Fouche El Genio Tenebroso
Enviado por EstebanSR • 25 de Noviembre de 2012 • 1.637 Palabras (7 Páginas) • 694 Visitas
Fouché El Genio Tenebroso”
Teoría del estado
FOUCHÉ
EL GENIO TENEBROSO
El libro nos comienza platicando sobre quien fue José Fouché. Como casi siempre es costumbre en estos tipos de libros, nos dice que era de una familia pobre, donde sus padres eran mercaderes y marineros. Él, sin embargo no tenía el cuerpo que se necesitaba para tal actividad, entonces optó por entrar a la Iglesia, donde estuvo varios años de su vida, después se convirtió en político, luego fue Duque y por último, antes de su muerte, era multimillonario.
Nos cuentan que Fouché era todo un genio, pero que era una persona muy insegura de sí misma, por lo tanto es que no se conoce mucho acerca de este personaje, según el autor, uno de los principales idealistas en la revolución francesa pero que por culpa de su personalidad siempre estaba atrás de alguien quien era el que tenía que dar la cara por él, aunque él era el de las ideas.
Así mismo nos dice que Fouché tenía una personalidad muy fría y que siempre quería estar del lado de los ganadores, así pues, a Fouché no le importaba traicionar a las personas, aunque fueran muy cercanas a él, con tal de conseguir su objetivo primordial que era el de estar de lado de los vencedores.
Aún después de haber formado parte de la Iglesia, Fouché al querer estar siempre del lado de los vencedores, se vuelve en contra de ésta (dando una vez más muestra de su tan poco sentido de lealtad), diciendo que ni la inmortalidad ni Dios existen.
Era un líder, sin embargo, a falta de personalidad siempre tenía que estar atrás de alguien para que ese alguien diera la cara por él, aunque éste (Fouché) era el cerebro de las operaciones, como lo fue el alzamiento contra el Cristianismo.
Después se describe un acontecimiento “sangriento” que se dio a causa de la muerte de Chalier, uno de lo principales en este movimiento de revolución. Fouché al no estar de acuerdo con un régimen como la monarquía (o al menos eso era lo que ahora se creía, ya que votó a favor de la muerte del emperador Luis XVI), también formaba parte de este acontecimiento sucedido en la ciudad de Lyon.
Fouché al momento de llegar organiza y propicia una “misa negra”, junto con Collot, ya que estos demostraban estar en contra del cristianismo, más bien en contra del eclesiasticismo.
Fouché llegó a este lugar, ya que como dice el libro, el no era un hombre bárbaro que se encargaba de derramar sangre a diestra y siniestra en la ciudad en la cual era cónsul, sino más bien, era un hombre que se preocupaba por implantar el miedo a sus inferiores por medio de la palabra, lo cual le funcionó hasta este instante y por eso es que fue llevado a Lyon para encargarse del asunto de la revolución en esta ciudad.
Pero Fouché se encargó de terminar con todos los que estuvieran en contra de la república, pero no mediante la palabra como lo había hecho en Nevers (donde gobernó), sino mediante el terrorismo en toda la extensión de la palabra, ya que se encargó de eliminar a todos lo “rebeldes”, acabándolos por completo, mediante una serie de actos de muy mal gusto, como si fuera un película de Quentin Tarantino, en una serie de actos brutales. Sin embargo, 1600 muertes sirvieron para demostrar que Fouché tenía razón, decía la verdad. Chalier quedó ante todos como un mártir, y mediante el actuar de Fouché y Collot, se daba una justa venganza en contra de los asesinos de Chalier.
Fouché una persona de doble personalidad, ya que como podía ser visto como verdugo también podía ser visto como salvador del pueblo de Lyon, y así muchas otras cosas más, al verse nuevamente dentro de la minoría cambia su estrategia, hace parecer que toda la masacre que sucedió en Lyon fue culpa sólo de Collot; el único que no lo creía era Robespierre.
Robespierre y Fouché se encuentran en un duelo de inteligencia, usando cada uno su propia inteligencia para derrotar a su contrincante, sólo que la derrota era la muerte y el triunfo era la vida.
Robespierre de acuerdo con lo que narra el libro era un hombre muy inteligente, muy recto, que trataba de hacer la república pero con una idea de que había un creador, un todo poderoso al cual había que agradecerle nuestra existencia en este mundo. Fouché también era muy inteligente, pero él estaba en contra de todo lo relacionado con la iglesia. Los 2 habían derrotado a todos sus enemigos, solo les faltaba uno por derrotar y eso es que se derrotaran entre ellos mismos, mediante la cualidad de la palabra, del convencimiento hacia las masas de que lo que dicen es lo verdadero y lo que dice su contraparte es pura porquería.
Así pues Robespierre va ganando esta batalla de vida o muerte,
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