El reinado de Fernando VII

REINADO DE FELIPE VII

INTRODUCCIÓN:

Fernando VII llegó al trono español en 1808 tras el motín de Aranjuez, ya que Carlos IV (padre) se vio obligado a abdicar en su hijo.

Una de las causas del motín fue la presencia de las tropas francesas en España a causa del Tratado de Fontainebleau, que autorizaba al ejército francés a entrar en el país para atacar a Portugal.

        Tras abdicar, Carlos IV solicitó la ayuda de Napoleón para recuperar el trono. Napoleón consciente de la debilidad Borbónica, decidió convocar a Carlos IV y Fernando VII en Bayona (Francia), dónde les presionó para abdicar y ceder el trono a su hermano, José Bonaparte, que pasó a reinar como José I.

        La situación de la población española era muy tensa debido a la ocupación napoleónica, esto provocó el levantamiento de Madrid, 2 de mayo 1808. Los patriotas crearon juntas integradas por las élites locales y consiguieron victorias como las de Bruc y Bailén, que obligaron a José I a abandonar Madrid y replegarse al Norte peninsular. Las juntas locales crearon una Junta Suprema Central, que reconoció a Fernando VII y asumió la autoridad hasta su retorno.

        La guerra contra los franceses acaba con la derrota de Napoleón que retira sus tropas y restablece la monarquía de Fernando VII.

DESARROLLO:

El reinado de Fernando VII se dividió en tres etapas:

1. El Sexenio Absolutista (1814-20)

La derrota de Napoleón provocó la precipitada salida de España de José I. Napoleón firmó un acuerdo con Fernando VII que le reconocía como rey y le permitía el regreso a su país.

Las Cortes se trasladaron desde Cádiz a Madrid para esperar la llegada del rey y esperar que jurase la Constitución. Pero al rey le presentaron un documento el Manifiesto de los Persas, en el que le rogaban al rey que derogase toda la obra de las Cortes de Cádiz.

El rey comprobó que la gran mayoría de la población deseaba acabar con la obra liberal y el 4 mayo 1814 declaró ilegal toda la obra legislativa de las Cortes de Cádiz, incluida la Constitución. Esto significó la vuelta al absolutismo.

Además de anular las libertades civiles, Fernando VII reinstauró la Inquisición y la Mesta, permitió la vuelta de los jesuitas a España y la nobleza y el clero recuperaron el privilegio de exención de impuestos. Sin embargo, se negó a devolver las tierras expropiadas a la Iglesia, debido a la enorme crisis que atravesaba la Hacienda Pública ocasionado por tantos años de guerra.

        Por otro lado, el sector liberal del ejército no aceptó el retorno del absolutismo e intentó en varias ocasiones restablecer la Constitución a través de pronunciamientos militares, que fracasaron excepto el del coronel del Riego.

1. El Trienio Liberal (1820-23)

Comienza con el pronunciamiento de Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla), donde se encontraban sus tropas esperando para embarcar hacia América con el fin de combatir la idea independentista.

Fernando VII, ante la imposibilidad de hacer frente al golpe militar, no tuvo más opción que aceptar la situación y convoca las Cortes, nombra un gobierno de liberales moderados y jura la Constitución de 1812.

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