IDEAS PEDAGÓGICAS DEL SIGLO XVIII, XIX Y LA PEDAGOGÍA POSITIVISTA
Enviado por edithhita • 12 de Diciembre de 2016 • Ensayo • 2.667 Palabras (11 Páginas) • 1.854 Visitas
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UNIVERSIDAD ALFA LAMBDA
LICENCIATURA EN PEDAGOGIA
MATERIA:
TEÓRIA PEDAGÓGICA
TÍTULO DE ENSAYO:
IDEAS PEDAGÓGICAS DEL SIGLO XVIII, XIX Y LA PEDAGOGÍA POSITIVISTA
MAESTRA:
JACQUELINE GUADARRAMA CELAYA
ALUMNA:
ALMA EDITH ALMANZA MILLAN
CUATRIMESTRE PRIMERO
CICLO ESCOLAR 2016
INTRODUCCIÓN
Por medio de la elaboración de este trabajo queremos llegar a conocer un poco más acerca de las ideas pedagógicas de algunos siglos.
A lo largo de la investigación, analizaremos cuales fueron los hechos más relevantes que ocurrieron en nuestro pasado, y que de una manera u otra dieron origen a la pedagogía.
De la misma manera conoceremos como a lo largo del tiempo y alginas ideas pedagógicas de estos siglos. Veremos también algunas ideas pedagógicas de algunos pedagogos que intervinieron en estos siglos de las pedagogías.
En este ensayo empezare hablar de la pedagogía del siglo XVIII este siglo es por excelencia en este siglo surgen dos figuras muy importantes las cuales son ROUSSEAU Y CONDILLAC. En este siglo se predomina la corriente idealista, en la segunda lo hace la realista y positivista.
Se destaca por la especial atención que muchos pensadores de la época ponen en el tema de la educación. Unos aportando ideas, otros más poniéndola en práctica de acuerdo a las posibilidades de la época. Sus antecedentes son a partir del nacimiento de la época de las luces, mejor conocida como la Ilustración. Donde se comienza a hablar del uso de la razón.
Rousseau fue un filósofo y pedagogo de la época, contribuyó a desarrollar una comprensión más humanista de la infancia y destacó la relevancia que tiene la educación desde los primeros años de vida de los niños; además, ofreció una reflexión filosófica como base para que otros pensadores y educadores configuraran diversas propuestas de educación dirigidas a los niños pequeños. Criticó que la educación, principalmente bajo el dominio de la Iglesia, se diese bajo normas y preceptos pues esto, según él, impedía que el niño se formara como un ser libre y con autonomía moral.
Destaca, como principio fundamental en la formación de los niños, la educación negativa, lo que permitirá que el niño vaya adquiriendo la capacidad de autorregular su conducta y de satisfacer sus necesidades al “sufrir” las consecuencias de sus acciones (M, 1973)[1]
Algunos pensamientos ROUSSEAU fueron:
“La infancia tiene maneras de ver, de pensar, de sentir que le son propias”.
“Existe la necesidad de comprender al niño”.
“El niño ha de permanecer en su naturaleza de niño”.
“Hay que preservar el corazón del niño”.
“La educación del niño comienza desde su nacimiento”.
“La educación del niño, debe surgir libre y con desenvolvimiento de su ser, de sus propias aptitudes, de sus tendencias naturales”.
En su libro Emilio habla sobre su educación del niño, Emilio es un niño imaginario desde su nacimiento.
Unas de las ideas de Rousseau que influyo mucho en nuestra pedagogía, es que el niño es un ser, no un hombre pequeño, la infancia tiene su propia razón de ser, se justifica por sí mismo, tiene su propia madurez y sus propias leyes. Querer entender a un niño con los moldes de un adulto seria atentar contra el orden de la naturaleza. Educar a un niño sacrificando la felicidad presente no evitara los dolores de hombre en el futuro por ende es preciso dar a cada uno lo suyo (hombre- niño) y hacer por su felicidad todo lo que podamos.
La felicidad de la tierra se mide por la menor cantidad de males que sufren. “más feliz es aquel que sufre menos, más miserable es quien goza de menos placeres”. La infancia es débil e infeliz no por naturaleza, sino por el hombre, que quiere exigirle lo que está por encima de sus posibilidades naturales.
El hombre verdaderamente libre quiere solo lo que puede hacer, y hace lo que le agrada. Se debe hacer sentir al niño la dependencia y la necesidad de las cosas, que es propia de la naturaleza, no humilla ni lesiona, ni genera vicios, se evitara que se sienta la dependencia de los hombres, que es propia de la sociedad.
Rousseau muestra su desacuerdo con la máxima de Locke de que es preciso razonar con los niños. No están en edad de hacerlo; si pudieran razonar no tendrían la necesidad de ser educados. Basta con que sean conscientes de sus limitaciones naturales y de su dependencia con el educador pero sin hacérselo notar directamente con mandatos y prohibiciones.
La idea moral que EMILIO si debe tener es la de propiedad que habrá de inculcársela de modo gráfico y practico.
CONDILLAC fue un filósofo de la segunda ilustración, el basa su educación en observar los hechos de las sensaciones del hombre y la naturaleza conforme al método analítico. El piensa que además que el niño debe seguir en su educación el mismo proceso que ha seguido en su desarrollo la humanidad.
Englobadas bajo la denominación genérica de sensacionalismo, influyeron en los filósofos posteriores y cuya contribución a la ciencia de la psicología ha sido considerada crucial. Destacado defensor de las ideas del filósofo inglés John Locke, Condillac escribió muchas obras filosóficas, de las cuales la más notable es el Tratado de las sensaciones (1754), en la que argumenta que todo el conocimiento humano y todas las experiencias conscientes derivan tan solo de la percepción que proporcionan los sentidos. Trató Condillac de esclarecer y apuntalar la teoría del conocimiento de Locke aceptando la propuesta lockiana de la imposibilidad de las ideas innatas.
Después de la pedagogía del siglo XVIII empieza la pedagogía del siglo XIX, en esta surge la pedagogía idealista iniciada en la época precedente y representada por los pedagogos PESTALLOZI, FROEBEL, HERBART. En este siglo surge la pedagogía moderna, a finales de este siglo surge la pedagogía basada en la experiencia. (M, 1973)[2]
PESTALLOZI Un pedagogo suizo, uno de los primeros pensadores y pedagogos en el sentido moderno, pues ya había pedagogos desde la época de los griegos. Reformador de la pedagogía tradicional, dirigió su labor hacia la educación popular. Su padre era cirujano de profesión, pero murió cuando Johann Heinrich era aún muy pequeño, de modo que creció con su madre. Como profetizando su obra y pensamiento, se caracterizó por ser un niño desobediente, desordenado y con pocos logros escolares en su niñez.
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