Trabajo practico 5 ética
Enviado por Maria Florencia Videla • 5 de Mayo de 2021 • Tarea • 1.657 Palabras (7 Páginas) • 78 Visitas
Trabajo practico 5
Actividad:
A-Elabore un informe de lectura teniendo en cuenta los distintos temas que trata el libro:
- Perdidos, es decir, extraviados
- Crisis de valores
- El mundo humano: el hombre y le valor
- La elección y la autoridad desintegración
- Crecer o neurosis
- Educación
- Sujetos a la subjetividad
- Algo hay que sacrificar
- Elegir
- En busca de la integración “bancar y bancarse”
B-Trabaje los textos del Barylko y explique la siguiente frase:
“Cuando mayor es la libertad de costumbre, mayor es el sentimiento de vacío; cuanto más se institucionalizan la comunicación y el dialogo, más solos se sienten los individuos, cuanto mayor es el bienestar, mayor es la depresión”.
C-Relaciones y fundamente los conceptos de los textos: vivir es convivir – haz lo que quieras- vio Ud. Alguna vez agua – los extremismos revolucionarios.
D-Que sostienen los autores con respecto a la educación.
E-¿Cuál sería la solución para ir remediando los problemas de nuestra sociedad?
F-Que concluye que sería importante inculcar. Fundamente
A-Están, pero están perdidos. Nosotros somos los portadores de los valores y andamos perdidos de rumbo, des-orientados. ¿Qué hacer? Detener por un rato la marcha y pensar; atreverse a encontrar un rumbo, una racionalidad e, inclusive, una disciplina.
Hay problemas. Hay asaltos, hay corrupción, hay droga, y los jóvenes se crían en ese ambiente enviciado, contaminado de hoy sin mañana, y van a la deriva.
Hay una crisis de valores. Toda crisis es perdida para atrás y crecimiento para adelante. Solo que la pérdida o rotura es algo que se te da y el crecimiento es algo que tú debes producir, que no viene solo y automáticamente. Por ejemplo la famosa crisis de la adolescencia, “crisis de originalidad”, el crecimiento depende de lo que el joven y su circunstancia hagan de ella.
Siempre hubo crisis porque siempre hubo historia, hombres, movimientos, cambios, evolución y, en consecuencia, siempre algo se rompía y algo se reconstruye. Cada época tiene la suya, con su toque especifico. Nos toca determinar, pues, en que consiste la crisis de nuestro tiempo.
“El hombre” es un valor o un conjunto de valores, de ideales, de aspiraciones, de significados totalmente independientes de lo que cada uno haga para subsistir.
Nuestro universo esta hecho por valores y para valores. Ellos dan sentido superior a cada minúsculo acto que emprendemos.
El mundo humano es textura de valores. El valor vibra en nuestros gestos, en nuestras elecciones, en nuestros pasos. Esta internalizado. Nos fue entregado por la educación, por la cultura, por la tradición, pero su fuerza imperativa es tan grande que fluye de nosotros como si fuera un instinto, un acto reflejo.
¿Qué son los valores? Son señales en el camino en las que nos apoyamos para tomar decisiones. Ahí necesitamos una jerarquía que nos sostenga y oriente. Pero hay una ausencia de esto y se debe la ausencia de autoridad, esa autoridad que enmarca la escala de valores.
En el desarrollo histórico hay tres tipos de autoridad: la autoridad de la tradición, la de Dios (religiosa) y la de la razón (suplanta y desplaza a las autoridades anteriores).
Hoy nos encontramos con una desintegración de las creencias. Las anteriores incluida la autoridad de la razón, son creencias. Ahora en nuestro siglo, también la razón fue destronada de su indudable autoridad.
Recapitulando: la razón suplanto a las fuentes de autoridad que le antecedieron y luego ella misma fue destronada. La razón, como sus predecesores, tenía la fuerza de la universalidad. Al desintegrarse el universo de las creencias, ya no hay lugar para nada universal. En consecuencia se produce la des-integración y ya no existe la autoridad de la razón universal. Ahora hay individuos sueltos con razones sueltas, y cada uno justifica de otra manera sus elecciones valorativas. Esto sería la crisis de valores de nuestro tiempo. No tengo más autoridades valorativas reconocidas universalmente para apoyar en ellas mis juicios.
Lo humano consiste en hacer, no decir. Hacer es modificar, y en eso consiste la educación.
A la educación le compete la compleja función de repensar la recomposición de la trama de valores, de un mundo en común que nos comunique y nos ayude a vivir con más placer y menos angustia.
Crecer es romper el límite del cascaron, es revisar valores recibidos y, en todo caso, trocarlos por otros, o aceptarlos pero no porque fueron recibidos sino porque el ser actual los considera valioso por propios discernimiento.
En la infancia eres educado en un mundo de disciplina, de obediencia, y además dependes de los otros. Todo esto deber ser trascendido cuando llegas a la madurez, de manera que puedas vivir no en depencia sino con una autoridad responsable de sí misma. Si no puedes cruzar ese umbral tienes la base de la neurosis.
Primero educamos para la conformidad colectiva y mientras tanto vamos sembrando los gérmenes de la educación de la personalidad independiente y equilibrada.
Es muy probable que la idea no sea alcanzada por todos los miembros de la comunidad. El ideal de la autorrealización, no es asequible a todos por igual, primero porque para ello se necesita disponer de condiciones favorables, y segundo porque, aun así, el individuo es distinto en sus capacidades y no todos son lo suficientemente fuertes o hábiles como para alcanzar un grado de autonomía, de ser uno mismo.
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