Antropologia Del Hombre Griego
MoralesB074 de Diciembre de 2013
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Antropología del hombre griego:
1) El Hombre Griego
El pueblo de habla griega, emigrando hacia el sur, allá por los albores del segundo milenio antes de Cristo, casi seguramente con anterioridad al año 1900, entró en la península que andando el tiempo habría de llamarse Grecia. Fuese cual fuere el nivel de su cultura cuando sus gentes realizaron esta entrada, lo cierto es que, a partir de entonces, contribuyeron a configurar la técnicamente avanzada civilización del período de la Edad del Bronce, que se suele denominar Micénico (1400-1200) y que tuvo sus centros principales en el Peloponeso -la parte sur de la Grecia continental- en sitios como Micenas, Argos y Pilos. El reciente desciframiento de su escritura silábica -conocida por el nombre de “Lineal B”- ha puesto en claro que, al menos en los palacios, su lengua era una forma arcaica del griego.
Los griegos nunca se llamaron a sí mismos, en su propio idioma, «griegos»; esta denominación proviene del término con que los romanos los designaron: graeci. En la época micénica (a juzgar por los monumentos hititas contemporáneos) parece que eran conocidos por el nombre de aqueos, uno de los varios nombres que se les da aún en los poemas homéricos, la más antigua literatura griega que se ha conservado.
Los griegos intentaron dar una explicación del mundo, fueron un pueblo que aportó a la cultura universal una rica mitología, el desarrollo de la filosofía y de muchas otras ciencias; los juegos olímpicos y el origen de muchas de las palabras que se utilizan actualmente.
Durante el transcurso de la llamada Edad Oscura, o quizás al acabar ella, el término “helenos” reemplazó constantemente a todos los demás, y ‘Hélade’ pasó a ser el nombre colectivo que se aplicaba al conjunto de los griegos. La Hélade se extendió por un área enorme, que abarcaba, hacia el este, el litoral del mar Negro, las zonas costeras del Asia Menor y las islas del mar Egeo, la Grecia continental en el centro, y, hacia el oeste, la Italia del Sur y la mayor parte de Sicilia, continuándose luego por las dos riberas del Mediterráneo hasta Cirene, en Libia, y hasta Marsella y algunas localidades costeras de España. A grandes rasgos, esta área venía a formar como una gran elipse, cuyo eje mayor era la longitud del Mediterráneo, con el mar Negro como prolongación; una elipse muy aplastada, puesto que la civilización griega se desarrolló y floreció al borde del mar y no tierra adentro.
Todos aquellos griegos tan diseminados por lejanos confines tenían conciencia de pertenecer a una cultura común: “siendo nosotros de la misma raza y de igual idioma, comunes los altares y los ritos de nuestros dioses, semejantes nuestras costumbres”, decía Herodoto (VIII, 144).
Los griegos fueron un pueblo de navegantes que floreció entre los siglos XXX y II a. C., en dos zonas:
a) Grecia insular, formada por un gran número de islas diseminadas en el mar Egeo, el Mediterráneo y el Jónico
b) Grecia continental, formada por una parte del territorio de la península de los Balcanes que se adentra en el mar Mediterráneo y sumamente montañoso.
Esta región no cuenta con grandes ríos, el agua escasea y posee clima de tipo mediterráneo con lluvias en invierno. Estas condiciones no favorecieron el desarrollo de la agricultura, la que se limitó al cultivo de poca cantidad de trigo, vid y olivo. La gran cantidad de costas y puertos naturales con que cuenta este territorio favoreció la pesca, la navegación y el comercio marítimo. El territorio conserva su nombre, Grecia.
La cultura griega era muy avanzada, desde el inicio los griegos contaban con unas condiciones muy buenas para la guerra, conquistaron muchos pueblos a los que esclavizaron y pusieron a hacer los trabajos más pesados por ellos, esto les permitió dedicarse a desarrollar las artes, las ciencias, la cultura y el pensamiento humano. Ellos se consideran los padres en su mayoría de muchas cosas como: matemática, filosofía, medicina, música, todo fue desarrollado por ellos, la civilización actual debe casi todo su desarrollo a esta cultura. Los políticos y filósofos de la época consideraban a la mujer solo para la procreación. Se debe acotar que los griegos eran diferentes según la región o ciudad-Estado en que habitaran. Un ateniense se encargaba de: cultivaban la filosofía, la escultura y el arte en general, siendo los primeros que practicaron una cuestionable democracia, mientras que se diferenciaba de un espartano, ya que estos desde pequeños eran formados como guerreros.
