La Educación En El Desarrollo Histórico De México II.
Enviado por 7721332779 • 19 de Junio de 2013 • 1.739 Palabras (7 Páginas) • 979 Visitas
INTRODUCCIÓN
Respondiendo al nuevo orden mundial, producto de la Segunda Guerra Mundial y al inicio de la Guerra Fría, el modelo educativo de 1945-52 tendió a fortalecer la unidad nacional: se enfocó a la homogeneización espiritual de los mexicanos. Mediante la educación se pretendía crear el tipo de hombre, de trabajador y de técnico que exigía el desarrollo económico. El instrumento fue la llamado escuela de la unidad nacional.
A partir de 1940, con el ascenso de Manuel Ávila Camacho a la Presidencia de México, la política educativa se propuso disminuir la carga ideológica en los planes de estudio, combatir la burocracia y el sindicalismo radical, unir al magisterio e incrementar la participación de la educación privada. El medio sería una reglamentación al artículo tercero constitucional y la instrumentación de una escuela a la que se denominó la escuela del amor.
El propósito lo constituía la construcción de una política de equilibrio social. La nueva reglamentación volvió a establecer la educación unisexual. Aunque la educación todavía era socialista, la reglamentación cambiaba su finalidad de un instrumento transformador de la sociedad a una herramienta propiciadora de la unidad de los mexicanos. A través de todo esto, se pretendía que la escuela fuera el medio para borrar las desigualdades existentes mediante la enseñanza amorosa, construyendo la homogeneización espiritual que uniera a los mexicanos en una nación fuerte.
Este ensayo expone las políticas educativas durante los periodos de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés, dentro de lo que se conoce como la Escuela de la Unidad Nacional, además de brindar una pequeña descripción y explicación de las escuelas pedagógicas que dieron cuerpo ideológico a este periodo de la historia de la educación en México.
La idea que rige el desarrollo del trabajo es el presentar las principales acciones de los Secretarios de Educación que, en vinculación directa con las propuestas presidenciales, se encargaron de dotar a la escuela mexicana de una doctrina que legitimara los programas políticos y económicos del régimen. La meta del Gobierno era crear los obreros calificados que la industrialización requería, haciendo uso de la retórica nacionalista y democrática.
DESARROLLO.
La Segunda Guerra Mundial fortaleció la doctrina de la unidad nacional. Ésta, junto con la industrialización, fueron las metas del sexenio que se iniciaba y para lograrlas era necesario buscar una política de equilibrio que permitiera establecer un nuevo modelo de desarrollo capitalista, capaz de asegurar el crecimiento económico del país y al mismo tiempo de poner las bases que sostendrían las alternativas económico-sociales de los siguientes gobiernos.En concordancia con todos estos factores, se estableció la Escuela de la Unidad Nacional que caracterizó los periodos de Manuel Ávila Camacho (1940-46) y Miguel Alemán Valdés (1946-52). Durante ese periodo cuatro personas ocuparon el ministerio de educación: Luis Sánchez Pontón, Octavio Vejar Vázquez, Jaime Torres Bodet, y Manuel Gual Vidal.
La reforma que en 1934 daría a la educación pública en México el carácter de “socialista”, provocó un ambiente de tensión y discordia entre los diferentes sectores de la sociedad mexicana. El calificativo preocupó a todos aquellos que veían en el socialismo una amenaza a sus intereses. Los grupos más conservadores y reaccionarios de México habrían de intentar en diversas ocasiones que el Artículo Tercero se volviera a reformar, atribuyéndole un carácter más menos radical y más “democrático”.Esto, aunado a los conflictos internos de la Secretaría y los diferentes organismos sindicales que representaban el magisterio, provocó que a partir de 1940 el discurso político, en lo tocante a la educación, se encaminara a crear una atmósfera menos radicalizada y a preparar el camino para una futura reforma al Artículo Tercer que terminara con el carácter “socialista” que se le quiso atribuir a la educación durante la presidencia de Lázaro Cárdenas.
Cabe mencionar, que la Segunda Guerra Mundial fortaleció la “doctrina de la unidad nacional”, y ante el miedo de intervenciones que provocaran otra guerra, el ambiente que se vivió durante los siguientes años se caracterizó por un deseo de lograr y afianzar la paz mundial y el deseo ferviente de progreso inundó a todas las naciones.Para cuando Manuel Ávila Camacho tomó posesión de la Presidencia de México, la SEP vivía un momento de crisis, ya que el proyecto socialista de la educación no había rendido los frutos que se desearon y se enfrentaba a la contradicción de desarrollarse en un país con un modelo económico de capitalismo dependiente.
Así pues, puede decirse que el periodo de Ávila Camacho es la etapa de transición de la “escuela socialista” a la “escuela de la unidad nacional”, que tenía como principios: paz, democracia y justicia. Y como toda etapa de transición supone cierto desequilibrio, la Secretaría de Educación Pública habría de sentir el desbalance que representaba el intento de conciliar las fuerzas en disputa.
Uno de los problemas serios de que padecía la educación pública en México lo constituían los programas educativos. El régimen necesitaba una escuela que legitimara sus objetivos políticos y económicos, y esto se tendría que ver traducido en una educación que reflejara el ansia de la tan anhelada “unidad nacional”. Para ello, Torres Bodet creó la Comisión Revisora y Coordinadora de los Planes Educativos y Textos Escolares. En la instalación de la Comisión,
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