II. DEL LIBERALISMO AL POPULISO.

Actividad 1:

II. DEL LIBERALISMO AL POPULISO:

En México ,la revolución nace acompañante de una decante defensa del pasado. Desde luego, el pasado no es el porfirismo, sino la tradición libertaria que se da a partir de la Revolución de Independencia, se desenvuelve en el largo periodo de la lucha de los Liberales contra los Conservadores y culmina con el triunfo de la República en las guerras de Reforma y contra la intervención francesa. El gran ideario de esa tradición se cifra en la Constitución liberal de 1857, cuyos pilares fundamentales son: el Estado democrático, representativo y federal; la primacía de la ley constitucional sobre la arbitrariedad y el despotismo de los gobernantes; los derechos del hombre que consagran las libertades de pensamiento, de expresión, de trabajo, de transito, de elección de los representantes del pueblo; la garantía de estos derechos que hace efectiva el juicio de amparo, y el sufragio y universal de los ciudadanos mexicanos.

Pero no obstante los que estaban en contra de ese régimen y querían cambiar el tipo de reforma de aquella Constitución, estas fueron las ideas principales de algunos personajes que querían cambiar dicha Constitución;

Francisco I. Madero: Creía encontrar en las posiciones políticas el mas solido punto de apoyo para la solución de todos los problemas económicos y sociales del país; mejorar la situación del obrero y elevarlo de nivel material, intelectual y moral; crear una categoría que se vuelve a cargar del igualitarismo abstracto de las concepciones liberales del siglo pasado, para él solo hay opositores o partidarios del régimen porfirista; ciudadano es la base primaria para que una persona pueda desempeñar otro papal en la vida social; antes de ser hombre de negocios, obrero, campesino, intelectual, es preciso que el individuo se le reconozca como ciudadano; lo que el hombre necesita, lo que es necesario y urge para todos es la educación que es la mejor arma para abrirse brechas por la vida y también como el único medio de hacer a un pueblo fuerte, es instruirlo y elevarlo de nivel material, intelectual y moral, para que este sea conocedor de sus derechos y amante de su libertad;

Wistano Luis Orosco: El problema fundamental de México estriba en el modo como se halla organizada la propiedad, si la riqueza del país estuviera bien distribuida esta población sería bastante para constituir una potencia de primer orden; la propiedad agraria bien repartida contribuye eficazmente a la prosperidad y bienestar de las sociedades y que las grandes acumulaciones de tierra bajo una solo mano causan ruina y la desgracia de los pueblos. Planteaba una reforma del gobierno para llegar a una reforma de la propiedad territorial, que en la base estaba su concepción de la pequeña propiedad, fundamento del verdadero progreso y de la verdadera democracia y apuesta en todo y por todo a la gran propiedad.

Andrés Molina Enríquez: Los grandes problemas nacionales y la intervención del gobierno en el fraccionamiento de las haciendas significaría una odiosa, estéril y complicada tutela sobre los particulares; denuncia el feudalismo rural, en el que se ve un acaparamiento de la tierra que equivale a una verdadera amortización; en los grandes problemas nacionales ofrece una doble perspectiva: o lo hace el gobierno o se hace a través de una revolución;. La reforma agraria, centro de todas ellas, el primer resultado que se obtendrá, será el de la paz permanente.

Luis Cabrera: Las luchas que se desarrollan en el seno de todos los pueblos en cualquier momento de la historia y en cualquier punto de la tierra, se da siempre en dos partidos, uno conservador y el otro reformador; las reformas políticas son de primera importancia ya que económicamente es la necesidad que mas urge en el país; formación y fomento de la pequeña propiedad.

Emiliano Zapata: El ideal de él era de los que no tenían nada, de los que no son mas dueños de que el terreno que pisan: poseer un pedazo de tierra a través de los pueblos que, a su vez poseían tierras, aguas y montes, para que no solo la agricultura, sino hasta la industria pudieran permitir la aplicación de los hombres al trabajo;  el Plan de Ayala se lanzaba para defender el cumplimiento del Plan de San Luis, pero de las reformas políticas no se ocupaba sino como de algo absolutamente secundario, en realidad, el Plan zapatista pasa sobre esas reformas imponiendo un nuevo estilo de organización, derivado también de la experiencia de los pueblos de Morelos en arma. A partir del pueblo en armas, con sus caudillos en la cabeza, se organizaría la república. Sus ideas se concentraban en el pensamiento agrario y se centraba en dos posiciones concomitantes: por un lado, la convicción, que se expresa cada vez con mayor fuerza de que la revolución se ha hecho y se está haciendo única y exclusivamente a los problemas inmediatos de las masas campesinas despojadas o desposeídas de la tierra y por otra parte un rechaza cada vez más claro de la concepción de los políticos que veían en la Revolución una manera de cambiar o imponer sistemas de gobierno o proclamar derechos que no tenían nada que ver con ellas. Se lanzo a la revuelta no para conquistar ilusorios derechos políticos que no dan de comer, si no para preocuparse del pedazo de tierra que han de proporcionarle alimentos y libertad, un hogar dichoso y un porvenir de independencia y engradecimiento.  

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