Zeigest Moving

zeitgeist: moving forward / impresiones

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Acabo de ver ahora mismo el tercer documental de la serie Zeitgeist, que anuncié en mi último artículo. A pesar de ocupar casi 3GB en la versión que corre por las redes P2P —es un filme no comercial, no hay Ley Biden-Sinde que valga— tardó apenas unas horas en bajar; ciertamente se está compartiendo con ganas por parte de la comunidad de internet. Aprovecho para repetir los enlaces del eMule que puse ayer: película en inglés + subtítulos en español.

La película/documental dura casi tres horas y, a pesar de un comienzo un tanto abrupto y falto de ímpetu, así como un enfoque inicial un tanto desconcertante, superado este primer bache el filme se mete en harina y logra sus objetivos: conmover, buscar cierta concienciación sobre el estado actual de las cosas del mundo y proponer una solución, en principio viable, para los problemas de la Humanidad. Y todo ello desde una perspectiva que intenta elevarse sobre toda ideología, partidismo o división, a la que vez que busca la creación de una masa crítica de personas que se adhieran a la ambiciosa visión revolucionaria de Peter Joseph, el responsable de la serie.

Dicho esto, también debo reconocer que me ha dejado un sabor un tanto agridulce. Más adelante hablaré de ello.

Zeitgeist: Moving Forward está dividido en cuatro partes. En la primera muestra como los seres humanos, como individuos, estamos profundamente condicionados por nuestra experiencia social, que puede ser de lo más diversa, y que no existe más condicionamiento previo que una serie de necesidades básicas impuestas por la Naturaleza que son satisfechas con mayor o menor éxito. En la segunda parte básicamente se repasan los contenidos de los documentales previos, denunciando lo profundamente aberrante, contradictorio y autodestructivo que es nuestro sistema socioeconómico actual y el destino fatal al que está abocado, que ya estamos experimentando en los países supuestamente desarrollados. En la tercera parte se propone una alternativa a nuestros desmanes, basada en el Proyecto Venus, y en la cuarta se especula sobre el posible desarrollo de los acontecimientos futuros y la oportunidad irrepetible que tenemos, como individuos y como sociedad, de escoger el mejor camino posible.

Que este resumen tan breve que acabo de hacer no lleve a engaño. Lo que se nos cuenta no es tan simple como parece. La cantidad de información y razonamientos que se ofrecen es considerable, sin llegar a abrumar. Y aunque no cae en el simplismo, a veces, quizás por necesidad de metraje, quizás porque parece evidente, quizás porque asume que el espectador ya ha visto los documentales previos, sentencia sobre algunos hechos de manera aparentemente tajante. Sin embargo, no encuentro que caiga en demagogias interesadas en ningún momento.

Tanto estilísticamente, aunque con más medios, como en los contenidos —animaciones, gráficas, entrevistas—, el filme muestra continuidad con los anteriores; quizás demasiada, ya que en los primeros minutos, como expuse, el ritmo y el enfoque es bastante anticlimático, como si se tratara más de una especie de epílogo de Zeitgeist: Addendum, el segundo documental de la serie. Quizás lo más sorprendente sea el inesperado toque de humor salvaje, ausente en los documentales previos, con el que el autor sorprende al principio de la cuarta parte, y que conduce de la sonrisa a la carcajada en apenas medio minuto, con homenaje a los Monty Python incluido. Sin ignorar algunos fragmentos previos de dibujos animados con un tono bastante irónico, como el impagable diálogo de la Tierra con otros planetas del sistema solar (¿Marte, me dejas unos dólares?) mientras el Sol hace tareas domésticas como fregar las estrellas. De hecho me recordó bastante

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