Campos De Concentración

Campos de concentración.

Theodor Adorno fue un filósofo alemán que también escribió sobre sociología, comunicología, psicología y musicología y que tuvo que abandonar el cual tuvo que abandonar el país debido al nazismo.

Arbeit macht frei es una frase alemana cuya traducción al español es "el trabajo libera". Aunque a veces pueda ser entendida como "el trabajo te libera" o "el trabajo os hace libres", la frase en cuestión ha sido formulada en la lengua teutona empleando un modo estrictamente impersonal. El lema fue emplazado sobre los accesos a numerosos campos de exterminio establecidos por el régimen nazi. Arbeit macht frei es una frase intencionalmente ambigua: sugiere no sólo que el trabajo libera a víctimas detenidas por el nazismo, sino la ocupación de los nazis al consumar el asesinato premeditado de enormes masas humanas de origen y condición diversa

Qué son los campos de concentración.

El término “campo de concentración” hace referencia a un campo en el cual se detiene o se confina a la gente, usualmente bajo condiciones duras y sin respeto a las normas legales sobre el arresto o la encarcelación. En este centro se confinaba sobre todo a opositores políticos y grupos étnicos o religiosos, así como a personas homosexuales o a prisioneros de guerra. Los campos de concentración fueron una característica integral del régimen nazi.

Dónde y cuándo se localizaban.

Sin embargo los campos de concentración son anteriores al régimen nazi, ya que en el siglo XIX son utilizados por los españoles en Cuba durante la Guerra de la Independencia de la isla.

En Estados Unidos, las fuerzas militares transportaron a 70.000 ciudadanos de origen japonés y a 42.000 residentes japoneses de la costa oeste a centros de realojamiento en el interior.

A quién encerraban.

Antes de entrar de lleno en tema, es preciso aclarar el por qué los nazis se consideraban antisemitas y por qué sobre ellos recayó prácticamente todo el odio y las atrocidades.

El antisemitismo comenzó siendo un asunto religioso muy anterior a Hitler, que podemos encontrar ya en la Edad Media. Los cristianos no aceptaban que los judíos no reconociesen que Jesús era el “hijo de Dios” y cuando el cristianismo se convirtió en la religión predominante en Europa, los judíos comenzaron a ser perseguidos.

Hitler retomó el antiguo antisemitismo y le añadió teorías supuestamente científicas en las cuales según él probaba la superioridad de la autotitulada “raza aria” sobre la “raza judía”.

Noche de los cristales rotos.

En la noche del 9 de noviembre de 1938 hubo un estallido de violencia contra los judíos en todo el Reich. Parecía imprevisto, provocado por la furia de los alemanes por el asesinato de un funcionario alemán en París en manos de un adolescente judío. Pero en realidad, el ministro de propaganda alemán Joseph Goebbels y otros nazis habían organizado cuidadosamente los pogroms. En dos días, más de 250 sinagogas fueron quemadas, más de 7.000 comercios de judíos fueron destrozados y saqueados, docenas de judíos fueron asesinados, y cementerios, hospitales, escuelas y hogares judíos fueron saqueados mientras la policía y las brigadas de bomberos se mantenían al margen. Los pogroms se conocieron como Kristallnacht, la "Noche de los cristales rotos", por los cristales destrozados de los escaparates de las tiendas que llenaron las calles.

Un día en un campo de concentración.

Eran transportados en trenes en los cuales podían pasar días y noches enteras de viaje sin apenas espacio para todos ellos, los jóvenes solían viajar de pie para que los adultos pudieran ir sentados en el suelo de los vagones.

Cuando los presos llegaban a los campos de concentración, primeramente se dividían hombres y mujeres. De este modo iban escogiendo qué personas entrarían en el campo y cuáles irían directamente a las cámaras de gas.

Solían quedarse únicamente con la gente que estaba en edad de trabajar y no tenía enfermedades. Los niños menores de 16 años y las personas mayores eran en su mayoría los que se llevaban a las cámaras de gas en esa primera selección.

Posteriormente iban a una “sala” de cuarentenas, en la cual se desvestía a todos los presos, se les rapaba el pelo y se les asignaba un número y un barracón.

Una vez que ya estaban instalados en los campos de concentración la vida comenzaba en torno a las cuatro a las cinco de la madrugada, cuando sonaba la campana, entonces todos los presos debían levantarse y comenzar con su aseo personal, aunque muchas veces carecían incluso de agua, o si la tenían, siempre estaba a temperaturas muy bajas.

Luego se procedía al recuento, todos los presos debían salir de los barracones que era el lugar en el que dormían para hacer enormes filas de personas y que el jefe del barracón, el cual era un prisionero con prestigio entre los nazis, realizaba ese recuento que podía durar horas.

Una vez realizado el recuento, el cual podía durar hasta seis horas, se procedía a dar el desayuno a los presos, que consistía en un agua sucia que se hacía pasar por café. Más tarde se organizaban a los presos en Kommandos, cada uno de los cuales constituía un grupo de trabajo. Los tipos de labores incluían tareas en las granjas para cultivar el trigo y trabajo forzado en las fábricas cercanas. Los nazis explotaban a los prisioneros y los obligaban a también a hacer trabajos como nivelación de terrenos, construcción de edificios, construcción de carreteras, excavación de zanjas, demolición de rocas, labores en molinos, fábricas, plantas industriales, extracción de carbón, y elaboración de productos químicos y armamento.

Comida que se servía.

El único momento que tenían para poder reposar era la comida, en la que se servía un plato de sopa en el que a veces los presos si eran afortunados podían encontrar cáscaras de patata flotando y 300 gramos de pan o de serrín de madera en su defecto.

Para cenar se les daba otro plato de sopa con trozos de col y nabos, los cuales era difícil encontrarlos. Algunos días entre los presos se distribuían trozos de salchichas vegetales o pequeños trozos de mantequilla, sin embargo a medida que fue pasando el tiempo este tipo de extras en la alimentación escaseaba cada vez más.

Barracones.

Los barracones de madera era el lugar en el que dormían, sobre literas duras, muchas veces sin manta. Además de hacer la función de dormitorio, cuando no quedaba sitio en la enfermería los enfermos se quedaban en éstos barracones organizados por las enfermedades que padecían y esperando su hora. Cada día por la mañana se obligaba a cuatro presos a sacar los

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