Historia Del Comercio
Enviado por arturo6606 • 25 de Abril de 2015 • 3.239 Palabras (13 Páginas) • 188 Visitas
La historia mercantil de la Edad Moderna abraza un período de tres siglos, que está comprendido entre el descubrimiento de América y la revolución de Francia, durante el cual la industria, la navegación y el comercio adquirieron extraordinario impulso, a la vez que las costumbres, las instituciones y las leyes experimentaron importante transformación.
Los hechos que principalmente determinaron esta notable evolución en el modo de ser de los pueblos y que tanto influyeron en sus destinos, fueron: la conquista de América, el descubrimiento de la India, la aparición del protestantismo y la formación de los grandes Estados.
1. La conquista de América fue sin duda el hecho más culminante que se registra en los anales históricos del mundo, por la poderosa trascendencia que, en momentos críticos, tuvo en todos los órdenes de la vida intelectual, moral, social y política de los pueblos. La más importante de las exploraciones que tanto enriquecieron las ciencias geográficas y tanto mejoraron las instituciones económicas. Como una consecuencia natural de estos grandes descubrimientos y atrevidas conquistas, se desarrollaron considerablemente a la vez: la industria, con la adquisición de las muchas primeras materias de aquellos países, que hasta entonces eran desconocidas; el comercio, con la perspectiva del vasto campo de actividad que le ofrecieron los nuevos mercados trasatlánticos; la navegación, con el aumento de buques que se necesitaron para sostener la comunicación marítima con los países conquistados; y la riqueza, con la explotación de las minas mejicanas y peruanas, que llevaron a la circulación monetaria valores considerables.
Como consecuencia del descubrimiento de América se desplaza el predominio del comercio del mar Mediterráneo hacia el Atlántico y se forman importantes corrientes comerciales hacia las tierras descubiertas. En ese entonces, las posibilidades de lucro que ofrecía el Nuevo Mundo alentaron la inversión de capital en las sociedades que se dedicaron al comercio trasatlántico. El comercio en los territorios ultramarinos, por otra parte, exigía reunir grandes masas de capitales, puesto que los viajes eran largos, riesgosos y costosos.
1.1 Desarrollo de las sociedades anónimas
Para poder reunir los capitales requeridos para cubrir el costo de empresas comerciales dirigidas a América, se organizaron sociedades anónimas, como el instrumento jurídico más apto para ese fin. Estas sociedades conformaban el patrimonio que necesitaban, mediante la mecánica de dividir su capital en acciones y colocar éstas entre un número más o menos extenso de inversores. Se dice que la acción fue uno de los grandes inventos de la Edad Moderna.
1.2 Perfeccionamiento de los sistemas monetarios y desarrollo de los instrumentos de crédito
En la Edad Media, el oro y la plata eran los elementos estables de la fortuna. Con el descubrimiento de América afluyeron a Europa tales cantidades de oro y plata, que determinaron la caída de su valor. Por esta razón los particulares buscaron formar sus fortunas con otros elementos. La abundancia de los metales – oro y plata – que se encontraron en el Nuevo Mundo, permitieron el perfeccionamiento de los sistemas monetarios y el desarrollo del crédito y de sus instrumentos. Los particulares abandonaron su práctica del atesoramiento de metales preciosos, pasando a depositarlos en bancos, que les daban facilidades para realizar sus pagos por medio de giros, a cambio de comisiones remuneratorias de servicios.
Se desarrollaron los bancos nacidos de las dinastías de la Edad Media y se fundaron los bancos de emisión de billetes, regulados por normas de Derecho público. A similitud de las ferias medievales, se organizaron ferias de pagos o compensaciones financieras. Nació la operación bancaria de arbitraje de efectos de comercio, donde se compensaban los títulos emitidos en plazas distintas. Paralelamente, la letra de cambio evolucionó en su aplicación con la invención del endoso, que la convirtió en un instrumento de pago útil y ágil .
Como consecuencia de la caída del valor de los metales preciosos los particulares invirtieron sus fortunas en títulos representativos de sus préstamos a los reyes y a las colectividades públicas. Se originaron así los valores mobiliarios y las operaciones de bolsa. Se organizaron bolsas de valores, especialmente en Brujas y Ámsterdam, y en éstas se realizaron, también, operaciones con acciones de sociedades anónimas.
2. La Revolución Industrial
La Revolución Industrial, con el perfeccionamiento de las máquinas y los progresos de la química, determinó el nacimiento de las fábricas, que desplazaron a los artesanos. Para la instalación de las fábricas fue necesario la concentración de los medios de producción que, a su vez, requería la reunión de grandes masas de capital, para la cual, también, resultó útil el mecanismo de las sociedades anónimas.
A raíz de ese conjunto de hechos económicos, a mediados del siglo XVIII y principios del XIX, se desarrolló un capitalismo industrial y financiero, que se sumó al capitalismo comercial naciente en plena Edad Media. Ese capitalismo se sirve de la ideología política de la Revolución francesa según hemos de ver.
Comenzó el triunfo de la riqueza material, imponiéndose la burguesía que la poseía, sobre el reino caballeresco de la nobleza. De las nociones de familia y gremio se pasó, gradualmente, a la noción de empresa.
La Revolución industrial no hubiese podido prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían.
Por lo que fué necesario seguir encontrando sistemas que ayuden al progreso de la industrialización.
Estos nuevos transportes principal mente los barcos de vapor y la locomotora se hacen necesarios no sólo en el comercio interior, sino también en el comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados nacionales e internacionales. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras el Tratado de Utrecht (1713) que liberaliza las relaciones comerciales de Inglaterra, y otros países europeos, con la América española. Se termina con las compañías privilegiadas y con el proteccionismo económico; y se aboga por una política imperialista y la eliminación de los privilegios gremiales. Además, se desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y comunales, para poner en el mercado nuevas tierras y crear un nuevo concepto de propiedad. La Revolución industrial generó también un ensanchamiento de los mercados extranjeros y una nueva división internacional del trabajo (DIT). Los nuevos mercados se conquistaron mediante
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