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Historia argentina 1880 1930

mika1515Resumen21 de Octubre de 2020

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Republica conservadora

Periodo comprendido entre 1880 y 1916, durante el cual Argentina disfrutó de un rápido crecimiento económico, poblacional y cultural.

En el orden conservador encontramos: - Fueron liberales en el plano económico, en relación con la iglesia y el estado. – Conservadores en sus apreciaciones políticas y sociales. - Oligárquico porque estuvieron ejercidos por un conjunto reducido de personas que sobresalen por su posición económica o su prestigio político, modelo agroexportador.. En esto influyó el pensamiento de Juan B. Alberdi, que se identificó como la generación del 80, creían que por un tiempo no era necesario llevar a cabo una  república posible limitada en lo que un grupo pequeño y selecto decidiera como  el resto de la sociedad, hasta poder desarrollar la república.

Política Inmigratoria: La elite era un grupo de clase alta, que decidía sobre el resto de la sociedad; este grupo esperaba la llegada de personas del norte europeo, Gran Bretaña y Francia, ya que eran considerados países avanzados y solucionarían algunos problemas. La mayoría de los inmigrantes que llegaron eran del sur, en especial de naciones como España e Italia.

Generación del 80: le dio importancia al desarrollo de un sistema de educación pública, para todos los habitantes, los dirigentes creían que el sistema educativo era esencial para integrar a los inmigrantes y a sus hijos en la cultura política, Ley 1420, establecía la enseñanza primaria laica, gratuita y obligatoria, para los habitantes del suelo argentino.

Régimen político: conjunto de instituciones que garantizan el funcionamiento del estado y la unidad política; el orden conservador se basó en varios mecanismos: - El fraude electoral. – El control de la sucesión. – La intervención federal.

En esta etapa había exclusión de la mayoría de la población para la vida política y económica. Democracia restringida.

La presidencia de Julio A. Roca, fue sucedida por Miguel Juárez Celman, quien tomo un estilo más autoritario y concentró el poder únicamente en su persona, al denominarse Unicato.  Las características de su gobierno condijeron a que en 1889 comenzara a articularse un movimiento de oposición denominado la Unión Cívica de la Juventud, luego se ampliaría y se convertiría en una coalición contra el gobierno, conocida como Unión Cívica. En ella participaban Mitre, Alem y Aristómulo del Valle. En abril de 1890, convocó a una manifestación de protesta en la que se congregaron más de 30 mil personas. La principal demanda era el fin del fraude y la corrupción.

Finalmente en julio de 1890, la Unión Cívica con apoyo de un sector del ejército, atacaron al gobierno, en lo que se conocía como Revuelta del Parque, que fue el primer cuestionamiento violento al orden instaurado con el apoyo del sector del ejército. La revolución, si bien fue derrotada, Celman renuncio, asumiendo Pelegrini, con el objetivo de restablecer el control por parte del partido autonomista nacional (PAN) que era alianza gobernante. La Unión Cívica, se dividió en vísperas de las elecciones para 1892 en Unión Cívica Nacional y Unión Cívica Radical.

La U.C.N estableció un acuerdo con el gobierno y fue liderada por Bartolomé Mitre, mientras que la U.C.R fue liderada por Leandro N. Alem, decidió mantener una postura crítica frente al gobierno; su objetivo eran las elecciones libres y honestidad en la administración pública.

En 1893 optaron por una nueva ola de levantamientos revolucionarios, dirigidos por Hipólito Yrigoyen. En 1896, L. N. Alem se suicidó. Bajo la dirección de Yrigoyen la U.C.R defendió la abstención revolucionaria.

Otro grupo de opositores al régimen fueron los obreros afectados por las duras condiciones económicas y laborales. Estos sectores se diferenciaron con distintas tendencias sindicalistas, grupos anarquistas y el partido socialista.

La Crisis del régimen oligárquico, condujo a sancionar la Ley Sáenz Peña, que ordenó la elaboración de un nuevo registro electoral y otorgó al voto el carácter de secreto y obligatorio para todos los varones mayores de 18 años. Estableció el sistema de lista completa. Esta ley indicó el proceso de democracia formal o restringida a una democracia ampliada.

Oligarquía-yrigoyenismo: de los condicionamientos al Golpe de Estado

Durante la llamada “etapa conservadora” de la historia de nuestro país, es decir en el período 1862-1916, la Constitución fue un instrumento puramente formal. El poder político estaba en manos de un sector reducido de la sociedad que, a la vez, tenía el poder económico y social: por eso se conoce también a este período como “etapa de la oligarquía”. A partir de 1916, se produjo un cambio en esta situación. En la primera elección nacional en la que se aplicó el voto universal masculino y secreto (sancionado en 1912) triunfó la Unión Cívica Radical, un partido que reclamaba el fin del fraude y la democratización de las prácticas políticas vigentes. Hipólito Yrigoyen, un caudillo popular, líder del radicalismo, llegó entonces a la Presidencia de la Nación, con el apoyo de importantes franjas de los sectores medios y populares de la sociedad argentina.

