ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Estacionamiento


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2013  •  1.847 Palabras (8 Páginas)  •  254 Visitas

Página 1 de 8

PROCESO DE DISEÑO DE UN EDITOR

En todo pro­ceso existe siem­pre la nece­si­dad de cola­bo­ra­ción. En este sen­tido, la indus­tria del medio edi­to­rial invo­lu­cra la par­ti­ci­pa­ción de casas edi­to­ras, auto­res, edi­to­res, cap­tu­ris­tas, correc­to­res, dise­ña­do­res, pre­pren­sis­tas, impre­so­res, encua­der­na­do­res, dis­tri­bui­do­res y lec­to­res, y para lograr con éxito sus obje­ti­vos requiere de aten­ción desde su pla­nea­ción ini­cial hasta su dis­tri­bu­ción y con­sumo final. Nada puede dejarse al azar.

Ade­más, para que un men­saje sea trans­mi­tido correc­ta­mente (orto­gra­fía, redac­ción, lim­pieza y orden exce­len­tes), de manera agra­da­ble (tipo­gra­fía legi­ble, espa­cios y dimen­sio­nes ergo­nó­mi­cas) y fun­cio­nal (for­ma­tos, mate­ria­les y aca­ba­dos den­tro de los limi­tes eco­nó­mi­cos de la edi­to­rial y del lec­tor), es nece­sa­rio que exista una per­sona que dirija el esfuerzo de todas las par­tes invo­lu­cra­das en el pro­ceso. Esta per­sona es el editor.

El edi­tor define el camino que deben seguir todas las per­so­nas que inter­vie­nen en el pro­ceso de crea­ción, pro­duc­ción y dis­tri­bu­ción de una publi­ca­ción. Este camino se deter­mina bus­cando satis­fa­cer las nece­si­da­des de todos los par­ti­ci­pan­tes: auto­res, correc­to­res, dise­ña­do­res, pre­pren­sis­tas, impre­so­res, com­pa­ñías edi­to­ras, dis­tri­bui­do­ras y lectores.

¿Qué es editar?

En el pro­ceso de crea­ción de una publi­ca­ción, sea esta digi­tal o impresa, existe la nece­si­dad de coor­di­nar una amplia varie­dad de cri­te­rios (con­te­ni­dos, méto­dos de pro­duc­ción, diseño, pre­cio, fechas de entrega, cali­dad del pro­ducto, etcé­tera). El res­pon­sa­ble de coor­di­nar o deci­dir sobre estos aspec­tos es el editor.

Siendo así, el siguiente ejem­plo enu­mera los pro­ce­sos que debe enfren­tar un edi­tor durante el pro­ceso de crea­ción de una publicación:

▪ 1. El autor quiere ver su texto publi­cado pronto y reci­bir su reconocimiento.

▪ 2. El jefe quiere que salga muy bien, muy rápido y no muy caro.

▪ 3. El correc­tor quiere cubrir un cierto número de cuar­ti­llas por día.

▪ 4. El cap­tu­rista quiere teclear cierto número de pala­bras e irse a descansar.

▪ 5. El dise­ña­dor quiere que su “loca” idea sea com­pren­dida, res­pe­tada y bien pagada.

▪ 6. El for­ma­dor quiere rea­li­zar un número de pla­nas por turno.

▪ 7. El pre­pren­sista quiere fil­mar una can­ti­dad prees­ta­ble­cida de metros de película.

▪ 8. El impre­sor quiere darle un cierto número de vuel­tas a la man­ti­lla de su prensa.

▪ 9. El encua­der­na­dor busca ter­mi­nar su tra­bajo en el tiempo que exige su agenda.

▪ 10. El dis­tri­bui­dor quiere tener a tiempo el pro­ducto en sus anaqueles.

▪ 11. Y el lec­tor quiere todo a buen pre­cio, con con­te­nido de cali­dad, fun­cio­nal y estético.

