Ex combatientes y la violencia posterior a un conflicto. Documento de trabajo

Ex combatientes y la violencia posterior a un conflicto, Documento de trabajo, Septiembre el año 2016

Ex combatientes y la violencia después de los conflictos:

Son villanos de ayer principal amenaza de hoy?

Enzo Nussio, Centro de Estudios de Seguridad, ETH Zurich^[1]

Los combatientes desmovilizados son generalmente descritos como amenaza a la seguridad en los países que salen de conflictos. En este artículo, evaluar la cantidad de ex combatientes en realidad contribuyen a la violencia en el caso de los paramilitares desmovilizados y desertores de la guerrilla en Colombia. Presento evidencia de que pone la supuesta nexo ex combatiente-amenaza en perspectiva. En primer lugar, la participación de los ex combatientes en la violencia en Colombia es demasiado pequeño para perturbar la dinámica delictiva en general. En segundo lugar, los ex combatientes se hacen mayores y menos interesado en la violencia, así como más interesados ​​en la vida familiar. Y en tercer lugar, las organizaciones criminales que surgieron después de la desmovilización de los paramilitares han reemplazado continuamente excombatientes y rápidamente se basó en una nueva generación de reclutas. Una obsesión con la categoría de ex combatiente puede inhibir la atención más centrada en las poblaciones clave con alto potencial de daño, como de rango medio excombatientes, y una inclusión más amplia de los jóvenes marginados vulnerables al reclutamiento. Además, mi análisis muestra que la continuidad de las economías de guerra es en gran medida independiente de si los ex combatientes u otras personas explotan rentas criminales. Excesivamente concentrado en las personas, al igual que los ex combatientes, en lugar de tratar con estructuras malignas por lo tanto podría producir resultados inútiles.

Introducción

En muchos países post-conflicto en todo el mundo, los ex combatientes - los recursos humanos de la guerra - son vistos como el principal peligro para la seguridad. Este punto de vista tiene sentido ya que la mayoría de ellos tienen habilidades en el uso de la violencia y se pueden aplicar de nuevo después de la desmovilización. Además, hay muchos ejemplos que lo soportan: algunos re-organizado grupos armados ex-combatientes en Sierra Leona y la República del Congo (Themnér 2013), otros se unieron a los grupos armados en su propio país (Zyck 2009) o en países vecinos como mercenarios (Debos 2008), algunos se involucraron en el crimen organizado (Human Rights Watch 2014; McMullin 2004; Moratti y Sabic-El-Rayess 2009), los delitos menores (Mashike 2007; Subedi 2014) y el vigilantismo (Maringira 2015; Grupo Internacional de Crisis 2013) y otros más fueron los responsables de la violencia doméstica (Londoño y Ramírez 2007). Así, parece concedida a generalizar y decir que los excombatientes se encuentran entre las principales amenazas de seguridad después de los conflictos.^[2]

Sin embargo, en este artículo se argumenta que la violencia de los ex combatientes, que subyace en la percepción de la amenaza generalizada, es menor de lo previsto, debido a tres razones. En primer lugar, los números: entre el grupo de personas potencialmente violentas en un país después de un conflicto determinado (los recursos humanos de post-conflicto), los ex combatientes por lo general representan sólo una pequeña fracción y su contribución a los niveles generales de violencia a menudo se sobreestimado. En segundo lugar, edad: ex combatientes se hacen mayores y por tanto menos atraídos por la violencia en el tiempo. Una generación más joven de las personas potencialmente violentas podría ser más propenso a repetir los errores antiguos combatientes anteriores. En tercer lugar, la rotación de personal: el volumen de negocios de las organizaciones violentas es alta y aunque ciertos grupos disidentes de milicias desmovilizados e insurgencias pueden seguir explotando las rentas de las economías de guerra existentes, la participación de los ex combatientes en sus filas se desvanecerá en los últimos años.

Por otra parte, las políticas estructurales más amplios que se centran en la recuperación económica (Collier et al., 2003), el desarrollo comunitario y la participación (King y Samii 2014; Kaplan y Nussio 2015), la creación de instituciones (Fearon, Humphreys y Weinstein 2009; Le Billon 2001; París 2004), y la gestión de las economías de guerra (Ballentine y Nitzschke 2005; Kurtenbach y Rettberg 2015) podría recibir menos atención, donde los políticos y ciudadanos señalan a los ex combatientes como chivo expiatorio de todo tipo de problemas post-conflicto. enfoques basados en la población, al igual que se centra en los excombatientes, podría ser problemático en sí misma debido a su naturaleza discriminatoria (Munive y Jakobsen 2012; Söderström 2013b). Sin embargo, los enfoques basados en la población seguirán existiendo, por tanto, por lo menos debemos tener una clara comprensión de las razones por las que nos estamos centrando en una población específica.

Procesos posteriores a los conflictos y sus principales actores varían de acuerdo a cada contexto. En este artículo, se analiza el potencial de amenaza a la seguridad que emana de los ex combatientes en un caso en el que lo más probable es que se involucran en el crimen y la violencia después de la desmovilización. En Colombia, abundan las oportunidades criminales, una cultura de la violencia persiste e incluso un retorno a los conflictos armados ha sido una posibilidad de descontentos ex combatientes que se unieron a la lucha por razones oportunistas más que ideológicos (Gutiérrez Sanín 2008). Esto es especialmente cierto para los ex paramilitares (AUC) que se desmovilizaron entre 2003 y 2006^[3]. La misma AUC ha sido altamente involucrados en actividades delictivas. Incluso internamente, sus miembros se refirieron a un gran número de sus líderes como señores de la droga (traquetos) (Anónimo 2007). Y, a menudo, los ex miembros de las AUC en Colombia han sido comparados con los miembros de las organizaciones criminales seguidor de grupos paramilitares.

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