Federalismo y el Estado de México.
Enviado por Samuel Hernandez • 14 de Octubre de 2016 • Ensayo • 2.255 Palabras (10 Páginas) • 309 Visitas
ENSAYO SOBRE EL FEDERALISMO
La configuración política en el Estado de México, freno del pacto federal.
Samuel Hernández Cruz
Maestría en Planeación y Políticas Metropolitanas
UEA Gobierno y Ciudad
Tomando como base las lecturas discusiones a este ensayo, realizadas para la clase de Gobierno y Ciudad, así como en los materiales audiovisuales expuestos, el presente ensayo pretende realizar una fotografía general de la composición orgánica del federalismo en México, nuestro país, así como un esbozo de las instancias administrativas que, en conjunto con los poderes de la Unión componen el Estado mexicano tomando como ejemplo el Estado de México y sus municipios.
El federalismo en México solo puede explicarse a la luz de los procesos políticos de los últimos dos siglos, por ello, sin pretender desviar el objeto de este documento considero preciso hacer un corte histórico, necesario para contextualizar la adopción del sistema federalista y las complicaciones que ha tenido para hacerse válido, durante el siglo XIX, el proceso constituyente de 1917 y la práctica cotidiana del ejercicio del poder presidencial durante el siglo XX.
Entendido desde su base etimológica, el federalismo, del latín foedus-oris que significa unión, alianza, pacto, acuerdo, se entiende como un arreglo político institucional basado en una distribución funcional y territorial del poder entre un ámbito central y ámbitos locales (estados, provincias o territorios) independientes o federados, los cuales participan de un pacto que se sustenta en la Constitución, en definición retomada de Alicia Ziccardi.
En México el federalismo fue esbozado en los documentos fundamentales de la Independencia, como los Sentimientos de la Nación, dónde se configuraba un esquema de organización y ordenamiento político del territorio nacional. Fue retomado en el proceso constituyente de 1824 y 1857, después del primer Imperio sorteó múltiples dificultades para hacerse vigente durante la segunda mitad del siglo XIX, por supuesto, en el contexto de un país en conflictos políticos y militares contra fuerzas internas e invasiones extranjeras.
Consolidar una república federal pareciera imposible en un período entre guerras. En contraparte al federalismo, el centralismo caudillista encarnaba en la imagen e ideas de Santa Anna, quien ocupó la presidencia en once ocasiones entre 1833 y 1853. Con Benito Juárez como personaje central de la construcción del México republicano y federal, Maximiliano de Habsburgo como el rostro del nuevo segundo Imperio, aparentemente superado, y con Porfirio Díaz como imagen del conservadurismo social y político se cierra el siglo que marcó la transición entre la colonia y la república.
México nace al siglo XX como el país de un solo hombre. Un país que reflejaba modernidad en la ciudad y condiciones de esclavismo en el resto del país, como lo retrató John Kenneth Turner. Durante la dictadura de Díaz se pacificó al país a costa de enroques militares, designación de gobernadores amigos del presidente, y recorte de atribuciones al Congreso a favor de las facultades del presidente. La división de poderes era prácticamente inexistente. El legislativo y el judicial ratificaban, en fechas de elecciones, el triunfo del general.
La Revolución se presentaba, entonces, como el único medio posible para terminar con la dictadura de Díaz, aunque ello implicaba nuevamente regresar a un estado de guerra civil, golpes de Estado e invasión extranjera, contrario a la paz y orden que había conseguido el porfiriato. En 1917 nace la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, como un documento que integraba las aspiraciones del pueblo. En la práctica el nuevo documento fundacional del país fue convocado, elaborado y promulgado por los generales, ahora convertidos en estadistas.
Hacer valer el pacto federal reinstalado en la Constitución fue tarea de Carranza durante los tres años previos a su muerte. En 1920, con la disolución de los ejércitos de Villa y Zapata, concluye la Revolución y comienza un periodo de reconstrucción y pacificación del país, el nacimiento de instituciones y el ejercicio del poder político constitucional.
El de Obregón fue el segundo gobierno posrevolucionario emanado de la nueva carta magna. Algunos historiadores coinciden en que el fin de la Revolución mexicana se dio en 1940, con las reformas al partido de Estado y sociales, tales como la expropiación petrolera, realizadas por Lázaro Cárdenas, penúltimo general en ocupar la presidencia. En este ensayo podríamos decir, para efectos de analizar el sistema federal en nuestro país, que el periodo comprendido entre 1920 y 1940 permitió darle forma material y operativa, a lo expresado en el artículo 43 de la Constitución, referente a las partes que integran a la federación, es decir, las entidades federativas.
El ordenador que normó la vida federal del país, la administración política y territorial de las entidades federativas fue el sistema de partido único, nacido en 1929 como Partido Nacional Revolucionario (PNR) de 1929, luego Partido de la Revolución Mexicana (PRM), basado en principios socialistas bajo la tutela de Cárdenas en 1938, actualmente conformado como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde 1946. El PNR adoptó desde su origen una estructura corporativista, se sustentó en las organizaciones que aglutinaban a los trabajadores del Estado y naciente clase obrera, la Confederación Regional Obrera Mexicana, luego la Confederación de Trabajadores de México. El PRM y el PRI continuaron con esta estructura, ya para inicios de los años cuarenta sectorizando a los trabajadores por ramas de la industria y de los servicios, telefonistas, maestros, médicos, obreros y organizaciones populares lo conformaron como uno de los partidos con más miembros en el mundo.
Resulta importante hacer una reflexión más profunda sobre el papel del partido en la configuración política de las entidades federativas, aunque no siempre único, si hegemónico, pues en 1939 el Partido Acción Nacional obtiene legal reconocimiento. El PRI se conformó como la maquinaria de votos de los herederos de la Revolución, controlado y operado por el propio presidente de la república, quien designaba mediante la práctica del dedazo al cacique regional, legislador, general o alto funcionario del gobierno como candidato a gobernador y a su sucesor. Las organizaciones afines al partido ratificaban esa decisión mediante el voto corporativizado.
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