La Unión Cívica Radical se proponía cumplir con esa Constitución durante tanto tiempo avasallada. En relación con la política económica, no se planteaba modificar el modelo agroexportador vigente ni las relaciones de dependencia económica con los países industriales. Sin embargo, como novedad en relación con los gobiernos “oligárquicos”, los radicales consideraban al Estado como un instrumento que podía controlar los abusos de los más poderosos y moderar las desigualdades. En sintonía con estas ideas, el gobierno de Yrigoyen trató de atender las necesidades de las clases medias rurales, así como las de los trabajadores urbanos; democratizó la enseñanza en todos sus niveles, y delineó una política exterior más independiente que la de los gobiernos que lo precedieron, respecto de los países más poderosos del planeta.

Muchas de estas iniciativas no lograron concretarse o bien alcanzaron una tímida realización, por la oposición de los grupos tradicionales que mantenían importantes cuotas de poder y las usaban para obstaculizar las políticas del gobierno. Desde sus bancas en el Congreso, donde tuvieron mayoría durante varios años, trababan las propuestas del Poder Ejecutivo, y en el caso del intento novedoso de Yrigoyen de proteger a importantes franjas del proletariado urbano, utilizaron de su influencia en las fuerzas armadas; constituyeron grupos armados ilegales para salir a reprimir trabajadores; amenazaron al gobierno con retirar inversiones y desestabilizar la economía.

Estas y otras acciones condicionaron la acción del gobierno democrático, poniendo límites a sus intentos más reformistas e innovadores.

Entre 1922 y 1928, el radicalismo continuó gobernando el país. Fueron los años de la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear, un discípulo de Yrigoyen que, en estos años, se transformó en uno de sus más fervientes opositores. El enfrentamiento entre ambos dirigentes y la división del Partido Radical, entre yrigoyenistas y antiyrigoyenistas, no impidió que en las elecciones presidenciales de 1928 nuevamente se impusiera Don Hipólito Yrigoyen.

El segundo mandato de Yrigoyen se inició con un apoyo electoral masivo. Sin embargo, poco tiempo después, el 6 de septiembre de 1930, su gobierno fue interrumpido por un golpe de Estado. En ese día, sombrío para la joven democracia argentina, el general José Félix Uriburu tomó por la fuerza el poder del Estado, derrocó a Yrigoyen e instaló una dictadura que devolvió el poder político a los grupos tradicionales o dominantes. Estos, en realidad, nunca habían perdido el poder real, pues tenían en sus manos resortes clave de la economía, y como vimos también representantes en el Congreso, en la Justicia y en las Fuerzas Armadas. Con el golpe, recuperaban el control del gobierno y del Estado, e iniciaban una modalidad de llegada al gobierno que no se basaba en reunir mayorías electorales, sino en imponerse por la fuerza de las armas. Lamentablemente, esta forma de acceso al poder político se repitió con frecuencia en diferentes momentos del siglo XX. El derrocamiento de los gobiernos democráticos populares y la instalación de gobiernos de facto o dictaduras, fue desde entonces algo corriente.

NORMALISMO 1870/1970

 Impronta del positivismo

En la época de la nueva Argentina cosmopolita (1880 - 1916), con la filosofía positivista, el normalismo, como corriente educativa emanada de las escuelas normales, extendió su influencia a toda la República a través del imperio de la ley 1420 de educación común, convirtiendo en realidad el ideal de Sarmiento, de “hacer del país una escuela”. Del 71% de analfabetos registrados en el Censo Nacional de 1869, pasó a 54% en 1895 y al 34% en 1914.

Por ese entonces se nacionalizó en 1905 la Universidad de La Plata (creada en 1890), que habría de señalar rumbos en la investigación científica del país.

El positivismo es una corriente de pensamiento dominante en Europa durante gran parte del Siglo XIX. Sus principales precursores fueron Saint-Simon, Auguste Comte y Francis Bacon. Se basa en la idea de que el único medio de conocimiento posible  es la experiencia  verificada a través de los sentidos mediante el método científico.

La impronta positivista configuró un proceso educativo basado en contenidos cientificistas, sobrecargados de información y priorizados según su relevancia en términos de disciplina. La idea de progreso a través de la razón se expresó en la sobrevaloración de aspectos cognitivos por sobre los socio afectivos, físicos y espirituales.

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