LA CAÍDA DEL IMPERIO COLONIAL Y LA CRISIS DEL
Enviado por lomasbonito26 • 8 de Marzo de 2014 • Tesis • 1.907 Palabras (8 Páginas) • 399 Visitas
TEMA 7: LA CAÍDA DEL IMPERIO COLONIAL Y LA CRISIS DEL 98.
ÍNDICE
1. Introducción.
2. Causas del levantamiento.
3. La guerra colonial en el Caribe y Filipinas.
4. La guerra hispano-norteamericana.
5. El Tratado de París.
6. Repercusiones de la guerra. La crisis del 98.
1. INTRODUCCIÓN.
Durante el último cuarto del siglo XIX España sufrió la pérdida de los últimos residuos de su viejo imperio colonial frente al empuje irresistible del nuevo imperialismo norteamericano. La pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas significó un durísimo golpe para la opinión pública española, dando lugar a la llamada crisis del 98.
2. CAUSAS DEL LEVANTAMIENTO.
El estallido del conflicto fue el resultado de dos hechos incuestionables:
En primer lugar, el deseo de independencia cubano tal y como se había manifestado en la Primera Guerra de Cuba, iniciada en 1868.
A esto hay que sumar la incapacidad de los gobiernos españoles para ofrecer una solución adecuada a las reivindicaciones cubanas. Lo cual se refleja en el incumplimiento español de los acuerdos de la Paz de Zanjón (1878) donde se había comprometido a otorgar autonomía política a la isla y a establecer medios de control del trabajo de las plantaciones azucareras.
La vinculación creciente de la economía cubana a los Estados Unidos. En 1890, el 90% del azúcar cubano se exportaba a ese país.
La política exterior de los Estados Unidos tendente a asegurarse el control imperialista de toda América y extender sus intereses hasta las costas asiáticas del Pacífico, debido a la necesidad de contar con nuevos mercados en donde colocar sus excedentes de producción y de capital.
3. LA GUERRA COLONIAL EN EL CARIBE Y FILIPINAS.
En 1892, J. Martí, autor del Manifiesto de Morte-Chisti, crea el Partido Revolucionario Cubano y en los años siguientes desarrolla una doble actividad: En el interior extiende la idea independentista entre cantidades crecientes de población y, en el exterior, consigue movilizar recursos materiales, sobre todo procedentes de Estados Unidos, para usarlos en una futura rebelión. La guerra se inicia en 1895
La actitud negociadora del general Martínez Campos, que tan buenos resultados le había proporcionado años antes, se convirtió, desde 1896, en una táctica militar de aplastamiento de la insurrección. Al negársele tomar medidas contra la población civil que permitía, secundaba y apoyaba la guerrilla, solicitó su regreso a la Península. Al gobierno de Cánovas y Sagasta, no le quedó otra salida que el envío del general Valeriano Weyler, militar enérgico y buen conocedor de la isla, el cual, además de la acción puramente bélica, usó contra los cubanos un auténtico régimen de terror, campos de concentración incluidos. Desde ese momento, los norteamericanos protestaron por la dureza del general Weyler y exigían una rápida pacificación.
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Se entraba así en una guerra larga y dura como consecuencia del envío de armas, municiones y equipamientos varios a los independentistas desde Estados Unidos. El retraso de la guerra coincidió con el relevo en la presidencia norteamericana en la persona del republicano William McKinley, quien amenazaba con la intervención militar si España no accedía a la venta de la isla por 300 millones de dólares, oferta rechazada, tanto por la regente como por el gobierno español.
A este frente hay que sumar la insurrección filipina, la cual tuvo su origen en 1896 con el descontento de los tagalos filipinos. Esta iba enfocada contra la administración española y las órdenes religiosas, cuyos intereses materiales parecían prevalecer sobre los apostólicos. Ese descontento derivó hacia unos sentimientos independentistas que fueron canalizados a través de la Liga Filipina, fundada en 1892 por José Rizal y la Katipunán, una organización clandestina, cuyo programa quedaba reducido a la expulsión de los españoles y de las órdenes religiosas y a la confiscación de sus latifundios.
La expansión del movimiento independentista se generalizó a partir de 1896, coincidiendo con el envío del general García de Polavieja quien, tras una enérgica y metódica acción militar acabó con el conflicto, siendo José Rizal condenado a muerte. El intento de Emilio Aguinaldo de reiniciar el conflicto desde su exilio en Hong-Kong coincidió con el comienzo de la guerra hispano-norteamericana.
4. LA GUERRA HISPANO-NORTEAMERICANA.
El conflicto comenzó el 15 de febrero de 1898, ya que se le atribuye a España el hundimiento del acorazado Maine, que fondeaba en la bahía de la Habana con la excusa de proteger los intereses norteamericanos en Cuba. La voladura de dicho buque supuso un punto de inflexión en la participación de Norteamérica en el conflicto, ya que a partir de ese momento, entró en el bando de los sublevados. Cabe mencionar que en la historiografía del acontecimiento podemos encontrar numerosas teorías conspiratorias que ponen a los Estados Unidos detrás del incidente ya que les valió para entrar de pleno y hacerse con las ansiadas colonias que poseía España. A pesar de las múltiples investigaciones que se han llevado a cabo, no hay evidencias suficientes para afirmar una postura u otra.
De este modo, la guerra dio comienzo el 25 de abril, después del ultimátum norteamericano que exigía a España la renuncia inmediata a su soberanía sobre Cuba. El desarrollo del conflicto se llevó a cabo en dos escenarios muy alejados entre sí: el océano Pacífico y el mar de las Antillas, en el Atlántico:
I. Declarada la guerra, la escuadra española de Filipinas, mandada por el almirante Montojo, sería aniquilada en la bahía de Manila el 1 de mayo por la escuadra del comodoro Dewey procedente de Hong-Kong. La rendición de Cavite y la generalización del levantamiento filipino serían las consecuencias inmediatas del desastre naval. El dominio español sobre el archipiélago se redujo a la ciudad de Manila que, finalmente, cayó en manos norteamericanas el 14 de agosto, cuando ya se había firmado el armisticio. Un destacamento español prolongará
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