ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Sueños De Verano


Enviado por   •  23 de Junio de 2013  •  1.424 Palabras (6 Páginas)  •  276 Visitas

Página 1 de 6

SUEÑOS DE VERANO

Los seres humanos, tras bajar de los árboles, después de haber salido del mar, comenzaron a preguntarse cosas, que simple y sencillamente no interesan, que en todo el cosmos nadie se lo pregunta, porque no interesan, de ellas surgieron los problemas al querer responder a todo esto, los humanos comenzaron a encontrar respuestas, aunque vagas, querían saber lo que los hacía feliz, ya que inventaron los sentimientos, se comenzaron a sentir vacíos, no sabían que es lo que los llenaba.

Una tarde, una muchacha caminaba por la calle libertad, como la que anhelaban tanto los que pasaban por ella, sintiendo el vapor fresco después de una llovizna de verano, aquella joven de cabello negro, jeans ajustados, suéter azul y zapatillas deportivas, encajaba en aquel paisaje de esa tarde de verano en que el pasto crecía, los pájaros huían, las nubes estaban tan arriba. No había tráfico, sólo se oía el característico sonido de las gotas de agua al caer perdiendo su forma en unos segundos. El pintor plasmó aquel paisaje y lo envolvió con un olor a óleo y a tabaco, la joven seguía caminando, metió la mano a una de sus bolsas y sacó un cigarrillo, enmarcados con letras doradas, tomó un pequeño encendedor, lo observó durante un momento y lo encendió, las letras doradas comenzaron a ponerse grises y después, nada. Eh, aquí otro dilema, el pintor pensó que el paisaje había sido arruinado, mientras tanto, en la mente de Natalia, estaba la respuesta a todos aquellos infinitos problemas de la humanidad; siguió caminando hasta llegar a un parque, en el cual las hojas eran más verdes, las cuales formaban arcoíris invisibles por todos lados, sola ella los podía sentir, verlos, tocarlos, tanto que su mano se manchó de colores. Se limpió con unas hojas húmedas; tiró los restos del cigarro consumido, se recargó contra un muro, sacó de su mochila un libro amarillo y lo abrió, fue allí donde el pintor perdió el interés.

El pintor que retrataba paisajes nostálgicos con jóvenes hermosas, hoy se encontraba envuelto en una gabardina de color indefinido, tenía grises alegres y verdes opacos, en ese traje llevaba más que las gotas secas de sus cuadros, toda una vida, envuelto en un olor a pintura.

Guardó sus pinceles, cerró bien los recipientes de sus pinturas y metió todo en una caja, como las que usan los mecánicos; sacó otro cigarro, una caja de cerillos, tomó uno y lo encendió; cerró los ojos, aspiró una bocanada de aire y a través de sus párpados viajó a una tarde soleada y dulce con olor a ciruelos verdes, se vio siendo un niño, sintió pesadas sus bolsas, metió su mano a una de ellas sacando dos ciruelas grandes, eran verdes y rojas, se las metió a la boca comenzó a masticar y sintió un sabor agridulce tan real, cerró los ojos y escuchaba gritos vagos que lo llamaban -¡Vamos por más! Sintió que en sus pies se hundían las pequeñas piedras que habían en el suelo, sintió como la corriente del rio arrastraba el silencio perpetuo de sus playas, fue el único que sintió el peso de los árboles llenos de aquellos frutos tropicales, exhaló y abrió los ojos, el humo se perdió en aquella atmosfera fría, tenía aún el sabor agridulce en la boca, sentía el peso de aquellos ciruelos en sus bolsas vacías; era de noche y él permanecía en la escuela, parado en medio de la plaza cívica, volvió la vista hacia los salones y escuchó una campana con un sonido dulce, dio unos cuantos pasos silenciosos y se vio envuelto en sudor, en caramelo, sucio, en niño, corriendo tras los demás, con la expresión: ¡ A ver quien llega primero!, la escuela se hundía en gritos por aquí, niños raspados por allá, olor a caramelo, todo era felicidad, inocencia.

Volvió a abrir los ojos, esta vez se encontraba solo; salió por el portón trasero de la escuela, guardó su maleta de mecánico en la cajuela del carro, entró en él, miró hacia adelante y respiró; sin necesidad de cerrar los ojos viajó hasta aquel punto

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (8 Kb)
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com