Wittgenstain, Pensamiento Complejo.
Enviado por dragondomm • 7 de Agosto de 2014 • 807 Palabras (4 Páginas) • 278 Visitas
Ludwig Wittgenstein (1889-1951) es considerado en la actualidad como uno de los filósofos más originales e influyentes del siglo XX. Sin embargo, a pesar de que dos escuelas filosóficas bien conocidas creyeron encontrar en sus métodos y pensamientos no pocos motivos de inspiración y confirmación (el neopositivismo del Círculo de Viena y la filosofía del lenguaje ordinario de Óxford o filosofía analítica), él mismo rechazó ser identificado con ninguna de ellas. Por otra parte, aunque se acostumbra a inscribir su trabajo filosófico en el ámbito de la llamada filosofía del lenguaje y del giro lingüístico (Rorty) experimentado por la filosofía desde Nietzsche, cabe defender la tesis de que Wittgenstein no dejó de ser, en el fondo, un autor metafísico, aunque de forma muy peculiar. Debemos aclarar, pues, qué tipo de pensamiento nos ha legado Wittgenstein, cuál era su intención filosófica y qué retos plantea a la filosofía y a la teología. Probablemente, así resulte mejor dibujado el perfil de su genial e indiscutible figura filosófica.
El pensamiento de Wittgenstein suele dividirse en dos fases bien marcadas por dos obras: la primera se fundamenta con el Tractatus, y la segunda con las Investigaciones filosóficas. En el Tractatus Wittgenstein deja claro que el objeto de la filosofía no es el de elaborar sistemas de verdades cerrados, sino el de desarrollar una actividad clarificadora tendente a establecer una distinción entre problemas genuinos y problemas carentes de sentido nacidos de formulaciones lingüísticas erradas: “El libro – escribe en el prefacio – trata de problemas filosóficos y muestra, según creo, que la formulación de los mismos se funda en la mala comprensión de la lógica de nuestro lenguaje. Todo el sentido del libro podría resumirse en las siguientes palabras: todo cuanto puede decirse se puede decir con claridad; y sobre aquello de lo que no se puede hablar, hay que guardar silencio”.
Para Wittgenstein toda proposición es un modelo de un estado de cosas determinado. La capacidad de expresar los hechos de la realidad depende de la identidad de forma – de estructura lógica – que existe entre el hecho y la proposición que lo expresa. Las proposiciones significantes pueden reducirse siempre a proposiciones simples que expresan hechos elementales mediante procedimientos lógicos. Una proposición será verdadera cuando el estado de cosas que expresa existe. Según Wittgenstein en el lenguaje cotidiano la relación entre las proposiciones y las cosas que expresan es muy imperfecta. Un ejemplo claro es la proposición “el cuadrado redondo no existe”, cuya forma sintáctica correcta es “no existe ninguna unidad que sea redonda y, al mismo tiempo, cuadrada”. Planteada de manera correcta la proposición no nos llevará a pensar en un objeto imposible llamado cuadrado redondo.
Considera, no obstante, que existen proposiciones que son siempre verdaderas
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