Historia Contemporanea

1) Desde un inicio, debemos entender que la Revolución Industrial inicio antes de la toma de la Bastilla en julio de 1789, y que, sin esta revolución, no podemos comprender en su totalidad la base de la historia en la que “nacieron” los hombres en cuanto libertad se hable. Donde se produjeron los sucesos más singulares de nuestro periodo en cuanto a la historia con su complejo ritmo desigual. Ya que, en un día, entre 1780 y 1790, por primera vez en la historia de la humanidad, se logró liberarse del poder sujeto en cuanto a producción y poder que se les confiere a las sociedades humanas. Que desde entonces repercutió en el alza de una constante y rápida multiplicaciones de hombres, bienes y servicios. Fue tan importante para la historia ya que ninguna sociedad anterior había sido capaz de lograr romperé los muros y fortalezas en cuanto a estructura social, preindustrial, con su ciencia y técnicas defectuosas, muerte, hambre, y desgracias imponían periódicamente en la producción económica. Desde mediados del siglo XVIII, este proceso de aceleración se hace tan rápido y potente que los antiguos historiadores tendrían a atribuir al inicio de la revolución industrial y al sostenimiento autosostenido en 1760. Pero en gran Bretaña, y por tanto, en todo el mundo, este periodo de inicial de industrialización, coincide con el índice intenso, vertical del impulso económico a partir de la década de 1780.Dandonos a entender que la revolución industrial fue una aceleración del crecimiento económico y social, una trasformación en ambos aspectos. Y que, a finales del siglo XVIII, esta transformación se produjo en una economía capitalista y que a través de ella: la persecución del beneficio y poder económico auto sustentado (y también privado) condujo a la trasformación tecnológica, a la industrialización capitalista.  Podemos conformar que concluyo con la construcción del ferrocarril y la creación de una fuerte industria pesada en Inglaterra en la década de 1840, pero, aun así, es preciso aclarar que esta revolución en su esencia, no tienen un principio ni fin conciso.

 2) La industrialización, iniciada por Gran Bretaña, fue el acontecimiento más importante de la historia desde la invención de la agricultura y de las ciudades. Se entiende que había un gran avance industrial y comercial, que era impulsado por las personas de poder como lo fueron sus ministros y funcionarios de la llamada monarquía ilustrada al estar preocupados en el avance y desarrollo a nivel económico, y en como Francia, su principal competidor, había logrado un avance enorme en la ciencias naturales y sociales que superaban ampliamente a los ingleses, quienes estaban muy lejos de esa superioridad, que hacía de la economía, un campo anglosajón. La revolución industrial puso a las cuestiones científicas en primer lugar, donde repercutieron en la elaboración de nuevos conocimientos, productos o procesos que se situaron en esa esfera científico-técnica, y que, con la innovación, se aplicaron esos nuevos conocimientos o invenciones a la mejora de los procesos de productivos, o la modificación de éstos para la producción de nuevos bienes. De esta manera, la importante que era la tierra, o más bien la agricultura, comenzaba a prepararse y cumplir sus tres funciones en una era industrial: aumentar la producción y la productividad para aumentar a una población no agraria en rápida y creciente aumento; proporcionar un vasto y ascendentes aumento de “reclutas” para las ciudades y las industrias, y suministrar un mecanismo para la acumulación de capital utilizable por los sectores más modernos en lo económico.

Una vez que Gran Bretaña comenzó a industrializarse, otros países empezaron a disfrutar de sus beneficios en cuanto a esa rápida expansión económica que generaban por la llamada revolución Industrial. El gran éxito británico entonces se podía reproducir, al igual que su anhelada técnica se podía imitar, e importar en términos de habilidad y capital. Así Gran Bretaña posea una industria equipada para dirigir o guiar esa revolución industrial en las circunstancias del mundo capitalista, con una coyuntura económica que le permitía manejar la importante industria algodonera y la expansión colonial.

3) La revolución francesa fue un suceso fundamental en la historia por tres razones: En primer lugar, la Revolución tuvo lugar en el Estado europeo más poblado y poderoso de la época, a excepción de Rusia. Segundo, los hechos de 1789 fueron una revolución social de masas, mucho más radicales que cualquier alzamiento o revuelta anterior. Por último, y más importante, la Revolución Francesa ocupa un lugar privilegiado en la historia de las revoluciones porque fue una revolución ecuménica, es decir, su alcance y sus consecuencias tuvieron una repercusión mundial.  Este impacto global fue fruto de la radicalización producida por las sucesivas guerras entre Francia y las monarquías absolutistas entre 1792 y 1815.

A modo de ejemplo, y sin ir más lejos, la independencia de las provincias del Río de la Plata no puede entenderse sin hacer referencia a la situación de Francia y Europa a principios del siglo XIX. En resumen, la influencia indirecta de la Revolución francesa es universal, pues proporcionó el patrón para todos los movimientos revolucionarios subsiguientes.

4)

Causas:  

Para el año 1789, reinaba en Europa el orden político, social y económico tradicional heredado de la Edad Media y conocido como el Antiguo Régimen. Bajo este régimen, la sociedad se estructuraba en tres estamentos que se apoyaban en un sistema económico basado en la producción agrícola. Los dos primeros estamentos, formados por el clero y la nobleza, gozaban de amplios beneficios. A nivel económico, eran los grandes propietarios de las tierras productivas y gozaban de derechos recaudatorios y exenciones impositivas. A nivel político, monopolizaban el acceso a los cargos públicos. El tercer estamento, por el contrario, comprendía la abrumadora mayoría de la población ―a grandes rasgos, una minoría urbana burguesa y una mayoría campesina―. Si bien su fuerza productiva era el sustento de la economía nacional, se encontraba sujeto a una presión impositiva abrumadora y carecía de derechos políticos. Para fines del siglo existe entonces un desfasaje entre la estructura económica y la superestructura política y social en Francia. El poderío económico del Tercer Estado ―léase, la burguesía― no encuentra un adecuado correlato en el ámbito político. Como consecuencia, esta nueva clase social, formada al calor de la Revolución Industrial, reclamará en los eventos que comienzan en 1789, e donde la situación social, política y económica en Francia era crítica. Nos dice Hobsbwam que las causas inmediatas de la Revolución son dos: guerra y deuda (la guerra norteamericana y su deuda) rompieron a la monarquía. La desastrosa participación de Francia en la guerra de la independencia norteamericana, un lustro de malas cosechas, el despilfarro de la corte y la consiguiente bancarrota del tesoro francés crearon el caldo de cultivo ideal para el levantamiento

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