¿TIENE SENTIDO LA EXISTENCIA?

Eje 1: PROBLEMAS FILOSOFICOS: SOCIEDAD Y PODER.

¿TIENE SENTIDO LA EXISTENCIA?

Fátima Garibay Ocegueda

5° “B” T/M BGC

Profesora: María de los Ángeles Silva Gómez

Ocotlán, Jalisco   13/09/2016

Abstract

7.432.663.000  habitantes en el mundo y estoy seguro que al menos un 70% se ha preguntado cuál es la razón por la que esta aquí; si todo se acaba y la muerte es inevitable, ¿tiene algún significado la vida? En la naturaleza del hombre ha existido siempre y existirá hasta el fin de los tiempos, la necesidad de preguntarse por el sentido de su vida. Es algo que llevamos de manera inherente. Y a pesar de que muchas corrientes ideológicas intentan explicarlo con la biología, la genética, la psicología, la filosofía, todos ellas caen en el error de reducir al ser humano a alguna de éstas, y se olvidan que el ser humano en su unidad es cuerpo, mente y espíritu. La búsqueda del ser humano por encontrar un sentido de vida constituye una fuerza primaria. Dicho sentido es único y específico para cada una de las personas, y corresponde a cada uno encontrarlo.

Sucede que estas en un lugar en silencio solo viajando en tu circulo mental y de repente sientes una chispita en tu mente que prende toda la curiosidad posible dentro de ti entonces empiezan a surgir un sinfín de preguntas en tu interior…¿Existencia? ¿Estoy existiendo, soy real? ¿De dónde vine? Y lo más importante ¿Para qué existo, qué hago aquí? Estas son preguntas que han dado realmente dolores de cabeza a la humanidad durante siglos y todavía no hemos encontrado una respuesta que consiga llenar el vacío que producen tales preguntas. La vida o la existencia humana en general es algo demasiado grande, impredecible, abstracto, variable y poco tangible. Además, no tiene por qué tener un único sentido.

Desde un punto de vista estadístico somos una casualidad, desde el punto de vista de Darwin somos primates que evolucionaron, desde un punto de vista químico se podría decir que somos el resultado de unas determinadas reacciones químicas, desde un punto de vista religioso somos seres que estamos de paso en este mundo, o incluso que somos la creación de un Ser Divino. Existen demasiados puntos de vista como para encontrar un factor común de todos ellos. La búsqueda de sentido quizá haya sido la indagación más apasionada del género humano, una búsqueda que ha constituido el aliento de incontables religiones y filosofías. Estas últimas, en todas las épocas y culturas, han buscado dar respuesta a preguntas como las anteriormente formuladas o al menos razonar en si es posible alcanzar tales respuestas, es decir, en si se trata de preguntas con sentido o sólo modos de hablar sin referente real. Y así podemos dar vueltas y vueltas hasta que finalmente decidimos convertirnos un poco en filósofos y vamos en busca de respuestas.

Existir —ex-sistere (estar fuera) referencia a algo que está-ahí, el término existencia evoca, inevitablemente, el de "esencia". La esencia, en griego; quidditas, en latín define el qué de algo, lo que la cosa es en sí misma, expresa la realidad profunda de un ser y constituye su naturaleza estable. Es preciso que el pensamiento se encarne en cada hombre y se haga carne de su existencia, había dicho Kierkegaard. El mencionaba filosofar no consiste en dirigir discursos fantásticos a seres fantásticos, ya que es a los existentes a quienes se habla. Es persona el que está implantado en la existencia, con todo lo que esta comporta de tensión y duda, de esperanza y temor, de finitud y necesidad, de desesperanza y humildad. El ser de la existencia no puede jamás ser expresado en los angostos límites de un concepto. La existencia no es el fin último de la reflexión filosófica, sino el punto central de orientación, o está ahí desde el principio o no está en modo alguno. Las filosofías han sido unánimes en la consideración de que la existencia es el distintivo específico de la persona, e insisten en el valor absoluto de la persona, que no es ni cosa, ni objeto, ni parte de la naturaleza, ni un momento en la evolución cósmica, sino algo existente en sí, con valor propio y libertad, pero situada, encarnada en un cuerpo y que se manifiesta al mundo.

Entonces si ya sabemos que existimos porque estamos aquí, la siguiente pregunta ¿de dónde vinimos? Desde el punto de vista ilógico todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común, gracias a un proceso denominado selección natural: “Existen organismos que se reproducen y la progenie hereda características de sus progenitores, hay variaciones de características si el medio ambiente no admite a todos los miembros de una población… aquellos miembros con características mejor adaptadas sobrevivirán más probablemente”. Darwin, El origen de las especies.

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