El Mundo Novohispano Población, Ciudades y Economía, siglos XVII y XVIII.
Enviado por Carolina Patricia Reyes • 2 de Octubre de 2016 • Apuntes • 3.776 Palabras (16 Páginas) • 658 Visitas
El Mundo Novohispano Población, Ciudades y Economía, siglos XVII y XVIII.
Manuel Miño Grijalva
Este ejemplar nos describe un análisis de la historiografía existente del periodo y en este caso nos ofrece una explicación del proceso de crecimiento de la sociedad colonial durante los siglos XVII y XVIII, donde la temática principal será la población y su transformación social a partir del surgimiento de las ciudades hasta convertiré en una sociedad activa y creadora de cambios.
Este libro nos proporciona un panorama general de lo que pudo haber sucedido en el periodo colonial, dentro del análisis de los autores citados en su libro se señalan las tendencias generales de la población durante dicho periodo entre las que destaca que se tuvo una disminución acelerada en la población efecto a consecuencia de la conquista y colonización los indios se desplazaban de unos pueblos a otros en busca de mejores condiciones de vida, es así que algunas zonas ven aumentada su población no solo por el crecimiento natural si no también por la migración que se dio a lugar en cada comunidad, ya que los diferentes recursos y medios de subsistencia en cada región fueron determinantes en la extinción de las comunidades del norte y sur y este del reino. Las condiciones económicas, sociales y políticas que hicieron posible la recuperación de cada región jugaron un papel fundamental para mantener a los diversos grupos.
Es importante mencionar que mientras al final del sigo XVI y primer parte del siglo XVII, fue el periodo donde la población decreció de una manera alarmante, recuperándose moderadamente en la segunda parte de este, siendo el periodo de mayor ritmo en el crecimiento de la población indígena. La demografía en los siglos XVII Y XVIII presenta variaciones regionales apreciables, pues la población indígena no creció con igual ritmo en todas partes, el autor nos dice que para entender mejor los movimientos abruptos de la población se debe considerar el efecto de las recurrentes epidemias que asolaron los campos y empujaron a las gentes a ciudades, tales como la viruela, el sarampión, el tifo, la fiebre amarilla, la malaria y la peste, enfermedades que arrasaban con la población indígena principalmente. Con las epidemias se extendía también la pobreza, la misma que hacia mas terrible las enfermedades, coincidiendo la epidemia y el hambre para llevar a la población a una crisis mas profunda.
Debido a la escasez de alimentos, medicinas y malas cosechas llevaron a los pobladores a migrar en busca de comida. Un aspecto muy importante a considerar es que debido a la gran mortandad de indios y gente servil y pobre trajo un nuevo problema como lo fue la escasez de la mano de obra. Es a partir de estos inconvenientes que se origina una crisis y a pesar de los esfuerzos por contrarrestar los problemas económicos y la hambruna, tanto indígenas adinerados como españoles quedaron reducidos a la pobreza y se vieron obligados a vender tierras y lo que fuera para poder mantenerse, así como los indígenas, los españoles y mestizos sufrieron las penurias económicas generales. No obstante habría después una recuperación y a pesar de los obstáculos, la mayoría de las ciudades coloniales cumplió funciones comerciales administrativas o estuvo ligada a la explotación agrícola y minera, a los servicios y a la producción artesanal, es desde ese momento que la población indígena se concentro en pueblos y rancherías, se establecería una red primero y después un sistema visible y consolidado de ciudades en el que se reconocían cierta jerarquía y ordenamiento.
Los centros se multiplicaron durante los siglo XVII y XVIII y se acentuó el dominio de cada poblado sobre la zona circundante de cada ciudad sobre su territorio e incluso de una gran ciudad sobre otras, este sistema urbano se constituyo en un mecanismo de difusión de políticas e ideas. El papel de la ciudad estuvo ligado a la organización de producción y trabajo así como también a la difusión de ideas y proyectos, a pesar de los problemas de transporte, a finales del siglo XVIII había un sistema urbano que se caracterizaba por la interconexión de cientos de ciudades, villas y pueblos de distintas dimensiones, distribuyéndose en todo el reino obteniendo así un intercambio de recursos e ideas. Una idea que el autor expresa, nos deja claro el papel tan importante que representaron los pueblos al ser parte activa del sistema urbano, tanto por su numero como por la concentración de su población, además de la importancia de su intercambio, el trabajo artesanal y los servicios que prestaban a diversas comunidades, siendo su funcionamiento mas complejo.
El autor nos hace mención de el porque se le da un estatus jurídico a la ciudad y a los pueblos no, pues bien, nos dice que las ciudades fueron concentraciones voluntarias, mientras que los pueblos, nacieron por acción compulsiva del estado con la intensión de formar una red de aldeas que atendieran la agricultura y la ganadería, sirviendo de sostén de los núcleos urbanos y recurso económico a la comunidad india así como también canalizara intencionalidades políticas y religiosas, misma que cambiaria con el tiempo al adquirir características urbanas. Es así que centros urbanos y protourbanos, con estatus jurídico propio, fueron los ejes articuladores en torno a los cuales funciono la vida novohispana. El papel de los pueblos como productores de mercancías, fue la clave de un mundo menos estático. Así la aparición de la ciudad como centro político organizador, significo el principio y el fin, el motor del desarrollo agrario regional, un foco de atracción y contención de las crisis de subsistencia que golpearon y empobrecieron al campesino.
Conforme la población crecía, las actividades económicas se hicieron mas complejas, las ciudades cambiaron, las congregaciones evolucionaron y algunos pueblos presionaron para obtener de las autoridades la categoría de cabecera, para así buscar la independencia y los privilegios que estas gozaban, con una extensión mínima y un cabildo independiente y por muy pequeños que estos fueran, los pueblos sirvieron como centros redistribuidores de bienes y es una figura fundamental para entender las relaciones sociales de la propiedad agraria, siendo estos núcleos protourbanos que adquirieron fuerza en torno al mundo agrario dominado por haciendas y ranchos, alterando la constitución de la propiedad agraria. Al final de este capitulo el autor nos retoma un factor elemental: la migración, donde nos señala que probablemente las ciudades no hubieran existido sin las migraciones, pues la dinámica demográfica urbana era débil, pues a veces no tenía la posibilidad de crecer o mantenerse estable.
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