Los griegos y su religión:
Los griegos antiguos se tomaban con mucha seriedad la práctica religiosa. De hecho, la religión gozaba de tal reputación en territorio heleno que era uno de los pocos elementos de identidad que compartían los griegos de aquel entonces. Evidentemente, todavía no era posible hablar de identidad nacional alguna, pero la religión era, junto a los Juegos Olímpicos, el único elemento que trascendía el ámbito de la poli. De esta manera, jugó un papel muy importante en la precaria identidad colectiva griega de esa época.
La religión griega confirió atributos humanos a sus deidades. Asimismo, para poder resaltar su carácter divino, los griegos dotaron a sus dioses de una gran fortaleza y también de ciertas cualidades extraordinarias. Sin embargo, su aspecto antropomórfico no era, por lo general, absolutamente inalcanzable, sino que representaba el ideal físico acorde a los cánones de belleza griegos. Era, por tanto, la visión que los griegos tenían de sí mismos. Esa construcción humanizada de los dioses implicaba que éstos pudiera ser mejor asimilados por las personas.
Los griegos creían en un panteón de dioses y diosas que estaban asociados con los aspectos específicos de la vida. Por ejemplo, Afrodita era la diosa del amor, mientras Ares era el dios de la guerra y Hades el de los muertos. Algunas deidades como Apolo y Dioniso revelaban personalidades complejas y mezcolanza de funciones, mientras otros como Hestia (literalmente ‘hogar’, ‘chimenea’) y Helios (literalmente ‘sol’) eran poco más que personificaciones. Había también deidades específicas de un lugar: dioses de los ríos, ninfas de manantiales, cuevas y bosques. Héroes y heroínas locales también solían ser venerados en sus tumbas por habitantes de las zonas cercanas.
Finalidad de la religión:
La finalidad de la religión griega, igual que las demás, era encontrar respuesta a las preguntas que los humanos de aquella época no podían responder. Para conseguir ese objetivo los griegos recurrieron a los mitos, y mediante los cuales buscaron explicar, por ejemplo, los fenómenos naturales. En este sentido, el mito de Deméter es la forma que tuvieron los griegos de explicar las estaciones y plasmar la concepción cíclica del tiempo; sin embargo, la peculiaridad y grandeza de la religión griega era la forma en la que ésta trataba de desentrañar los enigmas de aquel momento.
La existencia de los Dioses del Olimpo servía, como se ha dicho, para que los griegos pudieran dar una explicación asumible de ciertos hechos. Los griegos comprendían los fenómenos meteorológicos asociándolos a sus divinidades. Así pues, los rayos se los atribuían al Dios de dioses Zeus y el comportamiento del mar recaía sobre los designios de Poseidón. De la misma manera, es vox populi que la religión también pretende aliviar los temores que producen la posibilidad de la muerte.
La Moral griega a través de la religión y sus aspectos:
La moral se puede entender como el conjunto de normas presentes en una sociedad concreta, la cual ha adaptado su estilo de vida de acuerdo con estos valores, hecho que ha generado unas determinadas costumbres. Es posible hablar de una moral griega muy influida por su religión. En este sentido, no hay que olvidar que los griegos se tomaban muy en serio su religión y ésta formaba parte de día a día de casi cualquier griego.
Así pues, hay que destacar, como en los relatos, los propios dioses adoptaban algunos comportamientos singulares que, hasta cierto punto, reflejarían actitudes propias de los griegos de entonces. Es posible que haya hechos que en nuestra sociedad puedan impactar, pero que los griegos, debido a una moral distinta a la nuestra, no repudiarían especialmente. Uno de estos comportamientos que llama especialmente la atención son las relaciones incestuosas entre hermanos o madres e hijos. De hecho, estos incestos se dan muy pronto, como por ejemplo entre Gea y Urano, aunque no es extraño ver más entre el resto de dioses. Este hecho nos lleva a pensar que era un hecho relativamente tolerado en Grecia.
Virtudes y vicios de los griegos:
Aristóteles las sintetizó perfectamente en cuatro: justicia, prudencia, fortaleza y templanza. No obstante, para comprender como los griegos valoraban estas virtudes, hay que observar su concepción comunitaria de la vida. Este aspecto implica que las virtudes, aunque podían corresponder a un individuo, aspiraban, en la mayoría de los casos, a tener una proyección pública. Las virtudes griegas aunque bebían de la mitología se inspiraban no tanto en los dioses, sino en los héroes; se trataba, por tanto, de virtudes heroicas, por lo que no todas ellas podían ser alcanzadas por el hombre corriente, siendo, por tanto la aristocracia quien generalmente las pretendía.
Para los griegos la guerra era el campo ideal para desarrollar en su mayoría el asunto de sus virtudes, estas tienen proyección pública, lo que también implica que los vicios también la tengan, pues
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