Socrates
Enviado por berechin • 3 de Abril de 2014 • Tesina • 1.376 Palabras (6 Páginas) • 222 Visitas
§ 54 - SÓCRATES
Nació éste en Atenas 470 años antes de la era cristiana, siendo sus padres el escultor Sofronisco y la partera Fenareta. Después de ejercer durante algunos años el arte de su padre, y después de haber practicado en silencio las virtudes y máximas morales que más adelante debían constituir el fondo principal y la autoridad de su doctrina, comenzó a difundir entre sus conciudadanos las ideas filosóficas adquiridas con la meditación más bien que con estudio, y a enseñar las virtudes morales y religiosas, que él había tenido buen cuidado de practicar antes de enseñarlas con palabras. A pesar de una naturaleza refractaria a la virtud y de un temperamento inclinado a la violencia (1), Sócrates practicó constantemente la mansedumbre, y durante el curso de su vida dio pruebas y ejemplos de todas las virtudes, sin excluir las domésticas, las guerreras y las político-sociales. Basta recordar, en prueba de esto, la paciencia e igualdad de ánimo con que sobrellevó el genio violento y las extravagancias de su esposa Xantipa; el valor sereno, hasta rayar en heroísmo, que manifestó en los campos de batalla de Potidea y Delium, donde salvó la vida a Jenofonte, y la entereza y valentía con que resistió a los treinta tiranos en el ejercicio de sus funciones públicas.
A pesar de tantas virtudes, y tal vez a causa de éstas, el pueblo frívolo, inconstante y corrompido de Atenas, excitado por los sofistas y seducido por poetas y por políticos más corrompidos aún, condenó a Sócrates a beber la cicuta, bajo pretexto de que corrompía a la juventud y menospreciaba los dioses. La humanidad indignada execrará siempre la memoria de los autores, cómplices y fautores de la muerte del hombre justo, condenando a eterna infamia los nombres del autor de Las Nubes, del orador sofista Melito, del poeta Licón y del político Anito.
Por lo demás, los últimos instantes de Sócrates correspondieron al resto de su vida. Su muerte podría compararse a la del mártir cristiano, si la oscuridad e incertidumbre acerca del destino final del alma, junto con los conceptos fatalistas, con las supersticiones y con la levadura politeísta que en sus discursos y actos aparecen, no la afearan y la hicieran perder gran parte de su belleza y sublimidad. Todavía no había resonado en el mundo la palabra del Verbo de Dios, que debía traer al hombre de la ciencia y al hombre de la ignorancia, al hombre de la academia y al niño de la escuela, la solución clara, precisa, filosófica y sencilla del problema formidable de la vida y de la muerte, del origen y del destino del hombre.
§ 55 - FILOSOFÍA DE SÓCRATES
Entrando ahora en la exposición de su doctrina, diremos:
1.° Que en su opinión, el principio generador de la ciencia y su base propia, es el conocimiento de sí mismo. El nosce te ipsum del templo de Delfos, es el primer principio de la Filosofía para Sócrates. Y lo es, en efecto, de la Filosofía socrática, si se tiene en cuenta que ésta se reduce al estudio y conocimiento del hombre como ser moral. Así es que Sócrates, o menosprecia, o apenas concede importancia a las ciencias físicas, cosmológicas, matemáticas, y hasta a las psicológicas y biológicas, en cuanto no se refieren al aspecto religioso-moral y político del hombre. El estudio del hombre y de sus deberes morales, religiosos y político-sociales, he aquí el objeto casi único y verdadero de la Filosofía (2) para el maestro de Platón.
Con respecto al mundo y a las ciencias físicas que al mismo se refieren, Sócrates profesaba un escepticismo muy semejante al de los sofistas sus contemporáneos: escepticismo (3) que solía expresar en aquel aforismo que repetía con frecuencia: solo sé que no sé nada.
2.° El método de Sócrates estaba en relación con el punto de partida que señalaba a la Filosofía, haciendo consistir el primero en la observación de los fenómenos internos, en la reflexión y análisis razonado de los mismos. De aquí la variedad y flexibilidad de su método de enseñanza, que sabía acomodar a maravilla a las circunstancias de los oyentes. Aparentando con frecuencia ignorancia
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