Juicios de Salem

Juicios de Salem

Esta serie de audiencias fueron en 1692 y 1693 durante el Massachusetts colonial, Samuel Parris, un colono, se mudó a Salem con sus hijo y 2 hijas, Thomas, Elizabeth y Susannah, incluyendo a su sobrina Abigail Williams (sus padres habían sido asesinados por indios), el reverendo siempre trato de conseguir el amor de Dios y el respeto del pueblo.

Vivián con una mujer llamada Tituba, quien se encargaba de cuidar sus hijos y sobrina, y su marido John Indian, Parris estaba en contra que su sobrina e hija jugaran al escondite, a la mancha, u otros juegos infantiles porque creía que el juego era signo de ociosidad, y con la ociosidad “el diablo puede hacer travesuras”, en lugar de esto, las mandaban hacer tareas del hogar, se esperaba que Abigail se volviera ama de casa y ayudará a su tía inválida, Betty sufriendo muchos problemas de salud, no le permitía hacer tareas del hogar, así que Abigail terminó haciendo la mayoría de los deberes del hogar.

Tituba, la esclava, le gustaba contar historias misteriosas a las amigas y a las hijas del reverendo Parris, a menudo aquellas historias que contaba chocaba con la moral de Abigail Williams y Betty Parris, encendiendo la imaginación de ellas, un día, estás fueron sorprendidas bailando desnudas, mientras Tituba hacia un ritual vudú de Barbados sobre un caldero.

Ann Putnam, hija de una de las familias más adineradas de Salem, se unió a lo que Abigail y Betty hacían, una vez relató que cuando estaba en el bosque, “luche contra una bruja que quería decapitar”.

Betty y Abigail empezaron a sufrir convulsiones en público, “comportamientos bestiales”, estallar en llanto y a pronunciar frases o palabras sin sentido, "no hay ningún problema físico que cause ese comportamiento. No hay dudas de que se trata de la influencia directa del demonio", afirmó Williams Griggs, el médico de Salem, toda la población de Salem creyó que las brujas eran las causantes de las dolencias de las jóvenes (también por la creencia de que si hacían un pastel con la orina de las supuestas embrujadas, y que si un perro al darle de comer mostraba los mismos síntomas que ellas, es porque habían sido embrujadas).

Tanto Abigail como Betty fueron interrogadas por el reverendo y por la iglesia sobre el porqué de sus dolencias, más tarde, confesaron que Tituba, Sarah Osborn y Sarah Good eran las brujas que causaban sus males, Tituba durante su confesión, habló de ratas rojas, gatos parlantes y un hombre alto vestido con negro. Ella dijo que el hombre vestido de negro la hizo firmar en un libro, y que Sarah Good, Sarah Osborne y otros, cuyos nombres no podía leer, también habían firmado ese libro.

Sarah Osborne, una anciana, murió en una prisión por causas naturales (10/mayo/1692) y Sarah Good fue llevada a la misma prisión, “no soy más bruja que un mago, y si me quitas la vida, Dios te dará sangre para beber”, dijo en su último tribunal, murió en la horca el 29/julio/1692, (el mismo ministro al que le dijo eso, murió 25 años después por una tos con sangre, lo cual lo asfixió).

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