Historia En Las Aulas
Enviado por adyjs • 23 de Enero de 2013 • 1.697 Palabras (7 Páginas) • 693 Visitas
Historia de la historia en las aulas
Introducción
Nos referimos a una disciplina en contaste cambio, abierta a debates y ala generación de nuevos conocimientos que aborda los complejos procesos humanos que han tenido lugar en el pasado pero cuyas huellas y registros impactan el presente
Eric Hobsbawm, que la historia transforma al pasado en un mundo para viajeros pues el epicentro de esta disciplina es el cambio más que la permanencia.
“La metáfora de la historia no es ni el roble ni la secuoya, sino el ave migratoria”
La historia como conocimiento construido y validado por la comunidad de los historiadores, de la historia como proceso social y aún de la memoria histórica, de finida aquí como la historia recordada por los colectivos humanos.
En este contexto, no han sido pocas “Los combates por la historia” que se han librado. Según Peter Lee y Rosalyn Ashby (2000), en la Gran Bretaña en el terreno de los debates sobre la historia como materia de enseñanza.
En este sentido, la historia transito de un índice de procesos y/o acontecimientos memorables a otra centrada en el aprendizaje y aplicación de categorías y nociones analíticas susceptibles de ser aplicadas para comprender sus propios objetos de conocimiento.
Mas recientemente, de acuerdo con Seixas y Peck (2011 (Seixas & Peck, Estándares de pensamiento histórico, primeros pasos, 2008), Ken Osborne ha identificado tres formas que la educación histórica ha adoptado a través del tiempo:
• la primera se centra en transmitir la narrativa de la constitución de la nación.
• la segunda se enfoca en el análisis de los problemas contemporáneos en un contexto histórico.
• La tercera toma a la educación histórica “como el proceso por el cual los estudiantes llegan a comprender la historia como una manera de investigar desde la disciplina (histórica) y por lo tanto aprenden a pensar históricamente.
(Osborne. 2006, p. 107)
Samuel Wineburg (Wineburg, 2001), menciona que durante un largo periodo de tiempo, los estudiantes sociales constituyeron “el coco” de los planificadores, investigadores y académicos; ejemplifica esta génesis con Bell y Mc Collum (1917) hasta llegar a 1996 con Sean Wilentz y los verdaderos ríos de tinta que se han vertido para explicar que los estudiantes no saben historia, cuando tal vez nos hemos hecho las preguntas incorrectas: “puede ser que hayamos pasado demasiado tiempo descubriendo (o solamente redescubriendo una y otra vez) los que los estudiantes no saben, descuidando preguntas más útiles sobre el conocimiento histórico de los jóvenes. Por ejemplo:
• ¿Qué es lo que si saben los estudiantes del pasado?
• ¿Qué fuentes, además de maestros y libros de textos contribuyen a su conocimiento?
• ¿Cómo descifran el conocimiento que proviene de documentos históricos complejos?
• ¿Cómo navegan entre imágenes del pasado aprendidas en su hogar y aquellas que aprendieron en la escuela?
• ¿Cómo ubican su historia personal en el contexto de la historia nacional y mundial?
(Winerburg, 2001, p. Viii).
En el caso de México los debates públicos sobre la historia situada en las aulas corrieron por dos vías paralelas.
Recientemente las investigaciones se situaron en los puntos notables de la educación histórica al considerar las practicas docentes basadas en el conocimiento de la disciplina y en sus recursos metodológicos así como los conocimientos ya consolidados sobre el desarrollo del pensamiento histórico y la conciencia histórica (Plá 2006; Camargo, 2008; Arteaga y Camargo 2009-2011 y Casal 2011).
La historia en las aulas como problemas: retos y alternativas
Como nos dice Winerburg (2001, p. lX): “Mas allá de los titulares morbosos y las mentiras angustiantes, debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿En qué contribuye la enseñanza de la historia a una sociedad democrática? O como mí colega Gaea Leinhardt dijo, ¿En que contribuye la historia a la alfabetización social? ¿Qué formas de pensamiento, escritura y cuestionamiento se perdería si elimináramos la materia historia del currículo?”.
Relaciona con estas cuestiones han surgido diversos esfuerzos de investigación que nos invita a repensar teóricamente procesos que en el pasado hicieron parte de lo que se conoció como “enseñanza de la historia”: “didáctica de la historia”. “aprendizaje de la historia” o “historia escolar”.
Bajo esta lógica, autores como Wineburg, Lee, Carretero, Sánchez Quintanar, Arteaga y Camargo y Seixas han llevado a cabo investigaciones (2001, 2005, 2002, 2011, 2008) que intentan descifrar los complejos procesos que permiten a los sujetos adquirir una conciencia histórica e internalizar las claves del pensamiento histórico.
Conciencia histórica
La conciencia histórica, como lo propone Andrea Sánchez Quintanar implica:
- La noción de que todo presente tiene su origen en el pasado
- La certeza de que las sociedades no son estáticas sino que cambian y se transforman de manera constante y permanente por mecanismo intrínsecos a ellas, independiente de la voluntad de los individuos que las integran.
- La noción de que, en esa transformación, los procesos pasados constituyen las condiciones del presente.
- La convicción de que yo – cada quien-. Como parte de la sociedad, tengo un papel en el proceso de transformación social y por tanto, el pasado me constituye, forma parte de mí, hace que yo –mi ser social-, sea como es.
- La percepción de que el presente es el pasado del futuro, que yo me encuentro inmersa en todo ello y, por tanto, soy parcialmente responsable de la construcción de ese futuro.
- La
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