EL HOMBRE GRIEGO

El hombre griego. Vernant, Jean Pierre. Alianza Editorial S.A. Madrid. 1993.

EL HOMBRE GRIEGO

En el contexto de la Grecia Antigua, la sociedad se limita a hablar del hombre desde aspectos generales y superficiales, generando como consecuencia la perdida de el verdadero valor del mismo como factor imprescindible para el desarrollo de la historia, de esta forma pretende enfocarse más en el aspecto físico, cómo recurso facilista para destacar sus principales características, ignorando así mismo rasgos mucho más trascendentales, cómo el valor de su cultura, creencias y relaciones. Partiendo de este punto es necesario replantear el concepto y profundizar en lo mencionado anteriormente para que de ésta forma se pueda llegar a la verdadera noción del hombre griego.

• El hombre griego y su relación con la divinidad.

Partiendo de la aprehensión que mantenían los griegos hacía sus divinidades, se pueden evidenciar aspectos notoriamente diferentes a los de la religión que se maneja en la sociedad actual; para los griegos los dioses claramente están por encima de los mortales pero desde su percepción no existe una línea tan extremista que los separe de lo divino; por otro lado estos tampoco pretenden igualarse a sus dioses pero si crear lazos más cercanos que les permitan mantener un parentesco con ellos, quienes de ésta forma tampoco representan un concepto de lo perfecto,  si no que por otro lado hacen parte del mismo cosmos y surgen como consecuencia del universo, el hombre griego no renuncia a su mundo para obtener algo mejor ( cómo se hace ver actualmente ) más bien pretende desarrollar un aspecto mucho más estético reflejado en el orden y la belleza del mundo.

El hombre griego no mantiene un dogma específico, que imponga en cierta forma el pertenecer a alguna entidad religiosa, por el contrario procura desarrollar su propia búsqueda y reflexión sobre la misma estableciendo un saber y un verdad en cuanto a tal.

• El hombre griego y su relación consigo mismo.

El hombre recrea su propia relación a partir del autoconocimiento, inicialmente se presenta como un individuo cósmico y en base a esto empieza a desarrollar su propia introspección, relacionando el conocimiento que tiene de si mismo y de su relación con el mundo exterior, a partir de ésta relación el hombre da paso a un análisis que le permita descubrir su verdadera identidad, para Sócrates no es posible llegar a un propio conocimiento sin antes verse reflejado en el otro individuo , ya que esté es el espejo que permite reflejar su propia imagen.

La identidad del individuo también se ve evidenciada en su propia valoración social, es decir si su reputación es buena, está se verá directamente reflejada en su dignidad y en su imagen si por el contrario es mala acarreará consigo el desprestigio,  y la degradación.

• El hombre griego y su relación con la naturaleza.

Para el hombre griego la naturaleza representa una aproximación hacía lo divino, en la naturaleza está inmerso el mundo y el mundo representa una obra de arte que por su perfección permite incluso servir de ofrenda a los dioses, la relación que mantiene el hombre con el mundo radica en su esencia, es decir la esencia del hombre se origina a partir del hecho de hacer parte del mundo.

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