Interculturalidad

INTERCULTURALIDAD

Suele comentarse que la razón, algunas veces, crea o inventa problemas y, por lo tanto, crea o inventa sus respectivas soluciones. Esto en gran medida es cierto, pero en lo que respecta a la exclusión y discriminación de grandes grupos humanos es algo que no se puede ocultar, no es un invento de la razón, existe y es necesario buscar las soluciones para hacer de esta sociedad una sociedad más justa.

Lo anterior no podrá ser posible si no entendemos que los acontecimientos y los problemas actuales no serán comprendidos y explicados adecuadamente si se pierde de vista el pasado, se debe recordar que lo que acurre hoy tiene su origen en él, obedece al principio de causalidad compleja que es producto de una multicausalidad mutua interrelacionada. Aquí la necesidad de una nueva mirada para hacer un recorrido, a “pasos de gigante”, por el pasado remoto y reciente.

Hace ya varios miles de años existieron las Hordas, pequeños e incipientes grupos humanos que vivieron allá en la comunidad primitiva.  Vivían de la caza y la recolección, actividad que los obligaba a ir de un lugar a otro en busca de su alimento para poder sobrevivir.  Tal actividad los hizo merecedores del calificativo de  grupos nómadas. Con el paso del tiempo y gracias al avance de sus conocimientos agropecuarios así como en la creación de utensilios, su carácter de nómadas los llevó a dispersarse y a poblar lugares geográficamente distintos y distantes unos de otros, por lo que cada grupo desarrolló sus especificidades sociales, culturales, lingüísticas y genéticas.

Así, el proceso histórico de la conformación de las distintas sociedades le imprimió a éstas un contraste cultural que dio forma a la diversidad de culturas que hoy cohabitan en el mundo, en México y en el estado de Guerrero. Cada cultura es una cosmovisión distinta, sin la cual los miembros de la sociedad de que se trate, no sabrían ni de dónde vienen ni cómo les conviene comportarse.

En el estado de Guerrero coexisten y se complementan seis grupos humanos: Nauas (Nahuas), Tu’un Savi (Mixtecos), Nn’ànncue ñomndaa (Amuzgos), Xabu me’phaa (Tlapanecos), los Afromexicanos y mestizos.

Las culturas aisladas unas de otras no existen más, el afán desmedido por concentrar el poder político y económico ha llevado a  ciertos grupos sociales a colonizar, en todas sus manifestaciones posibles, a otros grupos humanos. Primero se les invadía y sometía militarmente, hoy existe toda una constelación de formas de coloniaje a través de la exportación de capitales (deuda externa) hacia los países en desarrollo, a quienes  se les impone voluntad, ideología, a través de las instituciones educativas y la industria cultural fundamentalmente.

La colonización de pensamiento es la más grave y la más difícil de erradicar, somete y “domestica” a los individuos, les obstaculiza el desarrollo de la capacidad para pensar por cuenta propia a la vez que sumerge a la sociedad en su conjunto en la apatía, en el individualismo, inculcándole la idea de que los problemas son personales y que, como tales, deben ser resueltos por los directamente involucrados. Esto es, mientras esos problemas no me “alcancen”, me mantengo en mi estado de confort sin preocuparme por los “otros”.

Con una lógica individualista se ha formado a los sujetos, con el apoyo de las instituciones de socialización, a través de las cuales impusieron su hegemonía, su ideología, porque a fin de cuentas la globalización es, sobre todo, un proyecto ideológico no solo económico. Esta mundialización de la economía ha propiciado relaciones humanas de discriminación, violencia, exclusión, injusticias contra grandes sectores sociales pero, sobre todo, contra los grupos humanos “minoritarios”.

La situación de opresión, de sometimiento, que se experimenta en la actualidad es, en gran medida, responsabilidad de todos pues se ha permitido que otros planeen y decidan el destino a seguir, se ha dejado que unos cuantos decidan por la mayoría, tanto desde el interior de nuestras fronteras como fuera de ellas. Es necesario que la sociedad tome las “riendas” de su propio destino, y participe activamente en la toma de decisiones que le van a impactar directa o indirectamente, para, de esta forma, dar paso a unas nuevas relaciones humanas que priorice no solo el bienestar de ciertos sectores poblacionales sino de todos sin distingo alguno.

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