El cuerpo como objeto del poder

El cuerpo como objeto del poder

Podemos decir que en nuestras sociedades, el cuerpo es manipulado desde la infancia porque nos imponen nombres, creencias, educación (preescolar, primaria, secundaria, universidad, etc.), nos sumergen en un estado político, para someternos al mismo; siendo tanto en la sociedad, donde se debe cumplir y acatar unas reglas, como en la familia donde se educa a través de la disciplina para ser una persona de bien. En la calle donde es manipulado de acuerdo con su cultura, es formado según los valores, es educado con el propósito que adquiera un saber y un poder para desenvolverse estratégicamente en las diferentes relaciones. El individuo es constantemente vigilado y castigado por otros que ejercen el poder. A partir de la manipulación del cuerpo podemos hablar del biopoder donde se detallan ciertos métodos de disciplina aplicados sobre el mismo.

Lo que nos lleva a desarrollar conceptualizaciones vinculadas al cuerpo como objeto de poder siendo parte del mismo.

El cuerpo entra en un sin número de movimientos corporales, actos, tácticas, estrategias, simbolismos, maniobras, las cuales implementa al interior de las distintas relaciones que establece con los demás cuerpos. Este conocimiento del cuerpo es lo que Foucault denomina: "La tecnología política del cuerpo" vinculada directamente al concepto de Biopoder, término utilizado para referirse a la práctica de los estados modernos de explotar numerosas y diversas técnicas para someter los cuerpos e intervenir a la población; surge del derecho de vida y muerte que un soberano determina sobre un ciudadano, pretende convertir la vida en objeto administrable por parte del poder.

De esta manera se detectan 3 conjuntos de técnicas, la primera es la tanatopolitica. En esta tecnología el soberano posee el derecho de dar muerte sus súbditos, en consecuencia en esta técnica para controlar a la población, se maneja la fuerza principalmente el martirio, entendido como una técnica para producir sufrimiento, pero además el suplicio que es una tortura que propone la confesión del sujeto al soberano.

La segunda es la anatomopolítica, definida por ser una tecnología que se individualiza del poder, fundada en investigar en los sujetos sus conductas y su cuerpo, con el fin de producir cuerpos dóciles y fragmentados. Se basa en la disciplina como herramienta de control del cuerpo social invadiendo en él hasta alcanzar sus átomos. Los instrumentos anatomopolíticos son la vigilancia, el control, aumento del rendimiento, propagación de capacidades, el emplazamiento, la utilidad, etc.

Otro grupo es la Biopolítica la cual tiene como objeto las poblaciones humanas. De esta manera el poder se vuelve materialista y menos jurídico, ya que en este momento debe tratar respectivamente, con el cuerpo y la vida, el individuo y la especie. La vida está plenamente invadida y gestionada por el poder, lo que

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