El Palacio De Mineria
Enviado por • 6 de Octubre de 2014 • 3.771 Palabras (16 Páginas) • 497 Visitas
El Palacio de Minería, obra maestra del arquitecto Manuel Tolsá, está considerado como el mejor exponente de la arquitectura neoclásica en México y como uno de los mejores ejemplos de esta corriente arquitectónica en el continente americano.
La historia del Palacio de Minería, se remonta a 1793 cuando el Real Colegio de Minas de la Nueva España adquirió el predio donde ahora se asienta este edificio con la ayuda del Segundo Conde de Revillagigedo, don Juan Vicente Guemes Pacheco y Padilla, encargando el proyecto y la construcción del mismo al destacado arquitecto Manuel Tolsá, también autor de la escultura ecuestre de Carlos IV “El Caballito” así como de la última etapa de construcción de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. El Palacio de Minería fue uno de los primeros edificios diseñados ex – profeso para la enseñanza de la ingeniería y la metalurgia, situación que adquiere mayor relevancia si recordamos que la minería era la principal actividad económica de la Nueva España y unas de las principales Fuentes de riquezas del Imperio Español. De tal suerte, el Palacio de Minería refleja en su sobria y elegante arquitectura de cuidadas proporciones, el ideal ilustrado de razón y orden para alcanzar el conocimiento, y como ese conocimiento podría transformar favorablemente la realidad a través de una explotación científica de los recursos mineros, constituyéndose así en una de las primeras instituciones orientadas al desarrollo tecnológico en América.
Tras las revueltas militares ocurridas durante la primera mitad del siglo XIX y tras una reconstrucción parcial sin alterar el proyecto original de Manuel Tolsa, por parte del arquitecto Antonio Villard, el Palacio de Minería permaneció cerrado e incluso se pensó en utilizarlo como mansión imperial de Maximiliano de Habsburgo antes de que este eligiera al Castillo de Chapultepec como su residencia.
Años más tarde, el Palacio de Minería tuvo distintos usos hasta que en 1867 recobró su vocación original al alojar a la Escuela Especial de Ingenieros misma que permaneció durante casi cien años en este inmueble hasta antes de que fuera trasladada en 1954 al edificio de la actual Facultad de Ingeniería de la UNAM, en Ciudad Universitaria.
En el interior de este magnífico edificio sobresalen especialmente su patio, el Salón de Actos, la Antigua capilla de la Virgen de Guadalupe así como sus fastuosas escalinatas, mismas que han sido inmortalizadas por varios artistas y grabadores a lo largo de la historia.
Actualmente el Palacio de Minería forma parte del patrimonio de la UNAM, y en el se realizan distintas conferencias, diplomados, y eventos entre ellos la Feria del Libro del Palacio de Minería, uno de los mayores eventos literarios de la ciudad, en el que se dan cita editoriales de todo el mundo de habla hispana.
Tolsá en España
Manuel Tolsá Sarrión nace el 4 de mayo de 1757 en la villa de Enguera, trasladándose a Valencia para formarse en el taller de escultura de D. José Puchol, hijo del arquitecto del mismo nombre, autor de las Escuelas Pías de Valencia.
El escultor Puchol, vinculado a la Academia de San Carlos, influyó decisivamente en la formación artística de Tolsá, tanto en su faceta escultórica como en la arquitectónica. Curiosamente, sin embargo, fueron las obras del arquitecto Gilabert las que de alguna forma inspiraron sus mejores realizaciones. Hay una correspondencia entre las obras de Gilabert en Valencia como: el Palacio de la Aduana, la Iglesia de las Escuelas Pías, la Capilla de San Vicente en el convento de Santo Domingo, y las de Tolsá en México como: el Palacio de Minería, el proyecto de la Iglesia de Loreto, la Capilla de Santo Domingo. Correspondencias que hacen suponer que existió una relación directa entre ambos artistas o, al menos, un estudio profundo de las obras de Gilabert por parte del joven Tolsá.
Nada se conoce documentalmente de su paso por la Academia de San Carlos de Valencia, a pesar de haberse declarado explícitamente alguna vez, discípulo de esta Academia. Ni tampoco aparece el nombre de Tolsá en el archivo del Gremio de Carpinteros de Valencia del siglo XVIII, aunque era frecuente entre los jóvenes escultores, el hecho de entrar en el taller de un maestro para aprender el oficio.
La influencia que la fama de un paisano, Fray Francisco Cabezas, nacido 48 años antes, autor en 1761 del proyecto de la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid, debió ejercer en el joven Tolsá es innegable, dado el contacto que el clérigo mantuvo con la población de Enguera. Se puede deducir por la relación que Cabezas tenía con los arquitectos y escultores de la academia valenciana, que de alguna forma Tolsá llegó a Valencia con la idea de aplicarse a la arquitectura y escultura, por consejo de aquél.
Sí consta en cambio claramente, que en 1780 Tolsá se trasladó a Madrid, donde estudió diversas disciplinas artísticas en la Academia de San Fernando, incluida la pintura. Tuvo allí como maestro al escultor D. Juan Pascual de Mena, autor del Neptuno del Paseo del Prado, que llegó a ser director general de dicha academia. En 1784 logró el segundo premio en el concurso de primera clase de escultura. Trabajó durante varios años como escultor en la Corte y fuera de ella, aunque sus obras no están bien documentadas.
En 1789, Tolsá fue nombrado académico de mérito de San Fernando, y unos meses más tarde de San Carlos. En septiembre del año 1790 se le designó académico director de escultura de la Academia de San Carlos de México, cargo solicitado por él, el año anterior. Para tal fin embarcó 76 cajones con copias en yeso de las principales obras españolas y vaticanas con destino a la Nueva España, actualmente albergadas en el Museo de San Carlos, México.
Esa academia había sido creada por disposición de Carlos III en 1783, dentro de la política institucionalizada de la fundación de academias, que en la segunda mitad del siglo XVIII, se extiende por toda la geografía española, repitiendo el modelo de San Fernando en las principales ciudades: Valencia, Sevilla, Zaragoza, Valladolid, traspasando incluso el océano para establecerse en la Nueva España.
El 20 de febrero de 1791 embarcó Tolsá en Cádiz en la fragata Santa Paula con destino a la capital de México, donde llegó cinco meses más tarde, después de hacer escala en La Habana y desembarcar en Veracruz.
Tolsá en México
Tolsá fue director de escultura de San Carlos de México, a la par que otro valenciano, Joaquín Fabregat, ocupaba la dirección de grabado y ambos compartieron sus responsabilidades, junto con Rafael Ximeno, pintor y académico de Valencia, que en 1793 fue nombrado director de pintura. De esta forma, en los primeros
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