Desarrollo Historico De La Comunicaicon
Enviado por 12102010 • 17 de Agosto de 2013 • 1.941 Palabras (8 Páginas) • 389 Visitas
LOS SOFISTAS Y PLATÓN: pensamientos paralelos
Los sofistas se interesaban en el papel que desempeña el logos, o el poder de la palabra en el mundo humano. Reconocieron que el lenguaje, por su misma naturaleza, es impreciso, ambiguo y metafórico en sus descripciones del mundo; sin embargo, no trataron estas características como fallas que impiden el conocimiento de la realidad, más bien, celebraron la capacidad del lenguaje de crear posibilidades en el mundo. Creían que dos características del lenguaje confieren un gran poder: la capacidad de nombrar lo que no se ve y la de ocultar y revelar aspectos de la realidad.
Con los sofistas, el hombre y las cosas humanas pasaron al primer plano de la problemática filosófica. Eran humanistas; creían que el único saber que merece realmente tal nombre es el saber práctico, útil para el hombre.
A partir de sus críticas, los sofistas fundaron el subjetivismo o relativismo («la verdad de la cosa conocida es relativa al sujeto que la conoce»). Este relativismo subjetivista lo expresó perfectamente Protegerás (480- 410 a. de C.): «El hombre es la medida de todas las cosas».
Por lo tanto, podemos ver la gran relación de cómo la hermenéutica tomó el lenguaje y la comprensión como el entendimiento, siendo éste un problema lingüístico y que su éxito o fracaso se produce a través de la lingüisticidad. Todos los fenómenos de entendimiento, de comprensión e incomprensión que forman el objeto de la denominada hermenéutica constituyen un fenómeno del lenguaje.
Platón, el filósofo griego adoptó un concepto de comunicación muy diferente al de los sofistas. Menosprecio el aparente relativismo de los sofistas, cuyas enseñanzas eran consideradas un simple artificio, y no un verdadero arte, Platón sugirió sin elaborar los detalles una retórica basada en el verdadero conocimiento, y no en trucos argumentativos. Un filósofo elocuente puede hablar de la verdad a sus interlocutores, expresando más que simples opiniones, de manera que ellos puedan captar intuitivamente la sabiduría divina.
Para los sofistas, el lenguaje era una poderosa fuerza que construía las posibilidades del mundo humano. Para Platón, en cambio, el lenguaje era un mal necesario, un medio de expresión imperfecto que sólo distorsionan la realidad cada vez que se le utilizaba.
LA TRADICIÓN ARISTOTÉLICA
Aristóteles, ofreció una postura alternativa al debate entre los sofistas y Platón, según la cual, la combinación de un cuidadoso análisis del mundo, con un razonamiento meticuloso apegado a las normas de la lógica, daría como resultado el verdadero conocimiento del mundo natural y un buen juicio en aquellos asuntos humanos en los que la certeza no fuera posible. Combinó la atención que prestaban los sofistas al mundo real de las cuestiones humanas, con la búsqueda de la certeza, aunque advirtió que sólo puede ser aproximada en los asuntos humanos.
La retórica de Aristóteles es un estudio basado en observaciones empíricas de las prácticas de los oradores y las respuestas de sus respectivos públicos, y fue diseñada para ayudar al orador a descubrir todos los medios de persuasión disponibles en determinada situación.
Esta obra presta especial atención a las percepciones generadas por el orador en el auditorio, destacando la credibilidad como una de las más importantes.
La retórica de Aristóteles influyó de manera fundamental en el estudio de la comunicación durante el imperio romano y en la historia del pensamiento occidental.
LA TRADICIÓN CRISTIANA
El estudio de la comunicación enfrentó nuevos retos cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del imperio romano a principios del siglo IV de la era cristiana. San Agustín escribió que el conocimiento se adquiere a través de la interpretación de las escrituras. Sin embargo, una vez construido, el ministro cristiano tiene la libertad de utilizar las teorías retóricas paganas para lograr que sus sermones sean más efectivos.
A pesar de que los diversos escritores que analizaron la comunicación durante los siguientes siglos fueron influidos fuertemente por San Agustín, la tendencia fue pasar por alto los aspectos retóricos de su obra para reducirla a una serie de técnicas prescriptivas de oratoria.
LA EDAD MEDIA
En esta etapa histórica dominada por el pensamiento cristiano, estaban los estudios Trívium, materias inferiores en las que la certeza no era posible y se conformaban de gramática, retórica y dialéctica; y el quadrivium, que permitía las demostraciones exactas, como: aritmética, música, geometría y astronomía.
EL RESURGIMIENTO HUMANISTA
A pesar del opacamiento de las ciencias por las tradiciones medievales, el pensamiento sofista respecto a la comunicación se expresó en el resurgimiento del humanismo, el movimiento intelectual del siglo XV que tenía como propósito retomar el estudio de los textos griegos clásicos, elevar la dignidad del individuo mediante la cultura, y dominar las técnicas de la filología como medio de investigación.
Los humanistas italianos se esforzaron por renovar la noción de que el mundo no está lleno de hechos que deben ser descubiertos para luego hablar de ellos, sino que es un mundo que llega a ser en la medida en que es construido mediante el lenguaje. Los humanistas consideraron a la literatura y sus recursos, como las metáforas, la ironía y otras figuras retóricas, una forma de filosofar, ya que mediante ella es posible construir el significado sin perder las particularidades, ni la emoción de un evento.
Giambattista Vico, erudito del siglo XVIII cuya obra es frecuentemente considerada como la culminación del pensamiento humanista, sostenía que los esfuerzos por entender al mundo no se pueden separar de las formas de expresión de dicho conocimiento, puesto que los nombres o etiquetas que se asignen a una experiencia determinarán lo que dicha experiencia es.
LA ERA CIENTIFICA
De la misma manera en que Platón y Aristóteles opacaron a los sofistas durante el siglo v a.C. la perspectiva de los humanistas italianos se vio oscurecida por el entusiasmo que generó el desarrollo de la ciencia moderna. Resulta irónico que la fascinación que los humanistas sentían por los clásicos y que los liberó del escolasticismo del
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