LA OPOSICION DEL MITO EN EL DRAMA Y LA TRAGEDIA DE UNA DESCENDENCIA

LA OPOSICION DEL MITO EN EL DRAMA Y LA TRAGEDIA DE UNA DESCENDENCIA

Para empezar a describir una de las mas extraordinarias obras de todos los tiempos, perfecta en todos sus aspectos hay que tener claro la oposición que hay entre los diferentes pensamientos de sus personajes; se podría decir que en el drama de Antígona se desarrolla un choque de ideas, entre las leyes divinas e inviolables, y las leyes civiles y oportunas; Ya que como se puede ver Antígona es hija de las relaciones incestuosas entre Edipo y Yocasta, al igual que sus hermanos Eteocles, Ismene y Polínices. Antígona acompañó a Edipo, su padre, durante el destierro de Tebas, después de que él se arrancase los ojos (al descubrir que Yocasta era su madre, la cual, al saberlo, se suicidó), hasta la muerte de éste, razón por la cual ella regresó a Tebas, donde Eteocles y Polínices se disputaban el trono por la fuerza, muriendo ambos hermanos en el combate; donde tomó el poder el tío de éstos, Creónte quien ordena sepultar con honores reales al primero, y prohíbe enterrar el cuerpo de Polínices a manera de castigo ya que de acuerdo a la religión griega, éste era el peor de los castigos imaginables, por que se creía que los cuerpos insepultos se convertían en fantasmas que atormentaban a los vivos y que buscaban eternamente ser sepultados.

Es aquí donde empieza a desarrollarse el drama donde tanto Antígona como Creónte defienden valores particulares (la primera dirige su conducta anteponiendo el parentesco familiar como valor supremo, mientras que el segundo asume como valor preponderante las normas y la manera de gobernar su ciudad), y ambos tienen patrones de conducta estrictos que dirigen sus respectivas acciones; donde la joven quiere dar sepultura a su hermano, mientras el rey poderoso y autoritario quiere que el cadáver de Polínices se deje como alimento a las aves carroñeras.

Como podemos ver en esta tragedia dramática no triunfa ninguna de las partes, pues Antígona paga su fe con la vida, y Creónte asiste a la ruina de su propia familia, donde este adopta la perspectiva del Estado y Antígona la del individuo, y ambos se cierran en su propia postura, sin escuchar ni atender al otro, conformando lo que Steiner denomina "un diálogo de sordos" en el que "no se verifica ninguna comunicación con sentido."

Esta perspectiva nos muestra la directa y a la vez indirecta relación que hay entre las organizaciones sociales y las personas que intervienen y son parte de ellas, donde muchas veces cada uno toma su pensamiento y sus ideas como único camino para solucionar una determinada situación, en este caso la actitud de cada uno los hace incapaces de percibir las limitaciones de su propia concepción de la realidad. Creónte, cegado por el poder absoluto que no le permite ver sus limites; Antígona, incapaz de percibir que en su postura hay excesivo orgullo; el

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