El Presidencialismo
Enviado por yadirapenelope • 9 de Mayo de 2012 • 3.426 Palabras (14 Páginas) • 917 Visitas
Concepto de presidencialismo.
Presidencialismo es el sistema de organización política en que el presidente de la república es también jefe del poder ejecutivo, es unipersonal, aunque se auxilia de organismos para cumplir sus diversas funciones, tanto en la administración pública como en la gobernabilidad. "El poder ejecutivo federal en México es unitario, electo directamente por el pueblo para un periodo de seis años y no puede ser reelecto".
Un hiperpresidencialismo no es lo más conveniente al país, debido a lo complejo que resulta dar cumplimiento a las demandas de la población mexicana. Resulta contradictorio a los preceptos constitucionales que consagran la democracia como forma de gobierno.
En una división real de poderes, los tres órganos de gobierno deben conservar una autonomía plena, de ninguna manera deberán estar subordinados los poderes legislativo y judicial ante el poder ejecutivo. Respecto de la autonomía del poder legislativo Francisco Berlín Valenzuela, señala: "Resulta realmente extraño que en numerosos países se le continúe relegando a un segundo plano y se haga caso omiso de la trascendencia que tiene el que se le otorgue la autonomía que requiere para su progreso".
El presidente de la república es el titular de la administración pública, que tiene la función esencial de prestar los bienes y servicios públicos a la población, lo cual resulta demasiado complicado para que sea encabezado por un sólo hombre.
Es por ello que resulta importante la participación ciudadana no únicamente en la elección a través del sufragio universal, sino también en el ejercicio de las actividades de gobierno, es decir, el involucramiento y compromiso en los asuntos públicos, de los ciudadanos debidamente informados. "El ciudadano en general es el individuo que tiene participación en la autoridad y en la obediencia pública... en la república perfecta es el individuo que puede y quiere libremente obedecer y gobernar sucesivamente de conformidad con los preceptos de la virtud".
Clasificación de los sistemas presidenciales según Loewenstein.
1. Presidencialismo puro: Son aquellos que tienen las características distintivas del sistema mexicano, es decir el poder ejecutivo se encuentra por encima de los otros dos órganos de gobierno.
2. Presidencialismo atenuado: Son aquellos donde el poder se ejerce conjuntamente por el presidente y sus ministros, quienes están organizados como gabinete.
3. Presidencialismo endeble: Son aquellos donde se ha tratado de disminuir la influencia del ejecutivo, ya sea incorporándole elementos parlamentarios o admitiéndose el ejecutivo colegiado.
La mejor forma de gobierno es el cuasi-presidencialismo, debido a que el poder no se concentra en una persona sino que se comparte. Es imprescindible que la designación y renuncia de los Secretarios de Estado sea con la aprobación del Congreso de la Unión o de la Comisión Permanente en su caso, toda vez que el cargo que desempeñan es de vital importancia para el país.
La preeminencia del poder ejecutivo sobre los demás poderes y su posición como pieza central del sistema político mexicano se explican en gran medida, por los enormes poderes que le ha dado el texto constitucional al presidente de la República, es decir, el presidencialismo mexicano ha estado y está constitucionalizado; pero también es cierto que, junto con el diseño constitucional, el contexto político resulta determinante para las facultades jurídicas y el poder político del presidente se haya desplegado a plenitud.
Presidencialismo en México.
El régimen presidencial se adopta por vez primera en la Constitución de 1824, que se inspira, a su vez en dos fuentes principales: la Constitución Norteamericana de 1787 y la Constitución de Cádiz de 1812. De la Constitución de 1824 se conservan actualmente aspectos del sistema presidencial como el derecho de veto del presidente y la estructura bicameral del Congreso. "
Emilio Rabasa sostuvo desde 1912 que la dictadura del general Porfirio Díaz se había producido porque la Constitución de 1857 había dotado de poderes exorbitados al poder legislativo impidiendo que el ejecutivo gobernara, de modo que la solución que el propio presidente había encontrado fue conducir al país al margen de los mandatos constitucionales, para alcanzar lo que, según sus convicciones era el interés general.
En 1935, se produce la expulsión del país del expresidente Plutarco Elías Calles por entonces presidente Lázaro Cárdenas. Con esto Cárdenas estableció una regla fundamental del sistema político mexicano: todo el poder sería para el presidente, pero sólo por seis años, sin posibilidad de extender su mandato fuera de este periodo. Comenzaba a tomar forma la larga etapa del partido hegemónico caracterizado por un presidencialismo exacerbado pero institucionalizado en el marco de un partido político revolucionario.
En 1968 se dio un evento que imprime autoritarismo salvaje, como producto del hiperpresidencialismo, el movimiento estudiantil fue reprimido violentamente por el uso de la fuerza pública, conculcando derechos a los estudiantes. Se deduce que el poder detentado en una sola persona tiende a degradarse, si no es regulado fehacientemente. La falta de sapiencia y vocación de los gobiernos, para dirigir correctamente al Estado, fomenta el estancamiento del desarrollo económico, lo que se traduce en pobreza extrema, inseguridad pública, analfabetismo, etcétera.
En el Congreso Constituyente de Querétaro de 1916-1917 la discusión sobre el régimen presidencialista también se hizo presente. Carranza se inclinó por el régimen presidencialista, dotando al presidente de un gran cúmulo de facultades, mientras por otra parte se limitaban deliberadamente al poder legislativo con el fin de que no pudiera estorbar o hacer embarazosa y difícil la marcha del poder ejecutivo.
En la Constitución de 1917 quedaron establecidas las facultades para el poder ejecutivo, con la supuesta intención de que el presidente pudiera llevar a cabo ágilmente el programa social de la revolución, que exigía muchos medios, no solamente jurídicos, y enormes capacidades de gobierno.
En las elecciones de 1988 el partido oficial se vio seriamente amenazado en las urnas por los partidos de la oposición (concretamente por una coalición de partidos de izquierda encabezada por Cuauhtemoc Cárdenas) con lo que se aceleró el proceso de apertura democrática en el país.
De la mecánica de las reformas electorales iniciada en 1977 es clave para encontrar un cuarto momento central en la evolución de esta institución política-jurídica: en las elecciones de 2000. cuando el Partido Revolucionario Institucional perdió las elecciones presidenciales ante el Partido
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