El edi­tor debe coor­di­nar a todas estas exi­gen­cias para obte­ner una publi­ca­ción den­tro de los pará­me­tros de satis­fac­ción de cada una de las per­so­nas, sin olvi­dar nunca las limi­tan­tes eco­nó­mi­cas, logís­ti­cas y humanas.

Retí­cula y estilo

Así como para la iden­ti­dad cor­po­ra­tiva es nece­sa­rio ela­bo­rar un manual de den­ti­dad que sirva de pauta para saber cómo apli­carla de acuerdo a los dife­ren­tes reque­ri­mien­tos de uso, mate­ria­les y espa­cio en los que ten­ga­mos que uti­li­zar la marca o logo­tipo en cues­tión, así mismo nece­si­ta­re­mos un libro de estilo para el diseño edi­to­rial que sea la “biblia” o pauta a seguir a lo largo y ancho de nues­tro docu­mento, sobre todo cuando se trata de una publi­ca­ción perió­dica, de un diseño que vaya a ser desa­rro­llado por un equipo y que tenga una cierto grado de complejidad.

Si bien es cierto que pode­mos tra­ba­jar con el pro­to­tipo o plan­ti­lla ori­gi­nal de la publi­ca­ción ya que ésta con­ten­dría muchas de las pau­tas de estilo y estruc­tura, tam­bién es cierto que muchos cri­te­rios no se podrán encon­trar en dicha plan­ti­lla y que el dise­ña­dor novato ade­más se puede encon­trar con varia­cio­nes, excep­cio­nes o limi­ta­cio­nes que no podrá cono­cer a no ser que ya estén con­tem­pla­das en un libro de estilo.

La exis­ten­cia de ese libro nor­ma­li­zará el tra­bajo de diseño y esta­ble­cerá las varia­bles y limi­ta­cio­nes en las for­mas de solu­ción que serán las que se man­ten­gan a tra­vés de los dife­ren­tes núme­ros de la publicación.

PROCESO DE DISEÑO DESDE PUNTO DE VISTA DE UN PROGRMADOR

Algu­nos diseñadores pueden pensar que la existencia de un manual de iden­ti­dad o libro de estilo limi­tan la crea­ti­vi­dad y la liber­tad de los pro­fe­sio­na­les que tra­ba­ja­rán pos­te­rior­mente con esos ele­men­tos, pero no es así. Su fun­ción pri­mor­dial es nor­ma­li­zar y ayu­dar a esta­ble­cer la iden­ti­dad o per­so­na­li­dad de un deter­mi­nado proyecto.

Tam­poco sig­ni­fica que dicho estilo deba ser total­mente rígido y estricto y no se pueda expe­ri­men­tar con un estilo más libre. No obs­tante, ese rango de liber­tad debe estar docu­men­tado esta­ble­ciendo en qué ele­men­tos, en qué situa­cio­nes y en qué pro­por­ción dicha liber­tad se puede apli­car a los dife­ren­tes ele­men­tos que com­po­nen la publicación.

Por ejem­plo, un logo­tipo o marca no tiene por qué ser total­mente estricta en sus apli­ca­cio­nes o usos; de hecho, exis­ten múl­ti­ples iden­ti­da­des cor­po­ra­ti­vas que se basan en el carác­ter varia­ble de su repre­sen­ta­ción tipo­grá­fica, de sus colo­res o de la uti­li­za­ción inde­pen­diente o con­junta de los dis­tin­tos ele­men­tos que la com­po­nen. Un caso extremo son aque­llas mar­cas que no se mani­fies­tan en una repre­sen­ta­ción visual con­creta, sino múltiple.

En con­clu­sión, podría­mos decir que la iden­ti­dad de una publi­ca­ción puede tener cierto grado de fle­xi­bi­li­dad que le per­mita mos­trarse al público de dife­ren­tes mane­ras, pero lo que un edi­tor res­pon­sa­ble no debe per­mi­tir en nin­gún caso es hacerla con­fusa. Aun­que hay casos en los que se juega con la con­fu­sión de la marca para hacerse pasar por otra y que el con­su­mi­dor

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (13 Kb)
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com