facetas que intervienen en el ámbito de Eros, tiene una doble intervención erótica; la primera que sería una intervención pasional y en ocasiones obsesiva, y la segunda que es capaz de sobrevivir a dicha compulsión, que puede llevarnos a reconocer que lo erótico es un saber. El saber viene determinado por la posibilidad de comprender el mundo a través del otro cuerpo, o de acceder al dialogo con el mundo a través de él.
XX. LA NOCHE INFINITA.
Si resulta ser que lo erótico es nuestro cause de acceso al cuerpo del mundo, a su crecimiento, muerte y resurrección, atreves de lo onírico –ensueño-- es ese cuerpo el que accede a nosotros. Nerval menciona el sueño como un viaje a través del universo. El espacio del sueño nos introduce a un espacio mítico de nosotros mismos, entonces podríamos decir que los sueños construyen la mitología de la conciencia.
Solamente en el sueño somos capaces de llegar a no concebir o a imaginar, eso también es posible en otras dimensiones, sino a vivir una existencia de dioses. El sueño parece introducirnos paralelamente en todas las dimensiones del futuro, presente y del pasado, siendo esta división resulta semánticamente muy limitada para advertir sus poderes. Únicamente en la esfera onírica podemos llegar a existir como dioses y a sentir la exacta dimensión del infierno.
XXI. EL CÍRCULO Y LA LÍNEA.
Las visiones que la cultura ha podido general respecto a la creación del tiempo, y al funcionamiento del tiempo en la existencia, han sido muy variadas, por un lado, a la proposición de un tiempo lineal y en algunos casos a modo de complemento, a la proposición de un tiempo circular como el que siguen tradiciones orientales. A lo largo de toda la historia de la literatura han multiplicado los intentos por fijar el tiempo o por oponerse a la tarea destructora de sus hilanderas. Bergson, habla del hombre como de un ser en el tiempo; un ser condenado en el tiempo. Mientras que Baudelaire cree en la existencia humana como la de un ser caído en el tiempo.
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